Yoonseok One Shots

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Título: I made a wish

Resumen:

— Soy Min Yoongi, y hace unos años pediste un deseo, ¿Lo recuerdas..? —.

Al escuchar sus palabras, fruncí el ceño. ¿Deseo? ¿De qué mierda estaba hablando? Yo no pedí ningún…

Diablos.

“Solo necesito a alguien con quien pueda hablar y jugar… y que no se aburra de mí”

☆.。.:*・°☆.。.:*

Cuando tenía 8 años, mi madre me dijo que una de las cosas más fáciles que existían en el mundo, era conseguir amigos. Y aunque agradecía cada una de las enseñanzas que me daba mi madre, debía decir que sinceramente esa era una vil mentira.

Hacer amigos era jodidamente difícil.

La razón no era por ser "antisocial", como la mayoría decía. No, no era si. Era muy distinto ser antisocial, a ser realmente incapaz de hacer amigos por más que lo desees. El hecho de mirar a personas fijamente e intentar comunicarles algo, un simple "hola", era jodidamente difícil para mí.

Mi nombre es Jung Hoseok, y ahora con una edad de 19 años, mi vida y amistadds han sido constituidas simplemente por dos personas: mis padres.

Sé lo que están pensando. Es totalmente patético, y estoy consciente de eso. Pero, ¿alguna vez se han puesto a pensar qué tal vez los padres también tenían su parte "joven"?

Incluso, hay una gran probabilidad de que tus padres hayan tenido una juventud más emocionante que la tuya y la mía juntas. (Si, te estoy hablando escritora)

— Hoseok, creí que tenías un examen mañana —.

La voz de mi madre me alertó, y mi mano cerró de golpe la libreta en donde yo escribía todos mis pensamientos. Y aunque muchos le llamaban "diario", para mí era más como una "bitácora". Sonaba menos ridículo.

— Uh… ya estudié madre, pero ¿Porqué no tocaste? —. Me quejé con una mueca, mientras guardaba mi bitácora dentro del cajón de mi escritorio, y giraba mí silla para mirar a mí madre con una ceja alzada. — ¿Acaso no viste mi cartel de "mente maestra ocupada"? —.

Mi madre rodó los ojos, y sin más salió de la habitación.

Solté un suspiro, y regresé mi mirada a mí escritorio, y saqué de nuevo mi bitácora para seguir escribiendo lo que era mi día de hoy. Otro de mis múltiples intentos de conseguir un amigo había fallado, y debía en serio pensar en un nuevo plan.

— ¿Fingir una caída? Definitivamente no funcionará —.

Mi mano se detuvo sobre la hoja, y me giré para mirar a la persona que se encontraba parado justo junto a mí, mirando sobre mi hombro con un rostro que mostraba claramente que están juzgando mis intentos.

Mi cerebro tardó un poco en carburar, y cuando por fin procesé lo que sucedía, un grito salió de mi garganta, y caí de espaldas en un intento de alejarme del chico.

— ¡¿Q-Quien… quién…!? —.

El chico me miró atentamente desde arriba, y después de varios segundos así, él extendió su mano para ayudarme a levantarme.

¿Dónde diablos estaba mi madre ahora que la necesitaba? ¿Acaso le había pagado a alguien para ser mi amigo de nuevo?

— Levántate, ¿Acaso en serio crees que funcionará? —. Murmuró el chico con una mirada aburrida, y soltando un suspiro. Aquello me extrañó bastante.