Canción 25

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Now I'm speechless, over the egde,

I'm just breathless,

I never thought that I'd catch this Love Bug again


—¡FELIZ SAN VALENTÍN, MIS AMORES! —exclamé al micrófono con tanta efusividad que casi dejé sordo a Casiano.

Aunque él no se quejó. Todos estábamos de muy buen humor hoy. La tormenta por fin había terminado y un arcoíris brillaba sobre nosotros, de forma metafórica, claro.

Con el dinero recaudado y sus estudios finalizados, el día de ayer, Cassidy pudo ser sometida a una segmentectomía. Habían sido horas eternas en las que todos estábamos pendientes de lo que sucedía y rezando por ella. Helena me había pedido que la acompañase en el hospital, pues su nieto y los Moretti no hacían más que crispar sus nervios yendo y viniendo de un lado a otro. Casiano había fumado como una chimenea. Pero, al menos, dejó Guido lo abrazara. «Era inevitable» había dicho Percy con voz sabia, «ellos no pueden estar separados».

Cuando la operación terminó, el médico informó que retiraron el tumor de su pulmón con éxito. Quizás tendría que realizarse quimioterapia para prevenir nuevos brotes, pero todos estábamos siendo muy optimistas al respecto.

Ahora, Cassy se encontraba recuperándose en el hospital, junto a su abuela. Ambas prácticamente habían echado a Casiano de la sala, exigiéndole que volviera a su rutina o de otra forma se enfermaría estando encerrado allí. Así que por el momento Casiano debía aceptar hacer turnos con su abuela y Pato. También tuvo que reconocer que su pequeña hermanita ahora era una mujer casada y debía compartir el corazón de ella con otro hombre. Sin embargo, Casiano les había dado su bendición a los dos y aceptó a Patricio como su cuñado... con la condición de que cada uno seguiría viviendo en sus respectivas casas, al menos hasta que terminaran la universidad.

Eso sí, como castigo por todo el revuelo que causó Casiano en el hospital, él tenía que trabajar hoy sí o sí conmigo. Le habíamos preparado la peor de las torturas: permanecer horas en un lugar que Percy y yo decoramos con corazones, flores y cintas rosas; reproduciendo la selección más diabética que se me pudiera haber ocurrido y escuchando los empalagosos mensajes de amor de los oyentes.

—¡Bienvenidos, corazones! Hoy estamos de fiesta en Stereo Hearts porque hoy es San Valentín, el día del amor y los enamorados —seguí con la misma alegría—. Por eso mismo tenemos un programa especial, sólo por hoy estaremos al aire un día sábado.

—La noche será realmente larga —rezongó Casiano, dejándose caer en su silla.

Por primera vez, Casiano no se molestó en ocultar sus sentimientos. Todo su semblante reflejaba su miseria y odio al mundo entero. Pero una pequeña curva en su boca me confundía, él parecía... ¿estar disfrutándolo?

¿Acaso él había terminado de enloquecer?

—Esta noche, Darcy y Celestina les tienen preparado la mejor de las mejores canciones de amor del mundo y todos los tiempos —dije, remarcando el pseudónimo de Casiano—. Así que tomen a su pareja, véanla a los ojos y dedíquenle esta canción.

En cuanto lo dije, Casiano apretó un botón casi con rabia y Halo de Beyonce comenzó a sonar.

Mientras una dulce melodía invadía el aire, me permití cerrar los ojos y pensar en la persona que más amaba. En Jesse y nuestra cita de hoy.

♥ ♥ ♥

El día anterior me había quedado a dormir en el departamento de Jesse, así que el catorce me desperté entre sus sábanas, con nada más que las huellas de sus besos como prenda.

Las canciones de CelestinaWhere stories live. Discover now