Canción 17

3.7K 529 261
                                    

When the sun shines, we'll shine together

Told you I'll be here forever

Said I'll always be your friend

Took an oath, I'ma stick it out 'til the end


—¡Buenas noches, mis enamorados, y bienvenidos al último programa de Stereo Hearts del año! —dije al micrófono antes de que Casiano reprodujera una melodía triste a modo de chiste—. Como sabrán, Darcy y yo estaremos ausente estas dos semanas de diciembre y la primera de enero por las fiestas. En nuestro lugar estará Marlene para llenar todas sus noches de veranos con la música más fiestera.

En ese momento, vi que Casiano hizo un gesto y entendí por qué. Desde el concierto Marlene ha estado algo distante más antipática de lo normal, incluso con Guido y Renzo, quienes eran con quien mejor se llevaba. Estaba tan miserable que me dio pena e intenté levantarle el ánimo.

—¿Casiano? —pregunté al oírlo suspirar por tercera vez en la noche. Él sudo dicho me ignoró y siguió haciendo sus cosas de operador, tocando y moviendo controles.

—¿Ahora qué? —contestó con hastío. Sabía que después de esto se vendría una de nuestras tontas peleas, pero igual insistí.

—¿Estás bien?

Sorprendido, él finalmente me miró a los ojos.

—¿Eh? ¿Y eso a qué viene?

—¿Por qué nuestras conversaciones consisten siempre en preguntas? —dije exasperada, y antes de que me contesté, seguí—. Quiero decir, sé que sos antipático y gruñón. Pero últimamente te veo más decaído. ¿Está todo bien?

—Si te respondiera, seguramente buscarías arreglar mis problemas como lo hacés con todo el mundo —respondió, mirándome con esos penetrantes ojos azules—. No soportás ver a alguien triste.

—¿Qué tiene de malo eso?

—Conseguite una vida, Celeste, y ocúpate de ella.

—¿Siempre tenés que ser tan... acorazado? No dejás que nadie te conozca o se te acerque.

—Quizás sea así solo con vos —contestó, devolviendo su atención a los controles de música—. Quizás sea porque sé lo metida y complaciente que sos y a mí no me agrada ese tipo de gente.

♥ ♥ ♥

Al finalizar el concierto, las chicas y yo nos dirigimos a la casa de Guille, donde los demás nos estaban esperando. La banda, que debía estar recogiendo sus instrumentos y cosas, creía que simplemente cenaríamos algo, pero en realidad habíamos preparado todo para para realizar una fiesta sorpresa de fin de año en honor a La Sombra de Peter Pan.

—¿Qué te pasó? —preguntó Blanca cuando me vio llegar con las mejillas rojas y los ojos hinchados.

—Jesse —fue todo lo que pude decir.

—Debe cantar como los dioses si te ha dejado así —respondió, llevándome al baño—. Lavate la cara y quítate el maquillaje. Voy a tener que maquillarte de nuevo —suspiró mientras revolvía dentro de su enorme cartera. Las carteras de Blanca siempre eran grandes y podía tener desde pañuelitos descartables hasta cinta adesiva.

Como si fuera una niña, Blanca me peinó y maquillo, cambiando el smocky eyes y labial oscuro por sombras verdes y labial rojo que combinaban con mi cabello y mi nuevo traje: un disfraz de sirena.

Las canciones de CelestinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora