49. Piensa en Mí

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Dormí pocas horas por el hecho de llorar como una magdalena casi toda la noche, aunque sabía que eso no iba a solucionar nada y que al final de cuentas terminar con Steve había sido la mejor decisión al menos de momento.

Me levanté de la cama cuando el reloj dio las 7 en punto y me puse ropa deportiva con el fin de ir hacia el gimnasio para sacar todo lo que me agobiaba haciendo algo de ejercicio. También tomé los audífonos para escuchar música a todo volumen. Afortunadamente, ejercitarme me quitó un poco de todo el estrés, aunque también me agotó bastante.

Al salir del gimnasio, aún con la música a todo volumen, volví a mi habitación para darme un buen baño. En el trayecto me encontré con los ojos de Steve, quien venía regresando seguramente de correr. Estábamos a metros de distancia, pero ni siquiera nos dijimos "hola", solo nos miramos con nostalgia para después seguir nuestros caminos.

Al llegar a la puerta de mi habitación y antes de tocar la perilla alguien se me adelantó y me quitó un audífono.

—Vas a quedarte sorda de escuchar tanto Rock Satánico a todo volumen. Hasta acá escucho a Marilyn Manson.

Sonreí.

—Yo no escucho Rock Satánico, Maximoff, ese es el que usaría para ahuyentarte ahora.

—Sé que Pietro es molesto pero si lo ahuyentas entonces supondremos que no quieres salir de esta torre y respirar el fresco aroma matutino de Nueva York—dijo Wanda apareciendo detrás de su hermano.

— ¿Quieren sacarme de aquí?

El platinado y su gemela sonrieron, aunque Pietro lo hizo bobamente enseñando los dientes.

—Mi hermana y yo pensamos que sería bueno sacarte un rato para distraerte y alegrarte un poco, así que arréglate, y nos vamos a desayunar unos buenos hot dogs.

—Creo que no son muy nutritivos los hot dogs en la mañana....

— ¿Desde cuándo te importa comer sano?

Me quedé callada tratando de pensar en una respuesta, pero creo que Pietro me conocía bien respecto a mi amor a la comida y más la chatarra.

—..... buen punto.... pero tengo el rostro todo jodido.... ¿Cómo voy a salir así?

—Cierra la boca, yo me encargo—respondió Wanda con una sonrisa la cual me contagió, entonces me hizo entrar a la habitación con ella—y tú—volteó a ver a su hermano—largo, ven en 40 minutos—entonces le cerró la puerta en la cara haciéndome reír.

—Creo que ya sé quién manda de los dos—dije entre risas.

—Sí...—Wanda sonrió—. Bien, ahora tú date un baño, cuando salgas yo me las arreglaré para cubrir tus moretones.

—Claro jefa....—dije levantando las cejas y obedeciendo sus órdenes.

Al salir de bañarme vestí con unos jeans oscuros y una blusa de manga larga, traté de cubrir mi cuerpo lo más que pude porque tenía demasiadas marcas y moretones que hacían que mi piel luciera fatal.

Después de vestirme y usar el dije de mamá (el cual decidí usar constantemente ya que de cierta manera me hacía sentir cerca de mamá) Wanda me ayudó a disimular las heridas de mi rostro lo mejor que pudo.

—Y dime... ¿Qué pasó con Steve? —me preguntó de repente.

Desvié la mirada, con tristeza.

—Wanda... yo... no soy para él.

— ¿Según quién? ¿Sharon Carter?—la miré sin saber que decir—. Por favor Mia, no necesito ser telépata para saberlo.... No le hagas caso...

My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●Where stories live. Discover now