54. El Paso de los Días

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Las últimas semanas ha pasado muy rápido ahora que me ponía a pensarlo, aunque, casi no las sentía, ya que Steve y yo nos hemos enfocado en recuperar todo el tiempo que perdimos.

Casi todos los días nos encontrábamos fuera de la torre, muchas veces se quedaba conmigo hasta tarde en la Fundación ayudándome a organizar todo lo relacionado con los nuevos programas, inclusive entonces la pasábamos increíble.

Siempre encontrábamos cosas nuevas que hacer desde ir a cenar, a almorzar, a pasear, ir al museo y más frecuentemente ir al teatro; ambos nos habíamos vuelto grandes aficionados del teatro musical desde el Gran Broadway hasta sus derivados Off-Broadway y Off-Off Broadway y hemos ido a ver shows tales como Hamilton (obra de la cual estaba locamente enamorada), Wicked, Los Miserables, El Fantasma de la Opera y An American in Paris, increíbles producciones teatrales que en su totalidad asombraban, tanto por el trabajo de los actores, como la obra en sí, la música y las coreografías; todavía nos faltaban muchísimas obras que ver, pero tratábamos de administrar nuestro tiempo y planeábamos ir si nos era posible una vez cada dos semanas; yo no podía creer que todo el tiempo en que estuve en Nueva York jamás había ido al teatro, era casi un pecado, ya que Nueva York era prácticamente la madre del teatro musical y presenciar una obra en Broadway era todo un privilegio, una experiencia maravillosa.

Steve y yo nos hemos vuelto a acercar poco a poco, pero aún respetábamos ciertos límites, a lo máximo que habíamos llegado era a darnos la mano y es que yo aún estaba asustada de volver a arruinar las cosas ahora que estaban tan bien, no quería que Steve se fuera de nuevo y tal vez estar como estábamos ahora era lo mejor, era mejor tenerlo de esta manera en mi vida a no tenerlo en absoluto. Aunque sin engañarlos a ustedes, si extrañaba mucho que me besara y que me tocara, sobre todo cuando la situación era perfecta, extrañaba sus brazos a mí alrededor, y ni se diga en las mañanas... añoraba que su sonrisa fuese lo primero que ver al despertar.

Ya no éramos las mismas personas que el año pasado, pero a pesar de ello había cosas que nunca cambiaban para los dos, yo seguía viendo a Steve como el hombre dulce y cabal del que me enamoré locamente. El hombre que aún hasta ahora seguía estando presente en mis sueños más locos y que aún me ponía de cabeza al pensar y estar con él.

Natasha, Pietro, Bucky, Sam y Wanda no dejaban de decirnos a ambos que nos dejáramos de tonterías, que deberíamos volver de una vez a estar juntos porque era evidente que ambos añorábamos volver a estarlo aunque no lo decíamos, pero Steve y yo llevábamos las cosas de manera tranquila y leve, deseábamos que las cosas se dieran a su tiempo y sin presión.

El tío Tony ni crean que estaba calmado, si nos encontraba viendo una película juntos en la sala de tv, escuchando música, leyendo juntos o nos veía regresar más tarde las veces que salíamos, no perdía oportunidades para intimidarnos, regañarme a mí y molestar a Steve: "Fósil, regresa a la exhibición del museo" "Vejestorio, aléjate de mí sobrinita y ni se te ocurra tocarla" "Voy a desalojarte de mí torre" "Pederasta" "Asaltacunas" eran los términos más amables que usaba para exigirle que se separara de mí; ah... olvidaba uno de mis favoritos: "Jack Frost, vuelve al Polo Norte". Y a mí... pfff.... Ni se imaginarán, me puso un nuevo apodo y ahora lo usaba de manera bastante frecuente: "A Chispita le gustan los mayorcitos" "Para eso mejor te llevo al asilo" "Te voy a enviar a un reformatorio" "Le voy a decir a Santa Claus que eres una Asaltatumbas y sales con una reliquia de hielo" "Al Enchufito le gustan las paletas añejas" "¿Y si hacemos un muñeco?" "Gerontofílica"* "Te voy a desheredar" etcétera, etcétera... ya saben... así es el tío Tony, y me preocuparía que actuara de diferente manera.

Fuese como fuese, nada se comparaba con pasar tiempo al lado de Steve, con él no dejaba de sonreír y sonrojarme... pero no crean que todo es flores, chocolates y alegría, porque también tenemos desacuerdos con frecuencia, aunque esos desacuerdos siempre terminaban en "Lo siento Steve" "Fui un idiota, Amelia" "Fui inmadura" "No volvamos a discutir" "Si no discutiéramos todo se volvería aburrido" "Tienes razón, hermosa" y sobre todo con los infalibles "¿Vamos por un helado?" "¿Quieres que vayamos al teatro?".

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora