My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●

52. Promesas Olvidadas

— ¿Qué? Yo no dije nada... —dijo mi amiga haciéndose la desentendida.

—No es la culpa de Natasha que tú seas demasiado obvia...—dijo Pietro mirándome de la misma manera que Natasha.

—Tú mejor deja de fastidiar y vete a ver si logras conquistar a alguien con tus truquitos baratos...—le dije.

—Lo haría, pero te mueres sin mí...

—Solo cuando no hay nadie más a quien molestar...

Pietro me sacó la lengua de una manera muy infantil y yo me crucé de brazos, de la misma manera infantil.

—Steve, dile algo, me está molestando.

Steve solo rió.

—Pietro, no la molestes.

—Pietro, ni li milistis...—arremedó mi mejor amigo.

—Qué inmaduro eres...—dije entre risas.

Natasha carraspeó un poco haciendo que dejáramos de reír.

—Chicos... bueno... yo creo que nosotros mejor nos dispersamos... ya saben...

—Que se diviertan...—nos dijo Sam sonriendo.

Los miré un poco extrañada mientras se iban y me dejaban sola con Steve, lo cual me hizo sentir algo nerviosa.

— ¿Quieren un poco de Fondue? A mí se me antojó, creo que hay un poco por ahí...—comentó Pietro mientras rodeaba a Wanda con un brazo y se iba riendo de manera traviesa y claro, como yo lo conocía demasiado bien, sabía a la perfección a lo que se refería.

Noté que Steve sonrió negando con la cabeza.

—Qué lindos...—dije sonriendo entre dientes, aunque debía admitir, de cierta manera les agradecía que me hubieran dejado a solas con Steve.

Los dos dimos un largo suspiro.

—Vaya fiesta...—comentó Steve—. No esperaba menos de Tony...

—Yo debí imaginarlo... lo que sí me sorprende es ver barra libre. Creo que tú y yo sabemos que el alcohol y yo no hacemos una muy buena combinación...

—Yo diría que más bien son el alcohol, las drogas y tú.

Resoplé y me acordé de esa circunstancia tan vergonzosa.

—Esa vez te dije que eras sexy o algo así ¿no?

Ambos reímos con timidez.

—Lo hiciste y Tony casi me arranca la cabeza ese día.

—Eso no es novedad...

Volvimos a reír y dejamos de quedarnos parados. Caminamos por la torre como si no hubiera un alboroto alrededor de nosotros. Escuché demasiados "buena/excelente fiesta" o "feliz cumpleaños, niña Stark" pero no me interesaban, solo importaba la compañía de cierto hombre rubio a mi lado.

— ¿Cómo has estado? —pregunté.

—Creo que bien, supongo... no hay mucho que contar, solo... sabes cómo es esto... tú has hecho mucho más que yo por lo que veo.

—Más o menos...

Nuevamente torpes, estúpidos... ¿Qué nos ocurría al estar juntos?

No comprendía porque solo con él, aún sin decir nada, llegaba a sentirme de esta manera, como si no necesitara nada más, no entendía la magnitud del amor que le tenía, solo sabía que era tal, que me hacía olvidarme de lo demás.