Una canción a piano. [Bills x Tn vs Wiss x Tn]

Capítulo 22.

Tu nombre.

Han pasado dos días desde aquel encuentro con el dios de la destrucción, dos días en los que no he vuelto a saber nada de él, ni siquiera vuelto a ver y en los que Wiss a estado bastante pegado a mí.

No es que me desagrade ni mucho menos pero es un tanto extraño para mí pues al ser una saiyajin no estoy acostumbrada a ese tipo de relaciones... Aún que Gine era bastante amable y cariñosa conmigo no se mantenía tan pegada a mí como hace él.

Mi mente estaba ocupada casi todo el tiempo pensando en que es lo que me pasa, no comprendo mis sentimientos.

Por un lado está Wiss, un cielo, tan atento, tan cariñoso, tan amable, tan dulce...

Pero por el otro está el señor Bills, un misterio, tan posesivo, tan arrogante, tan salvaje...

Un puñetazo en la cara me sacó de mis pensamientos golpeándome con gran fuerza contra el suelo, mierda, eso me pasa por andar tan metida en mis pensamientos en medio de un entrenamiento...

–¡Señorita ___! –me llamó Wiss mientras se acercaba a donde yo me encontraba tirada en el suelo.

Vegeta me observaba sorprendido desde el aire transformado en super saiyajin azul, ese es el nombre que le habíamos puesto entre los tres para simplificar el largo super saiyajin dios super saiyajin.

Tanto él como Kakarotto habían vuelto a entrenar en el planeta del dios destructor y los tres estábamos entrenando bajo el mando del peliblanco.

–¿Se encuentra bien? –preguntó poniéndose de cuclillas a mi lado. –Lleva una temporada realmente perdida, comienza a preocuparme... –dijo ayudándome a levantarme.

–Estoy bien, solo me despisté un momento, no te preocupes –respondí con una sonrisa fingida.

Él solo me miró un tanto incrédulo para luego mirar a Vegeta quien se encontraba en la misma posición que antes mientras Kakarotto observaba la escena a su lado también transformado en super saiyajin azul.

–Recuerdo haberos dicho que no teníais permitido transformaros en este entrenamiento –habló seriamente el ojimorado mientras tocaba el suelo dos veces con su cetro.

De un momento a otro una luz cubrió a ambos saiyajin tirándolos contra el suelo, mis ojos se abrieron por la sorpresa sin entender que estaba pasando pero cuando la luz se había ido comprendí.

–Ese será vuestro castigo por desobedecerme, ahora quiero que hagáis cincuenta mil flexiones con un dedo –dijo tomando mi mano y tirando un poco de mí alejándonos un poco de allí mientras ambos trataban de levantarse.

Ambos habían sido cubiertos por un pesado traje amarillo que imaginé les sumaría kilos a su peso natural, algo así como un traje de gravedad, tras levantarse con pesadez comenzaron a hacer las flexiones con increíble lentitud, ¿tanto pesaba?