Canción 27

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Once upon a time

There was a boy, and there was a girl

Hearts that intertwined

We lived in a different kind of world


—¡Buenas noches, mis amores! Y buen comienzo de semana. Bienvenidos a Stereo Hearts, el programa de radio más romántico del país —dije al aire, intentando mantener mi alegría usual, lo que se me estaba haciendo un poco difícil esos días. Las cosas nuevamente se me estaban yendo de las manos...

Sacudí mi cabeza intentando espantar esas ideas.

Este no era el momento para sumirme en mis problemas. Ahora, mientras durara el programa, era Celestina y mi trabajo era alegrar y ayudar a los demás con sus problemas amorosos. Aun cuando yo no tenía idea de cómo manejar los míos.

Toda mi charla con Melissa había sido un poco difícil de asimilar.

Jesse tenía un hijo con otra mujer. Aquel hecho no me molestaba en sí, pero realmente no sabía qué pensar al respecto.

—¿Estás bien, Cele? —me preguntó Percy a través de los auriculares mientras sonaban algunas canciones—. Te ves un poco ida.

Debido a los ensayos de la banda, ella estaba reemplazando a Casiano durante algunos días de la semana. Todos estábamos intentando ayudar en lo que podíamos para que los chicos terminen de preparar su demo.

—S-sí. Perdón, me distraje —respondí, volviendo mi vista a mis apuntes sobre la mesa.

—¿Es por lo que pasó con tu novio? —preguntó tímidamente, con miedo de hacerme sentí mal o incómoda.

—Eso... —suspiré—, entre muchas cosas.

♥ ♥ ♥

—¡¿Lo sabías?! —exclamó Jesse—. ¿Lo sabías y no dijiste nada?

Antes de que Melissa se fuera junto con la compañía de teatro, ella me había pedido que le diera una carta a Jesse. «Tienes razón. Es hora de que le deje elegir a él» me había dicho ella al entregármela. En la carta, Melissa le contó por qué lo había dejado aquella vez, le habló sobre Eren.

Él supuso, no erróneamente, que yo sabía lo de Eren. Y ahora Jesse no solo estaba furioso con Melissa y con su madre, sino que también conmigo.

—¿Creés que tenía el derecho a decírtelo? —repliqué, dejando que mi voz resuene por todo su departamento—. Ella me confió un secreto y sabés muy bien que yo no hago ese tipo de cosas.

—¡Lo sé! —gritó y al ver que yo había dado un paso atrás, asustada, él intentó menguar su voz—. Lo sé. Pero aun así... Tengo un hijo. Tengo un hijo que apenas pude ver una sola vez.

Jesse se dejó caer en el sofá-cama, completamente exhausto y, apoyando los codos sobre sus rodillas, escondió su rostro entre sus manos. La carta un seguía en su mano. Yo simplemente me quedé parada. No sabía qué hacer, quería confortarlo, pero sentía que nada de lo que dijera sería lo correcto.

—Jesse...

—Por favor, vete, Cele —dijo con voz ronca. Le temblaban los hombros y las palabras de Melissa eran un bollo atrapado entre su mano y su cabeza.

—Entiendo cómo te estás sintiendo, pero...

—¿Lo entiendes? —preguntó con frustración, enfrentándome—. ¿Acaso entiendes lo que es descubrir que eres padre, que tu madre intentó asesinar a tu hijo y que la persona que querías se dejó sobornar antes de luchar por ti? ¿Lo entiendes, Cele?

Las canciones de CelestinaWhere stories live. Discover now