My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●

31. Desagradable

Mi tío dio un largo suspiro y yo me acerqué a abrazarlo.

—Desearía que no hubiera sido con el cubito de hielo... lo detesto, pero ya qué... yo quiero que seas feliz. Solo que no quiero información de lo que hagan ¿quieres? No quiero saber a dónde van y qué hacen, mucho menos quiero detalles de Fondue, es asqueroso.

Reí.

—Ok, ok... cero información—dije.

— ¡¿Qué traes ahí, Amelia?! —dijo mi tío Tony señalando mis puntadas y poniéndose un poco paranoico.

—Ah... un idiota con el que me peleé... no te preocupes... problema resuelto—le guiñé un ojo, mi tío me miró las puntadas aun así—. Oye... no es que no me alegre verte pero... ¿qué haces aquí?

—Vine a arreglar unos asuntos con Fury... Capipaleta y Légolas también están aquí.

— ¿Ah sí? Con razón Nat desapareció al salir de la oficina de Fury...

Mi tío sonrió.

—Bueno, ya vete... ya sé que te mueres por ver al anciano, dile que regresamos a Nueva York en media hora—me dijo y yo sonreí inocente.

—No es un anciano... bueno, técnicamente sí, pero... ¡no! No lo es...

Me separé de mi tío que empezó a reírse y empecé a caminar para ir con Steve pues tenía muchísimas ganas de abrazarlo y besarlo.

Pregunté por él a los agentes con los que me encontré y nadie sabía, hasta que alguien me dijo que estaba con la agente 13 en el balcón del piso.

¿Agente 13? ¿Quién era?

Fruncí el ceño pero fui al balcón a buscar a Steve con emoción.

— ¡Steve! —dije emocionada hasta que la voz se me apagó al ver la cosa tan desagradable que estaba en frente de mí.

Me paralicé.

Una rubia tenía la mano en el cuello de Steve y estaba intercambiando saliva con él y él no estaba haciendo nada para detenerla.

¿Y si lo estaba disfrutando?

Dios, esto era tan doloroso.

No podría describir con exactitud todo lo que sentí, mi impotencia, mi dolor, mi enojo, mi decepción por Steve... más que nada lo terrible que me sentía; quería llorar, pero no podía, no les iba a demostrar cuanto me dolía verlos así. Creía que algo como esto jamás pasaría con Steve pero ahora veía que me había equivocado. No tuve que preguntarme quién era la chica, lo supe de inmediato.

Tantas veces que pensaba que él la prefería a ella y esto me hacía pensar que tal vez eso era real.

Ambos se separaron y me vieron, la rubia me miraba nada satisfecha por haberla interrumpido y Steve no sabía cómo reaccionar.

— ¡Amelia, regresaste! —dijo Steve al fin soltando a la estúpida suripanta.

—Sí... regresé—dije con una sonrisa más falsa que la rubia esa—. Ah... pero no se separen sigan haciendo lo que hacían... no se detengan por mí—dije matando a Steve con la mirada.

—Amelia, mi amor... no es lo que crees—dijo acercándose a mi e intentando tomar mis manos.

—Ah no... claro que es lo que creo—dije lanzando sus brazos.

— ¿Mi amor? —dijo la desagradable rubia nada contenta.

—Sí... Soy Amelia la sobrina de Tony Stark y novia de Steve... creo que no nos habían presentado—mostré actitud dominante puesto que no le iba a dejar tan fácil el camino a la suripanta que miró a Steve con las manos en la cintura, como queriendo reclamarle.

— ¿Acaso estás bromeando, Steve? ¡¿Dejas atrás lo que tú y yo vivimos por una niña malcriada que seguro es igual que Stark?!

—Sharon...—dijo Steve tratando de conciliar con ella.

Ahora sí está maldita estaba acabando con mi paciencia.

— ¿Niña malcriada? —solté una risa irónica—. No sabes en absoluto lo que dices, no sabes nada sobre mí. Y no voy a permitir que me hables como se te dé la gana, no sabes con quién te estas metiendo, no me conoces ni mucho menos mi historia. Ah... y sí crees que voy a seguir desgastándome contigo por Steve estas muy equivocada, pero eso sí, te aseguro que a tu tía tu relación con Steve le hubiera parecido repugnante.

No quería seguir ahí así que les dirigí una mirada fulminante primero a la tal Sharon que no sabía ni que decir y después a Steve.

—Capitán Rogers... creo que no es tan diferente de los demás.

Me di la vuelta y Steve sostuvo mi mano.

—Amelia... te juro que no es...

Me solté de su agarre y volví a mirarlo.

—Ni te atrevas a seguirme.

Volví a voltearme y caminé sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas pero no quería ser vulnerable ahora, no quería llorar por Steve, no iba a demostrarle a nadie lo mal que me sentía y sin embargo solo quería llorar, estar sola.

— ¡Amelia!

— ¡Ya te dije que me dejes en paz!

— ¡Por favor, mi amor! Escúchame—seguí caminando y él me siguió poniéndose frente a mí.

—Creo que lo que quieres es que te de un electrochoque—le dije fastidiada—. ¿Sabes? Lo último que esperaba al tener dos días agotadores sin verte era encontrarte en brazos de otra tipa ¿Ser tu única, dijiste? Creo que no es así, pero ni creas que voy a llorarte porque sabes que yo no soy así y no es porque no me duela, Steve; no tienes idea de cuánto me dolió el verte con ella cuando tú y yo no llevamos ni una semana juntos. Ella es tu ex novia, por algo saliste con ella ¿no? Bueno, si tanto quieres seguir besándola a ella pues vete de una vez, ella sigue ahí.

—Es que yo no la quiero a ella. Escucha: trato de ser justo con Sharon y ya le dije que nada cambiará lo que siento por ti; tú eres lo más especial en mi vida. Mi amor, no pienso dejarte ir, nunca. Ese beso no significó nada para mí. Yo te amo a ti y nada ni nadie se comparará contigo.

Sus ojos... sus ojos de nuevo vinieron a hacer que me rindiera y a obligarme a creerles, sus ojos que volvían a ser mi perdición y debilidad.

Suspiré.

—Vuelves a hacer algo como eso y quedas estéril—dije moviendo los dedos de mi mano izquierda.

Steve sonrió, otra de mis debilidades, quiso acercarse a besarme pero lo alejé.

—Eww no, no me beses, qué asco—dije repugnada—. No quiero tener sabor a suripanta en mi boca—besó mi mejilla y lo volví a alejar limpiando mi mejilla—. ¡Por Dios! ¡Qué asco! Tengo rastros de lagartona en mí...—dije a punto de vomitar—. Aún no estoy contenta contigo y no te voy a poner las cosas tan fáciles.

A pesar de que yo estaba seria Steve rió.

—Se lo compensaré, señorita.

—Suerte con eso. En fin... te buscaba realmente porque encontré algo en Nueva Zelanda.