Canción 29

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You know I wish that I had Jessie's girl

I wish that I had Jessie's girl

Where can I find her, a woman like that?


—Hola, dulzuras. Hoy estaré yo, Marlene, acompañándolos esta noche, ya que Celestina aún no ha vuelto de su viaje —dijo mi compañera sin que se note que estaba mintiendo.

Bueno, en realidad no era del todo mentira. Sí había viajado a la casa de mis padres para la boda de América, pero me había quedado más de lo acordado. Luego de todo lo sucedido en la boda, no tenía nada de ganas de ir a la capital. No tenía ganas de soportar el reproche de Blanca o la preocupación de mis hermanos. No quería ver la confusión en mis amigos, quienes apenas entendían todo el quilombo. Pero sobre todo no quería ver a Casiano o a Jesse.

No podía ser Celestina en este momento. No tenía el derecho para hacerlo.

♥ ♥ ♥

—Alec y Nacho están terminando de poner las flores del pasillo. Así que ya está todo listo —dije, entrando a la habitación de América cuando Blanca la estaba maquillando. Sabía que en la habitación de al lado, Susy estaba haciendo lo mismo con Rina.

—¿El DJ y las luces? —preguntó mi hermana mayor, sin moverse para no molestar a Blanca.

—Los probamos y recontra probamos. Los chicos ensayaron temprano y dejaron todo preparado —dije, mirando mi lista de los últimos quehaceres para la boda. Una lista realmente larga que me había acompañado los últimos días.

—¿Las mesas y los cubiertos...?

—Ya están.

—¿Y...?

—Está todo listo, Mer —repetí, tranquilizándola—. Lo único que falta para comenzar son Rina y vos.

América dejó escapar un suspiro y asintió ligeramente la cabeza.

—Perdón. Supongo que solo estoy un poco...

—¿Nerviosa? Lo sabemos. Todos lo estamos —dijo Blanca con una sonrisa. Ella se veía espectacular con su vestido escotado y su cabello rubio hacia un lado con perfectas ondas, al igual que el mío—. No es como si hayamos tenido bodas en esta familia. Ni siquiera la de papá y Susy. Así que este será un gran día para todos.

En ese momento, alguien golpeó la puerta.

—Mi hermana ya está lista —dijo Vanesa, la hermana menor de Rina, la tercera dama de honor.

—Esta novia también lo está —anunció Blanca dando los últimos toques al maquillaje de América y luego la miró—. ¿Lo estás?

—Lo estoy —dijo Mer, parándose y dando una vuelta frente al espejo.

Su vestido de corte sirena le quedaba a la perfección y Blanca había peinado su cabello en un perfecto rodete adornado con una cinta de diamantina y de donde salía un delicado velo que caía por su espalda. Además, blanca había sabido enmarcar los ojos celestes de Mer con pestañas postizas y dejando el maquillaje suave.

—Estás hermosa —dije, y las otras damas asintieron—. Pero no lista.

Las tres me miraron sorprendidas cuando me acerqué a América con una pequeña cajita.

—Ya tenés algo azul y algo nuevo —dije señalando el lazo de piedritas azules en su cintura y sus zapatos.

—Los aretes eran los de mamá. Eso es algo viejo, ¿no? —dijo Blanca con una sonrisa y yo asentí.

Las canciones de CelestinaWhere stories live. Discover now