Canción 22

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Till it happens to you, you don't know

How it feels,

How it feels.

Till it happens to you, you won't know, It won't be real

No It won't be real

Won't know how it feels.


Espero que al menos mi historia

No quede sólo en la memoria

Y traiciona nuestra trayectoria

Que no se repita jamás este cuento

Por primera vez, no supe cómo comenzar mi programa. No podía encontrar las palabras correctas, no me salían las palabras. Así que, cuando terminó la canción de Porta, hubo un largo silencio.

—Hola, mis amores —dije sin mi habitual alegría—. Probablemente la canción que acabamos de escuchar no les ha parecido algo extraña... fuera de lugar en el estilo de Stereo Heart, pero quizás sea porque hoy no será un programa normal—. Las palabras salían torpemente de mi boca a causa del nudo que sentía en la garganta.

Miré a mis compañeros, del otro lado del cristal estaban Percy y Casiano, por primera vez él me miraba con atención. A mi lado, frente al otro micrófono se encontraba Marlene. Sus heridas habían comenzado a desaparecer, pero el dolor seguía allí, en sus ojos, donde el maquillaje no podía taparlo. Aunque sus manos temblaban sus ojos brillaron con decisión cuando me miró y asintió.

—Esta noche hablaremos de un tema muy importante —dijo Marlene tomando su micrófono—. Hoy hablaremos sobre la violencia de género. Y lo haremos en primera persona.

♥ ♥ ♥

Pasó una semana desde que habíamos llegado a la casa de Marlene, cuando descubrimos que estaba siendo hostigada por su novio.

La policía llegó y comenzó su investigación, con nosotros cuatro como testigos. El novio de Marlene no negó nada, incluso admitió que deseaba matarla. La policía no hizo mucho al respecto. Luego de días de papeleos y burocracia, sólo le pusieron una orden de alejamiento y designaron una psicóloga para acompañar a Marlene. Pero ella no tenía a donde ir, su familia vivía en Mendoza y ella se había mudado al departamento de su novio, al que no podía regresar.

—Con Pato aquí, ya no tenemos mucho lugar en casa —había dicho Percy cuando intentábamos darle un hogar temporal a Marlene. Los cuatro estábamos fuera de la delegación policial de violencia doméstica y de género, esperando a que Marlene terminara una de sus primeras sesiones psicológicas. Desde que aquella noche no nos separábamos de ella, temíamos por su seguridad.

—En mi departamento hay demasiadas personas —respondí yo—. Podemos hacerle lugar, pero lo que ella necesita es tranquilidad.

Nos quedamos un momento en silencio, pensando en un lugar apropiado para ella. Quizás alguno de los chicos...

—Que se quede conmigo y Cassidy —comentó Casiano y todos nos volvimos a mirarlo, extrañados—. Yo no estoy mucho tiempo en casa y puede compartir habitación con mi hermana, ella no la molestará.

—¿Estás seguro? —preguntó Guido, igual de sorprendido que nosotras, pero algo más... ¿Acaso estaba preocupado? ¿De qué?

Casiano solo se encogió de hombros y se dirigió a la sala de espera de la delegación. Cuando Marlene salió del despacho de la psicóloga, le dijo que podría quedarse con él por un tiempo. Para nuestra sorpresa, ella aceptó.

Las canciones de CelestinaWhere stories live. Discover now