My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●

5. Mi Llegada a SHIELD

Aterrizamos en el helipuerto de la famosa organización de inteligencia SHIELD y yo no evité temblar mientras bajaba.

Era de noche y el aire frío me pegaba hasta los huesos.

Me encontré de inmediato con el rostro de mi tío Tony así que corrí a abrazarlo.

—Preciosa—me dijo abrazándome más fuerte y levantándome un poco del suelo.

Cuando me bajó, lo miré confundida.

— ¿Qué está pasando, tío?

—Mia... primero que nada, entremos ¿Ok? Me estoy helando aquí afuera y además quiero presentarte a algunas personas y mostrarte las instalaciones.

Sin cuestionarlo en ese momento, dejé que me guiase.

Entramos al enorme edificio y comenzamos a caminar, yo estaba totalmente anonadada por las modernas instalaciones que en cada rincón tenía uno o dos guardias.

Pocos minutos después de que entrásemos se nos acercó un hombre de tez morena y un parche en el ojo, gracias a la información filtrada de SHIELD hace un par de años, no tuve que preguntarme quién era, pero eso no evitó que por alguna razón estuviese tentada a cantarle la canción de Bob Esponja:

"¿Estan listos chicos?
¡Sí Capitán, estamos listos!
¡No los escucho!
¡Sí Capitán, estamos listos!"

Ya sé, eso fue muuuy infantil, pero ¡diablos! Hay que tener un poco de sentido del humor...

Reí un poco pero me quede callada.

Acompañando al moreno había una mujer de cabellos castaños, a quien tampoco desconocí, más por el hecho de que hubo una temporada en la que estuvo trabajando para mi tío, aunque la verdad, jamás en mi vida la había visto en persona, sino que solo habíamos hablado por teléfono alguna que otra vez.

—Parchecitos, Hill—dijo mi tío estrechando la mano del hombre y haciendo un gesto con la mirada hacia Maria Hill.

—Stark, veo que tu sobrina está bien, me alegro—me miró y sonrió—. Señorita Amelia, soy Nicholas J Fury, director de SHIELD, es un placer conocerla.

—Igualmente, Director Fury—dije estrechando su mano mientras él me sonreía amigablemente.

—Y creo que ya debes conocer a la agente Hill, si no me equivoco.

—Claro... ¿Qué tal, Maria? —saludé.

—Mia, qué bien poder verte al fin en persona.

Asentí y después de eso seguimos caminando.

Me aferré del brazo del tío Tony mientras él, Maria y Fury mantenían una conversación a la cual no le presté atención. De nuevo tuve la sensación de que había algo mal y sentí un retortijón en el estómago. Miré a mi alrededor: guardias, agentes mirándonos; eso no ayudaba descartar mi hipótesis.

Subimos por un ascensor y en cuanto se abrió, mi tío y yo salimos y Hill y Fury nos dejaron.

Cuando el ascensor volvió a cerrarse conduje mi mirada hacia el frente y me encontré con tres siluetas: dos masculinas y una femenina; las tres siluetas estaban firmes pero hubo una que destacó entre las demás: la del hombre más alto. Su mirada tan sorprendida como la mía me atrapó de nuevo.

¡Lo sabía!

Sabía que lo conocía de algún lado y me sentí como toda una estúpida por no haberme dado cuenta esta mañana ni siquiera por su nombre.

Steve.

¡Por dios...!

¡Steve Rogers!

No dejé de sentirme como una idiota al no haber notado algo tan obvio como que Steve era el mismísimo Capitán América, aun así traté de disimular. ¿Era la barba lo que me hizo desconocerlo? ¿Una barba era suficiente para no identificarlo? Cierto o no, no evitaba que me sintiese bastante idiota.