La Búsqueda

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.- ¿Qué tan infeliz debió sentirse como para escapar?-.

.- ¿Qué tan sola pudimos hacerla sentir?-.

.- ¿Tanto la descuidamos?-.

Todos nos preguntábamos lo mismo a diario, ¿Cómo es que una persona que siempre busca el bien para terceros, decidió dejarnos?

La extrañaba demasiado, y no tenía ni la más idea de donde podría estar, medio año sin saber de ella, estaba destrozando mi vida. Las esperanzas de encontrarla mermaban día con día, pero, no habíamos buscado lo suficiente.

Escuchábamos a diario sus llamadas, intentando descifrar algo, un indicio o pista de donde podríamos hallarla, pero ella era una chica demasiado lista.

.- ¿Cómo es que no nos dimos cuenta que sus cosas ya no estaban?-. Owen estaba deprimido.

.- No le prestamos atención-. Susurré.

.- Ella siempre fue tan sincera y fiel a nosotros, y le fallamos-. Corban se revolcaba en su miseria.

Entonces, Mateo se paró de golpe. Un indicio de luz se desbordaba de sus ojos.

.- Tengo una idea de donde puede estar-. Gritó triunfal.

Audrey:

Lo cierto es, que la velocidad no era lo mío, casi había chocado una docena de veces pero gracias a mis reflejos sobre humanos había logrado esquivarlos. Recibí muchísimos silbidos de desaprobación, pero necesitaba alejarme lo más posible, el tráiler no los detendría lo suficiente y ellos no se darían por vencidos.

Maneje cerca de 25 horas sin descansar, y llegué a mi destino; una pequeña cabaña en la costa de una vieja y olvidada playa, ahí dentro estaban todas mis cosas, listas y empacadas para dejar la fachada. Entré y me coloqué una peluca que recién había adquirido, su color rojo encendido me había gustado bastante, me puse una falda holgada hasta los tobillos, y una blusa despegada; intenté no llamar la atención. No podía detenerme a dormir, me dirigí a una de las más grandes tiendas de lanchas de ahí.

.- ¿Disculpe?-. Llamé a la tienda, un señor ya muy anciano me atendió. Gracias a su edad, no sospechó ni hizo preguntas innecesarias cuando compré de contado la mejor de sus lanchas y pedí que la llevaran hasta la costa, cerca de la cabaña. Uno de sus trabajadores colocó un par de maderos donde poder aparcar la lancha, y me enseño como usarlo. Después de haber asegurado la lancha, volví a tomar mi auto, y me dirigí a otra de las casas que había adquirido, donde había mandado ropa, comida y herramientas para un posible escape rápido; lo subí a mi coche, y ahí los dejé, listos para cualquier cosa. Cerré bien justo después de salir.

Me dirigí a un negocio de autos usados, donde adquirí una camioneta mini van de segunda mano, color negro descolorido, con un par de golpes; no llamaría la atención. Y así, estaba lista mi fachada.

Esperé a que cayera la noche para poder salir de ahí.

La isla que ahora sería mi hogar, estaba a más de dos horas de la cabaña que había comprado, esperaba que estuviera en buenos términos, no tenía herramienta para poder arreglar una mansión en medio de una isla.

Poder llevar todas mis cosas y provisiones me llevo casi diez viajes, me llevó dos noches enteras poder llevarme todo, y en las mañanas acomodaba las cosas.

Fue hasta el tercer día en que de verdad pude admirar la hermosura de mi nuevo hogar; la casa estaba escondida a unos metros de la playa de la isla desierta. La maleza creía alrededor de ella, y la casa parecía formar parte de ella de algún modo. Era tal vez, igual de grande que la casa en Florida, mismas habitaciones, sin garaje, en cambio, el cuarto de entrenamiento era el doble de grande.

Pero, también a su vez era diferente, todas las paredes exteriores eran de cristal a prueba de balas, y las paredes de adentro, eran de duela dándole un aspecto más frágil, todos los muebles eran de madera, caoba en su mayoría, con todos los lujos posibles.

Zeta la había hecho a los gustos de los Campbell, era exactamente igual a la casa Campbell, incluso las habitaciones contenían las mismas cosas, esperando por la llegada de sus inquilinos, aquellos que no vendrían.

.- Lo siento padre, solo yo acudí-. Susurré llorando.

Salí de la casa para poder evaluar los alrededores, justo detrás de la casa había un manantial artificial, simulando una alberca natural, con sillas colgando de los árboles, 8 sillas.

Después de haber mirado superficialmente, me dirigí a mi nueva habitación, y me dormí llorando. Dormí más de 24 horas seguidas.

La primera llamada a los Campbell fue de lo más dolorosa, fui muy cuidadosa al no dejar que escucharan nada que podría delatar mi posición, y funcionó.

Con el tiempo, descubrí más peculiaridades de la casa; como que en el sótano, había un pasaje escondido detrás de las tuberías, que al parecer, llevaba al otro extremo de la isla. Decidí explorarlo, me tardé tres horas corriendo a paso sobre humano, y al llegar al otro extremo, encontré una zona hotelera, recubierta de mucha gente, Zeta había construido todo con la intención de que, si pasaba algo, podríamos escapar a un lugar repleto de olores y personas.

Decidí hacer unas mejoras la túnel, por lo que lo llené de luz y muchas trampas que solo yo sabría activar, también me aseguré de crear una cortina de maleza que tapara exhaustivamente la entrada al túnel, por lo que ese pasaje se volvió invisible a los ojos humanos.

Mejoré toda la casa, dándole mi pequeño toque para no sentirme tan sola; instalé arreglos, decoré cada estancia, y coloqué cámaras y trampas en muchos lugares. Convertí la casa en un paraíso que era casi una fortaleza, sobre todo por el hecho, de que nadie sabía que tal casa existía.

Lo cierto era, que ahora tenía demasiado tiempo libre, y necesitaba algún pasatiempo que me alejara de la soledad de mi nueva casa; así que cierto día, me vestí lo más presentable que pude, y me dirigí a la zona hotelera a pedir un trabajo. Y encontré uno perfecto.

Trabajaría como mesera en uno de los más grandes restaurants de la zona; compartía el tiempo con otra mesera, de muy poca edad como para poder trabajar; así que solo me presentaría tres días a la semana, y descansaría los demás, buena paga, poco esfuerzo.

Así fue pasando mi tiempo, el primer mes fue el más difícil, era duro regresar a una casa completamente vacía, pero en mi trabajo, la gente me estimaba bastante, y el dueño estaba encantado conmigo debido a que las ventas habían subido un 30% desde mi llegada, los varones visitaban muy seguido el lugar, mi paga iba en aumento, y las propinas eran realmente buenas.

Los días que no trabajaba, entrenaba, física y mentalmente a tal punto, de ser aún más veloz y fuerte de lo que era. Y una vez cada mes y medio, iba de visita a la ciudad por provisiones de comida, libros y películas. Tenía bastante bien controlada mi vida, y puntual a mi palabra, llamaba cada semana para reportarme.

Ya había perdido las esperanzas de volverlos a ver, había pasado ya un par de meses, posiblemente y hasta hubieran perdido el interés por encontrarme.

Lady Killer II .- Perfeccionando a la AsesinaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant