CAPITULO 2: Mas malo que bueno.

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JACOB

Hiciera lo que hiciese, Jacob Black no lograba escapar de la opresión de su abominable secreto. En apariencia, todo parecía normal: durante las ultimas cuatro semanas había ido a clase en el instituto y había seguido con sus reparaciones de autos. Pero casi la mayor parte del tiempo, sentía una rabia perturbadora y descomunal. 

Sam le había ayudado en todo lo que pudo. Como controlarse ante los demás, como respirar. Sin embargo, hacerlo y que funcionara, eran dos cosas muy distintas. Jacob se preguntaba si en algún momento todo volvería a ser lo que una vez fue; aunque sabia que aquello era mas un deseo que una realidad. 

Lo que mas le preocupaba era su amigo Quil. Era el único de su grupo que aun no se había transformado. Entendía que estaba triste y confundido, pero sobre todo, estaba aterrado; aterrado de ser el siguiente en la "Secta de Sam".  Cada vez que se lo cruzaba, sentía una desagradable sensación de culpa. Quería hablarle, contarle la verdad. Lo mismo le sucedía con Bella. No obstante, aquel secreto era demasiado grande.  No se trataba solo de el, sino de una comunidad. Algo en la sangre que le corría por las venas; generación tras generación. Por ende, no había nada que el pudiera hacer. 

—¡Jake!.

La reconocible voz de Embry lo hizo volver a la realidad. Se encontraba en el estacionamiento de la escuela, aun con el motor encendido. Giro la llave y se apeo de la motocicleta antes de girarse hacia el. 

Embry había estacionado su coche a solo unos pasos de distancia. Cuando se acerco, lo saludo con un amistoso apretón de manos. 

—Te tengo noticias. De camino me cruce con el abuelo de Quil. Me dijo que ya ha comenzado.—   explico en un tono bajito. Jacob abrió los ojos de la sorpresa. 

—¿En serio te dijo eso?

—Eso, y que podría freír un huevo en su frente. Ya no tardara mucho en convertirse y ser parte de la manada. Ahora si el grupo estará completo, ¿no es genial?.

Jacob necesito unos segundos para procesar la información. Se sentía aliviado...y preocupado de igual manera. 

—Supongo...— suspiró con un gesto de desánimo. Embry frunció el ceño.

—¿Que sucede?. Pensé que te alegrarías. 

—Claro que me alegra. Pero también me preocupa como se lo vaya a tomar. Esta aterrado.

Embry torció el gesto involuntariamente. 

—Pues dejara de estarlo cuando se entere de la verdad. Tal como nosotros.—lo tomo del hombro y le regalo una sonrisita maliciosa—¿Quieres apostar?

Jake rió abiertamente.

—Creo que seguiré conservando el dinero en mi bolsillo.

—¡Que tacaño! —se burlo Embry con fingida indignación. Eso solo suscito golpecitos departidos entre los dos. Después, empezaron a caminar hacia la puerta de entrada al igual que el resto de los estudiantes; o al menos, la gran mayoría. Algunos rezagados se pasaban cigarrillos a hurtadillas detrás de los automóviles. En el aire matinal, se asomaban unas volutas de humo. Pero Jacob percibió algo mas que un aire cargado de nicotina y ansiedad. Se trataba de un aroma intenso, visceral. Un poco alterado, miro a su alrededor. Y luego se dio cuenta. Incluso antes de que Embry se lo comentara. 

—Y hablando de gente tacaña...  —Por supuesto, aquel no había sido ningún comentario feliz.

A lo lejos, tres figuras femeninas se abrían paso entre los estudiantes con una gracia digna de destacar. Sus rostros serios; superficiales. Se trataban de las tres chicas mas populares de la escuela: Quinn Foster, Morgan Berry y Lana Caldwell. La ultima, una reina que destilaba orgullo y destrucción. Embry las denominaba "Las hermanas Sanderson". Jacob estaba completamente de acuerdo en que ese titulo cuadraba, pero en lo que no estaba de acuerdo era en que una de ellas se convirtiera en su impronta. 

ATYPICAL ✦ JACOB BLACKजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें