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Título: Heal

Resumen: Era una habitación blanca, con unas cortinas color azul claro, su cuerpo estaba cubierto por vendas blancas, y dos personas lo observaban a su lado. ¿Qué mierda estaba sucediendo?

— ¿D-Dónde estoy? —. Logró hablar, con voz ronca y cansada. Como si fuera un anciano de 90 años.

— Hola Min Yoongi, soy el doctor Jung —. Habló el hombre con bata blanca y grande sonrisa. — Tuviste un accidente, pero estás bien ahora —.

********

— ¡Ya no voy a escuchar tus mentiras de mierda de nuevo! Ésta vez se terminó —. Su voz resonó con fuerza en la habitación. Cerró la puerta detrás de él, con tanta fuerza que pudo escuchar algo romperse por el impacto.

Sus pies se movieron rápidos, mientras bajaba de las escaleras. El clima frío, y la nieve cayendo del cielo le hicieron sentirse un poco más relajado, más que nada por el calor que sentía por el enojo, siendo disipado al ambiente.

Entró al automóvil con un portazo, y lanzó al asiento trasero la pequeña maleta que consiguió armar de manera improvisada, que mantenía sus cosas más valiosas.

Colocó sus manos al volante, sintiendo nuevamente el calor del enojo en sus venas.

— Que se joda ella y su putas mentiras de mierda —. Susurró para sí mismo, echando en reversa el automóvil. Las llantas crujieron contra el casi congelado asfalto.

Era uno de los días más fríos de todo el año. Si a caso el más frío. Aún siendo casi época navideña, nadie se encontraba afuera haciendo lo que comúnmente harían a ésta época.

Dentro de las tiendas, las luces navideñas brillaban. Las personas dentro charlaban animadamente entre ellas. Mientras afuera era un infierno helado.

Su automóvil se alejaba cada vez más del lugar al que había considerado su hogar, y sin ningún destino fijo, se concentró solamente en conducir.

Era siempre lo mismo.

Ella llegaba en la noche, diciendo que su "turno se alargó". A veces daba otra estúpida excusa, como "una amiga me pidió acompañarla a un lugar". No importaban las excusas.

El punto era que siempre era lo mismo. Ella llegaba a casa, con el aroma a un perfume desconocido en sus ropas. Con sonrisas falsas y un "estoy muy cansada, ahora no". Siempre las mismas mentiras.

Hasta esa noche. En el que Yoongi encontró un recibo de una cena para dos personas, en un restaurante lujoso.

Las mismas mentiras. Simplemente su amor era mentira.

— Mierda —. Maldijo en voz baja, sintiendo la urgencia de fumar un cigarrillo. Giró la vista a su maleta. — ¿Dónde los guarde? —.

Soltó una mano del volante y comenzó a revolver entre su ropa, en busca de la pequeña cajetilla. La encontró.

Volvió la vista al frente, para ver unas luces brillantes en su dirección. Sus manos giraron rápidamente el volante, y con un estruendo horrible, el automóvil impactó contra una pared.

********

— Inyecta 30 miligramos, para que no tenga tanto dolor al despertar, ¿Encontraron algo sobre su familia? —. Una voz masculina.

— No, Dr. Jung —. Una chica.

Un suspiro.

— Bien, entonces esperemos a que despierte —.

— Dr. Jung, creo que está despertando —.

Su cuerpo dolía demasiado. Incluso al respirar. Intentó mover su brazo a su cabeza, que le mataba de dolor, pero le fue imposible mover un solo músculo. Se sentía muy cansado. Demasiado.

Yoonseok One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora