Capítulo 34.

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Bills.

Por fin han pasado los siete días, los peores siete días de mi vida, en los que la ausencia de ___ por el castillo era horrible, tal y como si de una tortura se tratase el silencio que yacía entre los pasillos era abrumador...

El tiempo era mi enemigo pues se me hacía increíblemente largo el pasar de los días para volver a verla, volver a tocar su suave piel y volver a besar sus dulces labios.

Me removí un poco incómodo en mi cama intentando conciliar el sueño de nuevo pues cuando duermes el tiempo pasa más rápido y así las horas para volver a estar con ella llegarían más pronto.

No sé en qué momento pero su compañía se hizo necesaria en mi vida, no puedo estar sin ella, no sé si será amor o tan solo deseo pero lo que sí sé es que algo dentro de mí necesita que sea solo mía.

Tras varios minutos dando vueltas en la cama como un completo idiota me levanté con desgana, debía ser bastante temprano pero la emoción de poder volver a ver a mi pequeña y hermosa pianista me carcomía.

Bufé y me levanté de la cama yendo directo al baño dispuesto a comenzar mi rutina diaria de aseo, tras ella me vestí y caminé por mi hermoso palacio hasta llegar a la cocina.

Me sentía extrañamente feliz y no podía borrar esa estúpida sonrisa que se formaba en mi boca cada vez que pensaba en la saiyajin de moradas túnicas.

Miré el reloj digital que había en la cocina el cual marcaba las "11:46", Wiss seguramente seguiría durmiendo, ayer trabajó hasta muy tarde limpiando el castillo por lo que decidí que era mejor idea no ir a despertarlo, a pesar de que me estaba muriendo de hambre.

Estaba apunto de irme de la cocina cuando mi estómago gruñó con fuerza indicándome que exigía alimento, por instinto me llevé una mano al estómago sobándolo con cuidado mientras suspiraba.

–___, ojalá estuvieras aquí para hacerme de comer... –dije en voz alta sin pensar.

–Vaya, no sabía que mi comida le disgustase tanto mi señor –escuché hablar a mi asistente tras de mí. Mi cuerpo dió un pequeño respingo al escuchar su voz en la estancia, no había notado que estaba allí, sin poder impedirlo sentí como mis mejillas se volvieron rojas, cuanto agradecí que Wiss estuviera justo detrás y no delante mía. –¿Mi señor? –preguntó insistente, esperando una respuesta.

Respiré profundo intentando calmar mi sonrojo, odio que me vean sonrojado, a menos que sea por cansancio, porque demuestra que tengo sentimientos y eso es algo que prefiero guardar para mí mismo.

–¿P... Por qué no vas a prepararte Wiss? –pregunté intentando salir de esa incómoda situación.

–¿Desea ir a la Tierra? Pensé que estaría más interesado en comer aunque me temo que mi comida no es tan buena como la de la señorita ___, mi señor –dijo algo indignado.

–Vamos, no digas tonterías, tu comida está deliciosa solo que recordé la deliciosa comida que hacen en la Tierra y pensé que tal vez ella sabría hacer algo de eso, ahora ve a prepararte para partir –respondí mientras me giraba para responderle, menos mal que mi sonrojo ya había desaparecido.

Wiss simplemente asintió acatando la orden y salió de la estancia directo a sus aposentos, espero que se de prisa, realmente nunca me ha gustado esperar.

Una canción a piano. [Bills x Tn vs Wiss x Tn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora