6. Oscuridad y Culpa

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En vez de preocuparme, mi instinto gruñón y regañón fue el que habló por mí y es que otra amenaza no podía simplemente tomarse a la ligera.

— ¡Te lo dije! ¡ERES BRILLANTE, ANTHONY EDWARD STARK! —le dije furiosa—. ¡Jamás he conocido a un hombre más egocentrista que revela su identidad secreta al mundo!

—Pequeña...

A pesar de que quería hablar no se lo permití al seguir con los reclamos que me había callado durante años.

— ¡Oh! Otra idea brillante: ¡dar tu dirección a un jodido terrorista! ¡No! ¡Pero lo que es el colmo es que tú...!

—AMELIA ELIZABETH MOON... ¡¿PODRÍAS CALLARTE POR UN MALDITO SEGUNDO?! —gritó mi tío Tony.

Me quedé inmóvil, era la primera vez que me gritaba.

Todos nos quedamos callados e incómodos hasta que mi tío reaccionó.

—Perdona preciosa... no debí gritarte... lo siento... me exalté.

Fue entonces cuando aprendí que mis maneras tampoco fueron las más correctas.

—No hay problema tío, yo tampoco debí hacerlo pero me preocupas tanto tú como tus brillantes ideas. Lamento lo que voy a decirte pero eres un idiota Tony Stark.

—Sí lo eres—escuché que dijo Natasha.

Mi tío pretendió no escucharla a ella.

—Lo sé pequeña, pero esta amenaza no fue de cualquiera. Fue de HYDRA y lo que sucede es que...

La simple mención de HYDRA me congeló, el tío Tony no estaba enterado de que yo formé parte de ello, de que cada día entrenaba para ser la compañera del Soldado del Invierno en su tarea de aniquilación, no sabía qué pensaría de mí si le decía la verdad. Siempre que me preguntaba sobre cómo vivíamos mamá y yo, me limitaba a decirle que Alistair nos tenía en condiciones inhumanas y que me hizo mucho daño, más del que podría imaginarse.

En ese momento mi conciencia comenzó con remordimientos de todo el sufrimiento que vi con mis propios ojos, de lo que viví y lo que sufrí y me di cuenta de que no podía seguir ocultándolo porque la maldita organización que me hizo sufrir durante años ahora estaba amenazando a la persona que más quería: mi tío; él y Pepper eran lo único que tenía y si se atrevieran a tocarlos... yo... era algo que no podría soportar.

—Pap... Alistair... él me...—titubeé sintiendo una gran compresión en el pecho.

—Él fue quien me llamó. El muy imbécil dijo que le había robado a la que sería su arma más poderosa. Supongo que quería que formaras parte de HYDRA, pero no dejaré que te encuentre y vuelva a herirte jamás.

Tío, si tan solo supieras...

De repente sentí una migraña de mil demonios, todo empezó a darme vueltas, me invadió una extrema ansiedad, no podía respirar, sentí culpa de nuevo.

Esa noche... esa horrible noche me vino a la memoria, lo vi todo de nuevo como si volviera a estar ahí. El Soldado del Invierno me miraba con sadismo esperando impaciente para llevar a cabo la misión, si fallaba, sabía que él se encargaría de hacerme pagar y después Alistair me golpearía y abusaría de mí.

Me desvanecí viendo oscuridad, nada más que la oscuridad a la que le tenía pavor.

[...]

Abrí los ojos pestañeando y frunciendo el ceño por no saber dónde estaba. Estaba recostada en una cama desconocida, en un cuarto desconocido.

Lo primero que vi fue a mi tío Tony con un gran rostro de preocupación, a pocos centímetros de él estaba Steve que reflejaba lo mismo, sus intensos ojos estaban clavados en mí. Natasha y Clint estaban a mi otro lado igualmente preocupados.

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora