CAPITULO 26: De vuelta a la normalidad.

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LANA

Por la mañana, con los primeros rayos del sol filtrándose a través de las cortinas, Lana necesitó unos segundos para ubicarse. Pestañeó varias veces seguidas mientras intentaba enfocar correctamente la vista en las manecillas del reloj. 

«No puede ser», pensó.¿Las ocho en punto? ¿De la mañana?

 Se derrumbó nuevamente sobre el sofá, con la vista fija en el techo y la desagradable certeza de que ya no iba a poder conciliar el sueño de nuevo, no con aquel sol que le lanzaba dardos de luz a través de las ventanas. 

Mientras recordaba lo que había sucedido la noche anterior, su preocupación volvió a aflorar con fuerza. Se dirigió al cuarto de Jacob y abrió la puerta despacio. El continuaba dormido. Ella se acercó y se sentó en la cama a su lado. Le tocó la frente para comprobar de que no tenia fiebre. 

—Linda forma de despertarse—dijo, desperezándose y abriendo los ojos. Lana lo miró apenada. 

—¿Te desperté?

Jacob negó con una sonrisa. 

—Ya estaba despierto hace media hora. 

—¿Como te sientes?—le tomó la mano y el la apretó contra su pecho. 

—Como un animal atropellado en recuperación. 

—También suenas como uno. 

Jacob rió y frunció el ceño. 

—¿No deberías estar en la escuela?

—No pienso ir. 

El se puso demasiado serio. 

—Debes ir. Si faltas, bajará tu nivel académico. No puedo permitir que hagas eso por mi. 

Lana rodó los ojos. 

—No me importa. Y no voy a discutirlo contigo. Ahora, ten—le alcanzó unos analgésicos y su vaso de agua—Debes tomar tu medicación. 

—¿Ahora eres mi enfermera?. —soltó con sorna. 

—Y la única que tendrás. Ya, anda. Tómalos. No me iré de aquí hasta que lo hagas. 

El obedeció y se acostó después de tomar los analgésicos. No dejó de insistir en que regresara a casa y ella, cansada de discutir, prometió que regresaría a verlo por la tarde. Accedió solo porque necesitaba darse un buen baño y cambiarse de ropa. 

Con su madre fuera y Lizzie sentada frente al televisor las veinticuatro horas, podría hacer lo que quisiera. Pero antes de que ideara cualquier tipo de plan, Kate apareció bajando las escaleras y ambas se quedaron mirándose un buen rato, sin saber que decir. 

Sin perder el tiempo, Mary Kate hizo el amago de marcharse. A Lana le tocaba arreglar aquello. Aspiró hondo intentando calmarse, preparándose por si su hermana todavía seguía enfadada, y a continuación soltó:

—Ya sé que probablemente no quieres hablar conmigo...

—Pareces un zombie.—le dijo.

Lana tenia ojeras bien marcadas y el pelo tan enmarañado que seria un insulto para las aves llamarlo nido. 

—Lo se. Pasé la noche en vela. 

A pesar de que sentía curiosidad, Kate no preguntó. En cambio, le dijo:

—¿Qué quieres?

Lana tragó saliva.

—No estaba intentando coquetear con Raymond aquel día. Fue él quien vino a hablar conmigo, y no sé por qué dijo lo que dijo, a no ser que su intención fuera ponerte celosa. Estoy segura de que no me crees, pero quiero que sepas que jamás te habría hecho una broma como ésa. No soy así. —Le había salido todo de carrerilla, pero ahora ya estaba, ya lo había dicho.

ATYPICAL ✦ JACOB BLACKOnde as histórias ganham vida. Descobre agora