Canción 24

2.9K 508 174
                                    

And I said

Romeo, take me somewhere we can be alone

I'll be waiting, all that's left to do is run


—Hola a todos, mis amores. Bienvenidos a Stereo Hearts, el programa de radio más romántico de Argentina. Solo aquí, por FM 93.2 —dije a la radio.

No me encontraba tan miserable como hace unos días, cuando ocurrió el desastre de Pato y Cassy, pero todavía me sentía mal.

Cassidy permanecía internada, bajo múltiples y rigurosos estudios. La necesidad de realizarle esa operación para quitar el tumor de su pulmón era inmediata. Pero también costosa.

Todos y cada uno de nosotros estaba sacando dinero de donde pudiera para ayudar a la familia de Casiano. Aunque él no quería aceptar ayuda, sabíamos que entre sus trabajos de medio tiempo y la jubilación de su abuela, no había mucho que pudieran hacer. Sin embargo, todavía nos faltaba mucho para cubrir esa enorme cantidad de ceros.

Por otro lado, Casiano seguía molesto conmigo, y yo no lo culpaba por eso. Pero también se había peleado con Guido y Pato. Hasta parecía que nuestro círculo de amigos se había dividido en dos bandos, entre los que apoyaban la decisión de Cassy y Pato y los que compartían el enojo de Casiano. Algunos quienes apoyaban a Casiano ni siquiera me miraban. En lo único que todos parecían estar de acuerdo, era en ayudar a Cassy a como dé lugar.

—Love, amour, liebe, amore, liubof, ai, amor. Podés llamarlo como quieras, o podés decirlo en el lenguaje universal: la música. Escuchá las mejores canciones románticas en Stereo Hearts. Por FM 93.2, Radio Underground, lo raro es ser igual a todos.

Cuando la publicidad del programa terminó, pasé a leer varios mensajes y dedicaciones. San Valentín estaba a solo unos días de distancia y se sentía el amor en el aire. Muchos de los mensajes eran confesiones de amor, algunas con firmas, otras anónimas.

Esa noche era Guido quien estuvo conmigo en los controles y eso hizo las horas amenas. Ambos especulábamos sobre el resultado de las confesiones y los posibles finales de aquellas parejas.

Guido era uno de mis mejores amigos, lo adoraba como a un hermano. Era divertido y práctico, aunque un tanto romántico también. Por eso me dolía ver que, a pesar de su sonrisa amistosa, sus ojos tenían grandes sombras debajo de estos. Incluso su cabello se veía mal, el rojo brillante se había desvanecido en un naranja opaco y unas raíces oscuras se asomaban.

Aunque él no lo admitiera, sabía que le dolía estar peleado con Casiano y estaba preocupado por sus amigos. Guido y Casiano eran el uno para el otro, pero sus orgullos y lealtad a sus familias los estaban cegando. La tragedia de los Capuleto y los Montesco continuaba.

♥ ♥ ♥

Esa semana pasé a ver a cómo estaba Cassidy. No me extrañó que sea Casiano quien me abriera la puerta de la sala. Él no se había apartado de su hermana en ningún momento. Pero también había alguien más en la habitación. Una señora que, a pesar de su avanzada edad y brillante cabello plateado, tenía una postura regia y elegante.

—¿Qué hacés vos acá? —exigió saber Casiano.

—Yo... Yo sólo... —intenté decir, pero realmente no sabía qué contestarle.

Él tampoco me dejó hacerlo. Sin mediar palabras, me tomó del brazo y me apartó de la puerta. Nos alejamos un poco de la sala.

—¿Qué hacés acá? —volvió a preguntar, esta vez conteniendo su voz para no gritar. Él estaba reamente furioso. Su mirada era tan fría que cortaba.

Las canciones de CelestinaWhere stories live. Discover now