Capítulo 10.

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Bills.

Me quedé en silencio esperando una respuesta por parte de mi asistente el cual también se mantenía en silencio, con la mirada baja y la cabeza agachada como a un niño al cual sus padres están regañando, al parecer estaba pensando en que decir, sé que no se atreverá a mentirme, seguramente esté ordenando las ideas en su cabeza para decirlo de forma clara y sencilla.

–¿Y bien? –pregunté intentando que se apresurara un poco, quería mi respuesta.

–Verá Lord Bills... –dijo tras un suspiro. –El planeta Dahíru es uno extremadamente raro pues ni mi cetro es capaz de darme más información que su nombre, por lo que decidí venir a investigarlo pero es tan agradable y hermoso que no puedo evitar volver...

–¿Ah, sí?

–Sí, mi señor –respondió firme levantando la mirada para observarme con seriedad.

–Yo también quiero ver ese tan maravilloso planeta Wiss, vamos –añadí finalmente poniendo mi mano en su espalda para que me llevara allí, es verdad que puedo volar por el espacio pero también es muy lento y cansado.

Pude notar como el ángel se había puesto notablemente tenso en un instante, algo más escondía pero sus labios se mantenían sellados por lo que propuse ir ya que eso sacaría todo a la luz.

Entramos en la átmosfera del planeta Dasíru... Daníru... Dafíru... Lo que sea, en tan solo un par de segundos y es que la velocidad de Wiss es asombrosa.

Era realmente un paisaje muy hermoso, nada parecido a algo que haya visto nunca, ni siquiera esos paisajes tan bellos que a veces puede brindar el planeta Tierra se asemejaban a esto.

Nos quedamos ahí observando desde lo más alto en el cielo toda esa vegetación casi infinita, con esos colores tan llenos de vida y vibrantes, a pesar de ser un dios de la destrucción he de admitir que mi vida vinculada ha hecho muy buen trabajo con este lugar.

–¿Hay vida en este planeta? –pregunté, realmente no me interesaba en lo más mínimo solo quería ganar tiempo para ver si algo sucedía.

–No mi señor, lo único vivo aquí es la flora y la fauna, es un lugar completamente virgen –respondió rápidamente observando a su alrededor con algo de nervios, su comportamiento me decía que no me equivocaba y que, justo como pensaba, estaba escondiéndome algo.

Comencé a sobrevolar la zona sin buscar nada en particular, sino más bien echando una ojeada rápida a todo el planeta, sin embargo mi vista no pudo evitar pasar por alto una pequeña cabaña un tanto lejana por lo que apresuré mi vuelo un poco para llegar antes mientras que Wiss, al darse cuenta de donde me dirigía, comenzó a volar tras de mí con su increíble velocidad, seguramente para no separarse de mí, pensé.

Aterricé posando mis pies suavemente en el suelo, no pude evitar quedarme observando la cabaña desde el exterior un tanto alejado, de su interior salía una melodía un tanto hipnótica, si no me equivoco era una canción a piano, y una muy hermosa, tanto que sin darme cuenta me había acercado un poco más para oírla mejor.

Rápidamente Wiss apareció a mi lado con preocupación en su rostro, observándome con algo de temor, sin entender muy bien el porqué de su mirada, me giré y le observé.

–¿No se suponía que era un planeta desierto? –pregunté alzando un poco la voz pues pensé que con el sonido del piano no me escucharía bien ya que estabamos prácticamente en la puerta de la casa.

Debido a eso la música cesó, Wiss estaba en completo silencio mientras el sonido de unos pasos un tanto acelerados se acercaban cada vez más a la puerta principal, puerta la cual se abrió de golpe dejando ver a una muchacha bastante atractiva que llamó mi atención completamente por su forma de vestir, no me costó mucho darme cuenta que con esa ropa y la cola que reposaba alrededor de su cintura se trataba de una saiyajin.

–Oh, eres tú Wiss, ¿olvidaste algo? –preguntó aún sin darse cuenta de mi presencia.

–¿Eres tú la que estaba tocando el piano? –pregunté colocándome frente a ella.

–Eh... Sí, así es, ¿y tú quién eres? –preguntó un tanto desconcertada con un tono bastante cortante observando a Wiss buscando respuestas con la mirada.

–Yo soy Bills, el dios de la destrucción y él es mi asistente Wiss aunque al parecer ya lo conoces, es un placer, ¿puede saberse que era lo que estabas tocando? –respondí pero con un tono no tan frío como el suyo mientras Wiss nos observaba a ambos.

–Waltz in A minor de Chopin... –respondió en un tono un poco más bajo mientras parecía que pensaba.

Aquella joven muchacha se me quedó observándome en silencio durante unos instantes que para mi se volvieron eternos, a decir verdad era un poco extraño ya que estábamos demasiado cerca el uno del otro.

–¡Ah! –espetó sobresaltándonos a mí y a mi asistente. –Con que usted es Lord Bills, Shin me ha hablado mucho sobre usted.

¿Qué? ¿Habla de Shin? ¿El dios de la creación con el que tengo mi vida vinculada? Esto debe de ser una broma.

–¿Qué? ¿Acaso lo conoces? –pregunté un tanto curioso y desconcertado.

Wiss rápidamente pareció poner todo su interés en la conversación, pero obviamente sin participar en esta.

–Pues claro, ¿quién me hubiera hecho este planeta sino fuera él? –dijo a modo de respuesta. –Es amigo mío desde hace mucho tiempo.

–Espere, ¿quiere decir que el señor Shin hizo este planeta expresamente para usted? –preguntó esta vez Wiss.

–Así es, verás, nos conocimos hace cinco años, él estaba haciendo un viaje espiritual y yo me encontraba enterando por diferentes planetas, sin quererlo coincidimos en varios y decidimos seguir avanzando juntos, tuvimos varias peleas pero siempre hemos sido buenos amigos, tan así que cuando el planeta en el que residía fue destruido por un meteorito él creo este expresamente para mí –explicó con una sonrisa. –Por favor no os quedeis aquí fuera parados, pasar, pasar.

Y tras eso, se hizo a un lado permitiéndonos el paso a su hogar, no era realmente un palacio pero si lo suficiente como para que dos o tres personas vivieran tranquilamente, me senté junto con Wiss en un sofá mientras la muchacha fue por algo de beber para ambos.

–Aquí tenéis –dijo dándonos un vaso morado a cada uno.

–A todo esto, ¿cuál es tú nombre? –pregunté intentando sonar indiferente tomando el vaso y bebiendo el agua de su interior de un solo sorbo.

–Mi nombre es ___, lamento no haberlo mencionado antes –respondió sentándose en un sillón que estaba al lado del sofá junto a Wiss.

Estuvimos hablando un poco acerca diversos temas, no era solo una cara bonita en un cuerpo de escándalo sino también una muchacha bastante interesante e inteligente, tomé aire por la nariz y lo solté por la boca en un suspiro largo.

–Oye, ___ –hablé llamando la atención de ambos, tanto de ella como de Wiss que se encontraban hablando. –Como vives aquí tú sola, ¿no te gustaría venir a vivir con nosotros? He escuchado como tocas y me gustaría que lo hicieras en mi palacio además le podrás hacer compañía a Wiss.

La mirada de Wiss se posó rápidamente en mí como si no se creyera lo que acababa de decir, mientras que la joven saiyajin estaba en silencio, al parecer pensándolo, nadie decía nada por lo que la tensión comenzaba a hacerse presente en el aire haciendo que me preguntara una y otra vez de forma mental si había hecho lo correcto.

Una canción a piano. [Bills x Tn vs Wiss x Tn]Where stories live. Discover now