Yoonseok One Shots

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Título: The things I didn't say

Resumen: Yoongi se arrepentía. Se arrepentía de tantas cosas.

❤❤❤❤❤❤

Las calles estaban llenas de gente que corría deprisa para llegar a su destino a tiempo.

Yoongi miraba al frente con una mirada perdida. Probablemente si alguien lo veía en ese momento pensarían que se encontraba bajo el efecto de alguna droga o algo parecido.

Pero no estaba drogado. Simplemente pensaba.

Frente a él, un restaurante de comida rápida se encontraba trabajando. Algunas personas entraban y salían tiempo después, con rostro satisfecho o con bolsas de comida en sus manos.

Sus ojos se posaron en una pareja. Era un chico y una chica que caminaban con los dedos interlineados, y con la mirada fija uno en el otro. Yoongi suspiró. Un recuerdo le vino a la mente.

Era hace tiempo. En ese entonces, Yoongi tenía 14 años. El clima era mucho más fresco en ese entonces, y las personas que transitaban en la calle paseaban con una sonrisa, en vez de el rostro de preocupación que cubría los rostros de los trabajadores que iban tarde a su trabajo.

En esas fechas, Yoongi no sabía casi nada de la vida. Pensaba que los adultos solo eran personas que le reprimían, y que lo único que importaba era él. Creía que sus sueños se volverían realidad simplemente con el hecho de desearle a una estrella, o a un reloj. En ese momento, Yoongi era ingenuo.

Y cuando Yoongi era ingenuo, conoció a Hoseok. Era un chico con una gran sonrisa, que tenía la manía de llamarle "Yoongs hyung". Principalmente porque el menor tenía braquets en sus dientes, y ésos le impedían hablar correctamente.

Yoongi conoció a Hoseok en el colegio. Casualmente, cuando Yoongi recién entró al colegio, Hoseok fue el encargado de mostrarle las instalaciones. Pero no fue por esa razón por la que comenzaron a hablar.

Yoongi conocía a Hoseok solo de vista en ese entonces. Lo veía pasear con sus amigos, con una gran sonrisa, y algunas veces, soltando carcajadas y bromas. Hoseok era un chico muy feliz. Extrañamente feliz, ahora que Yoongi lo pensaba.

La primera vez que hablaron, fue un día lluvioso. Yoongi paseaba bajo su paraguas, bajó la lluvia.

Nunca le había molestado la lluvia. La verdad, disfrutaba pasear bajó la lluvia, pues en esos momentos, no había gente en las calles, y podía pensar con tranquilidad.

Yoongi nunca había sido un chico que tuviera muchos amigos. De hecho, no tenía ningún amigo en el colegio. Amaba leer, y en realidad no le interesaba tener alguna amistad con alguien del colegio. Todos le parecían muy ruidosos, y aburridos.

Pero precisamente ese día, conoció a alguien muy interesante. Alguien que le llamó la atención.

Esa persona era Hoseok.

Yoongi recordaba haber levantado la vista, con su paraguas sostenido fuerte contra su mano. Y vio a Hoseok, caminando del otro lado de la calle. Una sonrisa, como siempre en su rostro, y completamente empapado.

Ahora que lo recordaba, esa había sido la primera vez que en verdad Hoseok llamó su atención. Verlo caminar, completamente sólo y con una sonrisa en su rostro era algo que no se veía todos los días, y menos bajó la lluvia.

Cuando Yoongi había visto a alguien sonreír, siempre era por un corto periodo de tiempo. A veces era cuando una persona hablaba con un mayor y quería dejar una buena impresión, otras veces cuando se contaban bromas entre amigos y sonreían al no entender el chiste, para no ser groseros. Incluso había visto una vez, a su maestra sonriéndole a otra profesora, y minutos después decir que era una perra. Pero Yoongi nunca había visto a una persona sonreír simplemente… por querer hacerlo.