t w e n t y e i g h t

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— ¿Por qué tardaste tanto? — Hablé tratando de eliminar los bonitos sentimientos para concentrarme en él y Jihye. — No fuiste a terminar lo que empezaste a otro lado, ¿verdad? — Al verse confundido señale con la mirada la puerta de mi oficina. — Lleva ahí un buen rato esperando a que la mires.

JungKook inmediatamente se levantó y caminó a la puerta con una sonrisa en sus bonitos labios, los ojos de Jihye brillaron en emoción y se acercó por completo a la oficina. Un nudo en mi garganta amenazo con salir, pero solo fue una amenaza, JungKook la hizo desaparecer como por arte de magia.

— Jihye-ssi, ¿podrías ir y mirar a alguien más? Estamos algo ocupados aquí y tu presencia perturba un poco. Ve a hacer algo productivo. — Los ojos de la loca se abrieron en shock. Si estuviera en su lugar probablemente estaría igual.  — Muchas gracias por comprender, adiós.

Y sin más JungKook regresó a su lugar en mi escritorio recargándose nuevamente en él. Traté de decir algo, lo que sea, pero al igual que Jihye estaba realmente sorprendida. De cualquier manera ni siquiera tuve que salir de mi sorpresa para que algo ocurriera, pues sus labios bajaron atacando los míos nuevamente provocando que lo que sintiera ya no fuera una tormenta, sino un tifón nivel extremo.

— Nope, no fui con ella y nunca lo haría, tengo a una Noona increíble y hermosa la cual me encanta y nunca quiero perder.

— ¿Entonces? Tardaste mucho como para solamente bajar a la cafetería y comprar un café. — JungKook rió divertido al ver mi rostro burlón, se encogió de hombros.

— Tienes razón... pero prefiero dejarlo a tu imaginación.

Y duro y dale con la imaginación. — ¿Qué? ¡Jung--! — Ya era costumbre que sus labios interrumpieran con un beso mis quejas, no iba a negarlo, esto me encantaba, pero bueno, también hay que hacerse un poco del rogar. Disfrute el sabor de sus labios unos segundos más antes de separarlo y volver a mi trabajo.

— ¿Noona? — Esa palabra otra vez, este hombre quiere matarme. No subes la mirada, Bong, tienes que ser fuerte. — ¿y mi beso?

— El que te di fue suficiente para que tu imaginación trabaje. — La sorpresa adornaba su bello rostro, la satisfacción llegó a mi ser, esto era divertido. —Ahora, ¿podrías ir por la carpeta morada? La junta es en diez minutos.

— Pero...

— Nada. Ve, corre, conejito. — Tomé sus mejillas entre mis dedos apretándolas con suavidad haciéndolo lucir extremadamente adorable. O al menos, así era hasta que el rastro de mi labial en sus labios apareció en mi campo de visión. Sin aguantarme tomé el cuello de su camisa para acercarlo a mí, toqué con mis labios el lóbulo de su oreja, el olor de su fuerte y suave colonia entró por mis fosas nasales brindándome un placer exquisito. — Me encanta mi labial en tus labios después de un beso como el de hace rato.

Sin más salí casi corriendo de la oficina escapando para no terminar encerrada con él repitiendo ese momento en lugar de asistir a la junta. Yo, Park Bongsun, ¿le acababa de decir eso a Jeon JungKook? Dios, estoy mal.

Piqué como cinco o diez veces con nervios el botón del ascensor, rápido maldita sea. Dos segundos después esta se abrió y me introduje con rapidez, apretando el botón del piso donde se realizaría la junta. Cuando las puertas se cerraron y sin JungKook a mi lado logré respirar con fuerza, no me podía creer que yo había dicho eso. ¿En qué estaba pensando? Recargué mi espalda en la pared del elevador tratando de controlar mi alterado corazón.

yeppeun noona ; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora