Yoonseok One Shots

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Título: It hurt when I met you

Resumen: La primera vez que se vieron, Yoongi sufrió. Literalmente. Dolió un carajo.

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— "Salgamos a beber Yoongi"—. Dijeron

— "No pasará nada como la última vez, lo prometo"—. Le había jurado Namjoon.

— "Sólo unas cuantas cervezas"—.

Debió adivinarlo. Puras mentiras.

Y era que Yoongi en verdad no quería salir de su casa. Prefería quedarse en su cama, tal vez fumar algo de hierba y dormir todo el día. Ese era su plan para su fin de semana.

Pero no. Oh, claro que no.

No para Namjoon y sus estúpidos amigos. Ellos siempre querían beber, y divertirse. Siempre con algo de drogas, y alcohol. Siempre era lo mismo.

Y realmente no era el tipo de fiestas que a Yoongi le gustaban. No era fanático de perderse a sí mismo en alcohol, por lo que siempre que salía con ellos, procuraba cuidarse. Nunca sabía lo que pasaría.

Y ahora estaba ahí. En medio de esa obscura y triste calle. Sin señal. Sin dinero, porqué según Namjoon "pagaría todo él mismo". Y por supuesto que Yoongi le tuvo que escuchar.

— Mierda —. Maldijo entre dientes, con ganas de tirar al suelo su maldito teléfono. ¿de que le servía un teléfono con el que no podía llamar o enviar mensajes?

Se sentó en el suelo y sacó su bolsa de cigarrillos. ¿que más podía hacer? Estaba en un lugar desconocido, sus amigos se habían olvidado de él, y no tenía señal ni dinero para pedir un taxi. El frío se colaba por su suéter.

Jodida suerte que tenía. Justo hoy, se le ocurrió usar un suéter muy fresco.

Colocó el cigarro entre sus dedos e inhaló.

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— Bien chicos, creo que ésto será todo por hoy —. Dijo, aplaudiendo sus manos. — Trabajaron muy bien hoy —. Añadió.

Todos los alumnos aplaudieron cansados, y se fueron rápidamente. Era tarde después de todo, por lo que Hoseok no los culpaba.

Pero por desgracia, él debía quedarse a recoger sus cosas y asegurarse que nadie más se quede en el salón.

Recogió sus pertenencias y las metió en su mochila. Podía sentir su sudor aún escurrir por su espalda, y tenía muchas ganas de bañarse en éste momento. Pero prefería esperar a llegar a casa.

Al salir del edificio, se aseguró de cerrar con llave la puerta. Y a paso lento y silencioso, comenzó a dirigirse a su casa.

Lo único bueno de caminar a ésta hora, era el silencio. Hoseok podía escuchar sus pasos resonar por el lugar. Nadie se levantaba a esa hora en esas zonas, así que sólo era él.

Desgraciadamente era algo malo también. Era peligroso. Y la verdad era que esa era la verdadera razón por la que había comprado esa espray pimienta que mantenía escondido siempre a un costado de su bolsa.

Pero si alguien le preguntara al respecto, el lo negaría por completo.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó unas pisadas detrás de él. ¿Quién caminaría por la acera a esta hora además de Hoseok?

"Tranquilo, se irá si bajas el ritmo", se dijo a sí mismo.

Comenzó a caminar lentamente, y las pisadas bajaron el ritmo igualmente. Okey, esto se empezaba a tornar raro.