My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●

47. Bandera Blanca

Saliendo del hospital fuimos de regreso a la torre.

Todos recibieron al tío Tony de una manera muy cálida y él estaba claramente fascinado ya que le encantaba ser el centro de atención. Se resistió al hecho de hacer una fiesta a lo grande porque Pepper se lo prohibió, ella era, creo, la única persona capaz de darle órdenes. Lo que sí, era que brindamos e hicimos nuestra propia "mini~fiesta privada".

Era bueno estar de regreso y con todas éstas personas que tanto quería. Peter trató de entablar una conversación conmigo, regañándose a sí mismo si decía alguna estupidez. Las pocas horas que tenía de conocer a este niño y tratarlo me bastaron para que me agradara.

Todos trataban de hacerme reír, en especial Pietro y Clint ya que aún me veían un poco mal y es que aunque sabía que mi tío Tony y todos ellos ya me habían perdonado, yo aún no conseguía perdonarme a mí misma del todo, más que nada por Steve y como lo traicioné.

Mi corazón no podía soportar verlo sonriéndole con timidez a Sharon, verlo estar con ella...

Y me pregunté ¿Por qué ella aún no se iba si su trabajo aquí ya había terminado?

Me senté por un momento en la sala, observándolos con discreción, preguntándome si habrían decidido volver a estar juntos... Sabía que era algo egoísta, pero no quería que estuvieran juntos. Sharon tenía cara y olor a lagartona desde kilómetros de distancia y por donde la vieras... no me importaba que fuese familiar del primer amor de Steve.... ella no era ni un poco parecida a Peggy Carter y no merecía a Steve, en lo que a mi concierne.

De fondo se escuchaba "White Flag" de Dido, aunque amaba la canción, combinada con lo que estaba observando me llenaba más de melancolía y me ponía a pensar.

Sé que he dejado demasiada confusión y
destrucción como para volver de nuevo.
Y no causé más que problemas,
entiendo que no quieras hablar conmigo de nuevo.
Y si vives con la regla del "se acabó",
entonces estoy segura de que eso tiene sentido.

Bueno, me hundiré con este barco,
y no levantaré las manos y me rendiré.
No habrá una bandera blanca sobre mi puerta,
estoy enamorada y siempre lo estaré.

— ¿Puedo sentarme? —levanté la mirada y me encontré con el rostro de Bucky.

—Adelante—le dije y me moví un poco hacia la izquierda.

Al mirarlo ahora no vi al Soldado del Invierno, ni a un asesino, simplemente vi a un hombre normal y apuesto, con cabello corto y sin barba, y un brazo un tanto inusual al ser de metal.

—Te cortaste el cabello....

—Sí....

Sonreí a medias.

—Te queda mejor que el look de la "princesa guerrera diabólica"—ambos reímos, algo apagados—. Y tu brazo supongo que es de vibranium,

—Sí... la verdad creo que está mucho mejor a mi brazo anterior—guardó silencio y bebió un sorbo de la cerveza que tenía en mano—. T'Challa y Shuri me ayudaron mucho.

—Me alegra, Bucky—él me mostró una media sonrisa, la cual le correspondí.

Hace años jamás me habría imaginado estar sentada en la sala de la Torre de los Vengadores y conversando con Bucky Barnes, pero hoy aquí estábamos, por un momento, ambos miramos hacia Steve y Sharon.

—Sí me permites contarte un secreto: ella no me agrada—mencionó—, es demasiado.... ehh... ¿cómo decirlo sin que suene mal...?

—Arrastrada—completé mirando a la rubia con odio.