Una canción a piano. [Bills x Tn vs Wiss x Tn]

Capítulo 49.

Wiss.

Miré a la señorita ___ con una pequeña sonrisa en el rostro para luego comenzar a alejarme de la cama dispuesto a irme con la intención de dejarla descansar y procesar toda aquella nueva información.

La miré por última vez antes de partir, feliz por verla por fin despierta; podía sentir como todo aquel malestar y temor que llenaron mi cuerpo durante estas últimas dos semanas abandonaban poco a poco mi ser, era una sensación increíblemente agradable.

Con esos pensamientos en mente di un paso en dirección a la puerta de la estancia dispuesto a abandonar esta para dejarle su espacio a la joven saiyajin, pero mi intento fue nulo pues rápidamente mis pies se detuvieron al sentir como la única mano de la señorita ___ tomaba mis ropajes con algo de fuerza.

–Y... –añadió en un tenue susurro mientras agachaba la cabeza tímidamente. –El señor Bills... ¿Dónde está?

Nada más escuchar aquellas palabras pude sentir como, por un segundo, mi corazón se estrujaba en mi pecho y un fuerte dolor inundaba este, calma Wiss, no hay razón alguna para ponerse así, tal vez sólo esté preocupada por todo lo sucedido...

Observé a la hermosa saiyajin de arriba a abajo en completo silencio, con una mezcla de curiosidad y molestia, ¿para qué querría hablar con el señor Bills?

Sin darme cuenta me había quedado callado por demasiado tiempo y, en respuesta a ello, la mirada de la señorita ___ yacía sobre mí, preocupada y temerosa.

–Sí le soy del todo sincero no tengo ni la menor idea de que este haciendo el señor Bills en estos instantes, justo antes de que usted despertara dijo que se iría a descansar aunque si quiere puedo ir a comprobarlo –le respondí lo más dulce que pude intentando ocultar mis celos por la deidad.

–Oh, no... Si es así no te preocupes... No quisiera molestarle –comentó un tanto tímida con la mirada baja.

–Insisto –dije sonriente. –Iré a buscarle, usted no se preocupe por nada, volveré lo más rápido posible.

Y nada más acabar de decir aquello salí del cuarto de la joven saiyajin para ir en busca de mi señor, no quería hacer esperar a la señorita ___.

Por una parte quería ir en busca de Lord Bills y llevarlo junto a la saiyajin lo antes posible para que este se alegrase tanto como yo al verla por fin despierta pero por otro lado quería callar, guardarme su despertar para mí por lo menos durante un rato y disfrutar de su compañía como antes de que el señor Bills se entrometiera en nuestra relación.

Desde que el pez oráculo me confesó los sentimientos del dios destructor por la muchacha de la raza guerrera no puedo evitar pensar que puedo llegar a perderla y eso, en el fondo, me hiere brutalmente.

Perderla era algo que no podía permitirme, no estaba en mis planes, no después de todo lo que he pasado junto a ella, no después de haberme enamorado tan ferozmente de su sonrisa, de su mirada, de su ser...

El tan sólo hecho de pensar en ella hace que mi cuerpo falle y no responda a las órdenes que mi cerebro dicta, es como magia, como un hechizo envolvente en el que no puedo evitar caer una y otra, y otra, y otra vez.

Tan sumido en mis pensamientos me hallaba que no me había dado cuenta de hacia donde había estado caminando y en lugar de dirigirme a los aposentos de mi señor me encontraba en el pasillo aledaño al gran salón del palacio.

Solté un pequeño suspiro lleno de cansancio y resignación, no había dormido absolutamente nada en estas últimas dos semanas en las que me había encargado de cuidar a la señorita ___ como si mi vida dependiera de ello y, al parecer, la falta de sueño me estaba comenzando a cobrar factura justo en ese mismo instante.