Las canciones de Celestina

La última canción

On air.

—¡Buenas noches, mis amores! —dije al micrófono, tratando de sonar alegre, aunque era un poco difícil debido a las circunstancias. Suspiré hondo y seguí—. Hoy tendremos una noche muy especial porque... Porque este será el último programa de Stereo Hearts. Cómo hemos ido anunciando hace unas semanas, Radio Underground cerrará definitivamente debido a la agenda de varios de sus integrantes.

Hice una pausa. Todavía no podía creerme lo que acababa de decir.

—Pero no nos pongamos tristes y disfrutemos de nuestra mutua compañía hasta el último momento —agregué con un poco más de entusiasmo—. Así que comencemos este programa con una bonita canción. Dedicada a ustedes, mis oyentes, Unconditionally de Katy Perry.

Habían pasado varias semanas desde que Guido nos convocó a todos los integrantes de la radio y de la banda para el gran anuncio. La sombra de Peter Pan había recibido una propuesta de una gira por Europa que duraría todo un año. Un año sin mis amigos. Sin Casiano.

♥ ♥ ♥

—Por supuesto no les estoy pidiendo que me contesten ya —dijo Guido al finalizar la explicación de cómo sería la gira—. Sé que tendrán muchas cosas que pensar y organizar. La mayoría de nosotros tenemos familia —agregó mirando a Renzo y Pato—, trabajos y estudios acá. Esto es un cambio enorme, lo sé. Pero también es la oportunidad que todos hemos estado esperando desde que armamos la banda.

—Yo digo que sí —saltó de pronto Marlene con aire despreocupado—. Después de todo, no tengo nada que me ate a este lugar. Pero voy a entender si alguno de ustedes no quiere.

Guido asintió.

—Por mi parte también me gustaría aprovechar esta oportunidad única —dijo su líder—. Pero comprendo si alguien no puede o no quiere. Somos un equipo y quiero que sigamos juntos pase lo que pase.

Casiano me miró en silencio por un largo momento antes de cruzar miradas con los otros dos chicos.

—Lo tenemos que pensar —respondió finalmente Renzo, y Guido asintió.

—¿Y qué va a pasar con la radio? —quiso saber Marcos, uno de los locutores.

—Si decidimos realizar esta gira la radio tendrá que cerrarse. Siendo como está la economía no podemos darnos el lujo de tener la casa deshabitada. Tendremos que alquilarla o venderla —respondió Guido y parecía que la idea le partía el corazón—. Sé que todos nos hemos esforzado mucho para que este proyecto y es una decisión egoísta la que estoy tomando. Pero tampoco me parecería justo dejarles toda la carga a ustedes.

—¿Y Percy? —preguntó Guille.

—Si hacen la gira lo más probable es que vaya con ellos —contestó mi mejor amiga con seriedad, pero luego pellizcó una mejilla de su novio—. Después de todo no puedo dejar solo a este tonto.

Eso hizo reír a todos y aligeró el ambiente. Ese era el superpoder de Percy, mantener el equipo unido y calmado. Algo imprescindible para una gira tan larga.

Sin embargo, yo seguía sin decir ni una palabra. No podía creer que tendría que despedirme de la radio que tanto había amado.

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La avalancha de mensajes de despedida, agradecimiento y buenos deseos estuvo a punto de hacerme llorar durante todo el programa.

«Nooo. No quiero que te vayas, Celestina. No nos dejes.» «¿Qué van a ser mis noches sin la música genial que siempre pasas?» «Gracias por haber sido mi compañía por las noches. Escuchándote no me sentía tan sola durante el trabajo» «Los extrañaremos a todos. Les deseo lo mejor.» «Gracias a tus consejos me animé a declararme al chico que me gustaba. Ahora llevamos medio año de novios. Gracias, por tanto, Celestina.»