Las canciones de Celestina

Canción 13

So kiss me like you want to be loved

This feels like falling in love

We're falling in love

Cuando el cartel se encendió comencé el programa del lunes con mis energías renovadas luego de haber abatido por completo a aquella molesta bronquitis.

—Buen comienzo de semana, enamorados —dije al micrófono de la radio.

La primera semana de noviembre. Un año lleno de demasiadas emociones y sorpresas se estaba yendo. Pero sabía que aún quedaba mucho por delante. Los exámenes finales de la universidad, la boda de mi hermana, la radio, las fiestas, Jesse. Todo se me venía encima y solo esperaba ser lo suficientemente fuerte como para llegar a año nuevo.

Aquella noche estuvo relativamente tranquila. Mensajes y dedicatorias llegaban como siempre. No había nada fuerza de lo normal... excepto los ánimos de Casiano y míos. Ambos habíamos tenido unos días muy movido y con grandes sorpresas.

—Llamada —anunció mi compañero con su habitual pereza al hablar. Pero extrañamente, esta noche se veía más gruñón de lo normal.

«¿Será por aquella persona?» pensé mientras contestaba el teléfono.

—Hola. Bienvenido a Stereo Hearts. Soy Celestina, a tus servicios.

—Wo-ow. H-hola, soy... Teo y necesito tu ayuda, Celestina —la voz del otro lado del teléfono parecía ser la de un chico bastante jovencito, incluso a de un niño—. Yo... Yo comencé a salir con una amiga. Buen, en realidad ella es la mejor amiga de mi hermana. Ella me lo pidió y como me parece muy linda y simpática le dije que sí. Pero el problema es que yo todavía no di mi primer beso y la verdad no sé qué hacer. No quiero parecer como un boludo frente a ella.

Primer beso, ¿eh?

¡Oh, el primer amor! Vaya tema.

♥ ♥ ♥

—Los problemas tres y cuatro están bien, pero revisá las operaciones del cinco —le dije a la pantalla de mi computadora donde veía la hoja llena de cálculos y problema matemáticos.

—Ya lo hago —exclamó Federico sacando el cuaderno y dejándome ver su carita a través del video-chat.

A diferencia de lo que las personas esperaban, yo era bastante buena en matemáticas. Así que no era de extrañarse que mi pequeño hermano me llamara de vez en cuando para que lo ayude a estudiar. Pero a él le estaba costando bastante, puesto que las ciencias no eran su fuerte. Fede era el artista de la familia con sus dibujos y pinturas. Incluso los márgenes de su cuaderno estaban llenos de garabatos y caricaturas. Pero la que más me llamó la atención fue una pequeñita figura rosada, un monigote de palitos que no había sido dibujado por Fede. Pero quizás sí era un retrato de Fede pues llevaba anteojos y su inseparable mochila. Junto a este había otro monigote que usaba una falda y el cabello en unas colitas, los dos estaban tomados de la mano e incluso había algunos corazones alrededor.

Mis sospechas sobre que mi hermanito estuviera viviendo su primer amor aumentaron. Intenté resistirme y no meterme en su vida, pero no pude evitar preguntar por aquel dibujito. De inmediato, Fede se puso completamente colorado.

—Me lo hizo Cami —respondió sin levantar la vista de los ejercicios que estaba realizando.

—¿Ella es alguien especial?

—S-sí —susurró escondiéndose detrás de sus antojos y oscuro flequillo.

Mierda, se veía tan adorable.