Taehyung me miró profundamente para luego encogerse de hombros. — Tendrás que descubrirlo por ti misma, Noona. — El sonido de un celular comenzó a sonar, Tae se movió rápido y lo sacó del bolsillo interno de su saco, miró la pantalla y luego a mí. — Escucha, tengo que irme, Noona. ¡Dile a Jimin que lo buscare en un rato para ir a celebrar la decisión de tu padre! — Gritó lo último mientras se alejaba dejándome completamente sola y confundida.

Saqué todo el aire de mis pulmones con frustración, ¿por qué había dicho eso? Sin duda alguna sabía que mis pensamientos impuros respecto al hermano de mi mejor amiga tenían una razón: JungKook me confundía. Aunque internamente pensara que nunca tendría ese tipo de sentimientos por nadie, sabía que ese mocoso había logrado hacerme dudar respecto a mi roca llamada corazón. Y ahora, después de ese beso, las confusiones habían incrementado un 80%. Y no era nada bueno.

Hice que mi cerebro mandara ordenes racionales a mi cuerpo y que mis piernas comenzaran a caminar hacia la oficina. Pero me detuve al ver a la pesadilla perseguir a alguien con determinación. Por dios, ¿nunca se hartaba de ser tan castrante? Sin saber por qué la curiosidad de saber a quién molestaba con su presencia se hizo presente, así que con sigilo me acerqué. Y bueno, ya saben lo que dicen. La curiosidad mató al gato.

La curiosidad a mí no me mató, pero sí hizo que mi sangre comenzara a hervir del enojo.

La muy zo-- boba... (cálmate Bong) acariciaba la mejilla de mi asistente como si fuera lo mejor del mundo. Y eso no fue lo único que provocó que mis arterias ardieran, JungKook tenía su portafolio en mano, listo para irse. Sin dudar un segundo me acerqué a los dos tórtolos mal nacidos.

— Oppa, estás muy caliente, no sería bueno que tuvieras fiebre, déjame acompañarte a la enfermería. — Calientes mis polainas, ¿cómo mierda se atreve a siquiera tocarlo? En se caso YO lo llevaría, no ella.

— N-no, estoy bien, Jihye-ssi. — Su respuesta me hubiera venido de maravilla si no hubiera sido porque tartamudeó, sus mejillas estaban sonrojadas. Si se quería ir a jugar de doctor y enferma con la pesadilla, entonces adelante, le daré el maldito permiso.

— No te preocupes, JungKook, estoy segura de que Jihye cuidara muy bien de ti sin tan mal te sientes como para irte antes de tu hora de salida. — El cuerpo de mi asistente saltó en sorpresa y luego en susto al ver a quién pertenecía la voz. Mis aires de superioridad subieron dos rayitas al presencias esa reacción, pero bajaron diez cuando su expresión se volvió dura y seria. ¿Qué? ¿Ahora le molestaba que le diera el permiso?

— No me siento mal, jefa. — Su voz me hizo temblar, rayos, hasta molesto lo veía totalmente hermoso. ¿Qué me ocurría? Basta, tenía que ser fuerte.

— ¿Entonces? — La pregunta de la pesadilla igual a la mía se cruzó en mi camino. ¿Por qué mierda ella seguía aquí parada? ¿Acaso no tenía algo que organizar?

Esa pregunta también va para ti, Bong.

— Sohyun-Noona me llamó del hospital. Iré con ella. — Se inclinó en una reverencia y en seguida se giró al elevador. Sohyun le había llamado del hospital, entonces algo había pasado. Ignoré las ganas de seguir actuando como jefa enojona y le llamé antes de que se metiera al elevador.

— Espera, iré con-

— No, jefa-

— Shh. Iré contigo. — Me adentré a la máquina ignorando sus quejas, Sinceramente, tampoco esperaba que al cerrarse las puertas la pesadilla se encontrara junto a nosotros. — ¿Jihye?

Ella me miró e hizo un sonido que rechinó en mis oídos, un sonido similar al que sale cuando chocas los cubiertos de metal. Odiaba ese sonido. — Dime, Bong-ssi.

yeppeun noona ; jjkWhere stories live. Discover now