CAPITULO 1: Dios los cría y ellos se juntan.

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LANA

Lana Caldwell había enfrentado a numerosos chicos rudos en la escuela. Los había humillado con el arte del sarcasmo y la manipulación, había ganado cada uno de los enfrentamientos verbales que se le presentaban. Jamas había sentido miedo de alguno de ellos, de sus amenazas vacías y echadas al aire, de los golpes bajos cuando ya no encontraban buena argumentación, de las intimidaciones. Pero la verdad era que nunca se había sentido tan asustada como en aquellos momentos. En medio de una carretera desierta y de noche, cuando el vehículo que conducía un desconocido se detuvo de golpe, haciendo chirriar las ruedas sobre el asfalto. 

No importaba que se hubiera cuidado por si misma desde que tenia diez años, ni que tuviera la matricula de honor en la escuela. Tampoco de que su familia fuese mas millonaria que los Cullen. Tan pronto como el sujeto se apeó de la camioneta y empezó a andar hacia ella, todas aquellas verdades se desvanecieron: la única cosa en la que pensó era que estaba sola en una carretera completamente vacía.

Sintió un ataque de pánico.

«Me moriré aquí, y nadie encontrara mi cuerpo. » pensó angustiada «¿Quien cuidara de Gracie? ¿Quien le dará de comer a Prada? Lizzie vive en una burbuja de humo, y mama y Kate no están casi nunca en la casa. Me moriré sin que nadie se de cuenta.»

Unos momentos antes, cuando la camioneta había pasado junto a su coche, había visto como el la miraba con profundo interés, como si estuviera seleccionando la mejor presa del rebaño . Su primera impresión fue que el tipo estaba planeando un asesinato. Lana escuchaba constantemente las noticias que se transmitían por la localidad; la mas popular era de personas extraviadas que luego reaparecían sin vida al día siguiente. Y a ella se le ocurrió que, tal vez, aquel sujeto era el culpable, y Lana seria su próxima victima. Una idea terrorífica, pero menos pavorosa que el súbito pensamiento de haber visto esa cara antes. De piel rojiza y pómulos pronunciados. De cabello y ojos oscuros. Las sombras de la noche apenas le dejaban ver con claridad. 

« Por favor Dios, haz algo. Que de la vuelta y se vaya por donde vino.» 

Pero, ¿Por que Dios iba a intervenir para evitar que acabara asesinada y su cuerpo tirado en medio de la nada?. En vez de eso, Dios había decidido que aquel chico parase; en esos momentos, un rayo ilumino la escena. Vestía una camiseta negra que acentuaba su aspecto fornido, al igual que sus vaqueros gastados. Lo ultimo que vio antes de que el rayo dejara de emitir su luz, fue el tatuaje del hombro derecho. 

Lana lo reconoció casi de inmediato. Se trataba de Jacob Black, su odioso compañero de instituto. Era la única persona con quien Lana tenia que esforzarse el doble para ganar una discusión. Eso solo fomentaba mas su odio por el. Así que antes de que se detuviera a pocos pasos de ella, se cruzo de brazos, lo miro con arrogancia y le dijo:

  —Si estas buscando dinero, Black, te aconsejo que se lo pidas a los Cullen. Yo no estoy en el negocio de la caridad. 

El suspiró y un nuevo rayo ilumino el cielo, pronosticando una tormenta. Lana se fijo en la expresión de fastidio que tenia, casi como si estuviera a punto de matarla. Ella estaba preparada para una batalla verbal, pero no para lo que vendría. 

—¿Necesitas ayuda?—le pregunto Jacob, impasible. 

Eso la descoloco. No era la primera vez que se le pinchaba una rueda, y estaba segura de que el jamas había ofrecido su ayuda en ninguna de las veces anteriores. Ni para su auto ni para cualquier otra cosa. ¿Por que de repente era amable con ella?. Lo miro desconfiada.

—¿Que quieres de mi?—dijo con brusquedad. Si se trataba de una broma, ella no se la dejaría pasar. 

—No quiero nada—contestó el. 

ATYPICAL ✦ JACOB BLACKWhere stories live. Discover now