ATYPICAL ✦ JACOB BLACK

CAPITULO 13: Secreto Revelado.

LANA

Lana se quedó contemplando a Jacob mientras este se alejaba. Reflexionaba sobre las cosas que el le había dicho y no dejaba de preguntarse que quería decir con eso. Nunca había aparentado ser alguien que no era. Bueno..., quizás algunas veces frente a su madre, pero su carácter explosivo y su nula paciencia siempre las dejó en evidencia desde un primer momento. Y temía que el estuviese creando en su cabeza una imagen de ella que no era.

Lana no era la chica buena y dulce. Tampoco era la reina malvada que muchos habían dictaminado. Solo una adolescente terca y caprichosa que no le importaba decir lo que pensaba ni lo que pensaban los demás. Bueno, casi todos.

—Kate, ¿Has visto a Prada?. No la encuentro por ningún lado. —preguntó una vez que entró en casa y la vio sentada en el sofá; tenia la esperanza de que su hermana se dignara en dirigirle la palabra otra vez. En cambio, esta solo continuó jugando con su teléfono.

—Ya sé que probablemente no quieres hablar conmigo... pero todo lo que dije es cierto. Yo no hice nada con Raymond.

En vez de responder, Kate cruzó una pierna encima de la otra.

Lana respiró hondo. Ya no sabia como encarar la situación.

—Bueno... si la vez, dímelo. O díselo a alguien mas, si es que pretendes pasar de mi olímpicamente como hasta ahora. —bramó dirigiéndose a la escalera—Que descanses.

Aunque Lana no lo demostrara, le dolía la relación que había desarrollado con su hermana. Siempre habían sido unidas; al igual que con Gracie Lou. Pero en esos momentos, se sentía sola y vacía. Ni siquiera podía tener el consuelo de su mascota Prada porque, de seguro se había escondido en algún lugar de la casa- solía hacer eso casi siempre-, y esperaba al menos, tener la compañía de alguien de su familia.

Entendía que vivía en una familia disfuncional. Padres divorciados; una hermana egoísta que no le importaba nada mas que ella misma y su copa de vino; una madre ausente que vivía exclusivamente para el trabajo y la agencia de modelaje de Kate; y un padre que se volvía a casar. Un padre que Lana habia adorado pero que, cuando las dejó, nunca mas respondió sus llamadas. Haciendo como si nunca hubiese existido. Ese dolor se había instalado en ella y continuaba repercutiendo incluso en la actualidad; como una mancha oscura que se te pega en la piel y no puedes quitártela con nada.

El único refugio que le quedaba, eran Kate y Gracie. Lo único por lo que ella estaba dispuesta a luchar. Y Raymond no iba a destruir lo único bueno que tenia en su vida. 

Y cuando lo vio salir del cuarto de su hermana, sonriendo macabramente. No pudo evitar fulminarlo con la mirada al pasar por su lado. Últimamente parecía que se había instalado en la casa; y a nadie parecía molestarle. Solo a ella.

—¿Pelea de hermanas?—pinchó el, logrando que se detuviera y lo mirara—. Vamos, fue solo una broma.

—No le veo lo gracioso. Ahora, si me disculpas...—ella reemprendió la marcha pero el le corto el paso.

—¿Por que no admites que te gusto?. No es tan difícil.

Lana puso los ojos en blanco, curvando la espalda hacia atrás para separarse de él.

—No se en que universo vives, pero estoy segura de que en ninguno de ellos me gustas tu. Así que, lárgate de mi camino.

Su risa le provoco escalofríos. Ella no se movió. Deseaba que él viera que no le tenía miedo. Aunque lo cierto es que estaba asustada.

—Eres graciosa. Me gusta eso en una chica.

—Mira, no estoy de humor para tus tonterías.