My Infinity [•Steve Rogers•] ●Resubida●

12. Un Mal Día

— ¡Pero no lo hizo! ¡Deja de hablar de lo que pudo haber pasado! ¡No pasó! ¡Así que supéralo!

— ¡Tú no entiendes lo que hago por ti!

— ¡ES QUE ODIO ESTAR ENCERRADA AQUÍ!

—No es mi problema—dijo con arrogancia.

— ¡Detesto que me hagas esto! ¡No es justo! ¡Ya no soy una niña pequeña!

—Algún día me lo agradecerás...

—Pero mientras... ¡LÁRGATE! ¡QUIERO ESTAR SOLA! ¡VETE! ¡NO QUIERO VERTE! ¡VETE DE UNA VEZ!

Al final por tanta desesperación, le lancé una de las almohadas que tenía a mi alcance.

— ¡Vaya madurez la tuya! —dijo mi tío molesto antes de azotar la puerta para irse.

Me tapé con las sábanas aún con una migraña de mil demonios. Me sentía terrible por discutir así con mi tío pero odiaba lo que me estaba haciendo y no me iba a disculpar.

[...]

En todo el día traté de no dirigirle la mirada a mi tío y no le hablé. Intentaba ocultar mi rostro con los demás cuando venían a verme porque me sentía avergonzada por lo que sea que haya pasado ayer.

Esta era la primera vez que salía en todo el día de la cama y era porque tenía hambre, estaba en la cocineta de mi "habitación", preparándome unas palomitas.

Vaya que SHIELD parecía un hotel de lujo con esta clase de habitaciones tipo apartamentos.

Tenía los audífonos puestos y la música a todo volumen para no hablar con nadie pues estaba todavía muy molesta. Tomé una bebida energética de la nevera mientras esperaba que mis palomitas estuvieran listas y mientras escuchaba "Yellow" de Coldplay.

Nat, Clint, Pepper y mi tío estaban en la salita a pocos metros de mí.

Segundos después alguien y graciad a la curiosidad levanté la vista, al ver que era Steve me quité un audífono.

—Hola Cap—saludaron todos sin sincronía, menos yo.

—Hola—dijo Steve, después me dirigió una mirada indiferente que me causó una gran punzada de dolor.

¿Habrá sido por algo que dije ayer?

O también porque esa es la manera en la que ha actuado conmigo los últimos días...

Al darme cuenta de que mis palomitas ya estaban listas retiré los pensamientos de Steve y busqué un tazón.

— ¿A dónde fuiste, Capipaleta? —preguntó mi tío Tony, por cómo le habló supuse que las cosas ya estaban bien entre ellos.

—Fui a ver a Sharon.

Maldita sea, otra punzada de dolor al saber que estaba con otra mujer, no hubiera querido admitirlo pero estaba celosa y odiaba estarlo sin fundamentos.

—Ahh, entonces Fondue con la sobrina de Peggy...—dijo mi tío Tony como siempre de imprudente.

Ya.

Fundamentos suficientes.

Torcí los ojos, me puse mi otro audífono, subí más el volumen, tomé el tazón con palomitas y mi bebida energética y fui al cuarto. No tenía ganas de escuchar a Steve hablando de sus hazañas sexuales.

En el camino solté una lágrima sin entender por qué me dolía tanto el hecho de aceptar que para Steve yo no era nada, que solo quería ser amable conmigo por redimirse con Tony Stark, vamos... en tan poco tiempo ¿qué podía yo significar para él?

Hoy era, en definitiva, uno de los peores días que he vivido, me sentía horrible.

Cuando entré al cuarto cerré la puerta, me quité los audífonos, me recosté y encendí el televisor buscando una buena película, por suerte estaba la vieja versión de "Carrie" así que la dejé para tratar de distraerme, pero de todas maneras no deje de sentirme mal.

Interrumpiéndome alguien tocó la puerta y la abrió.

Era Nat.

—Hola Mia. ¿Puedo pasar?

—Ah... sí Nat, pasa—dije limpiándome una lágrima.

—Así que... ¿Carrie...?

—Sipi.

—Oye vine porque, bueno... vi tu rostro con lo de Steve y me...

— ¿De qué hablas? —dije frunciendo el ceño, ella levantó una ceja—. Ah claro, que fue a acostarse con una tal Sharon. No es que me importe Nat, no tiene por qué afectarme si ni siquiera conozco bien a Steve. Se puede ir con la maldita tipa si así quiere.

La odie por tan solo oír su nombre e imaginármela con Steve.

Sharon... ¡aghhh!

Y tan solo pensar que ella y Steve...

¡¡Ya basta!!

No te importa Amelia, no te importa... ni siquiera conoces tanto a Steve...

—Nat, en serio no me importa.

—Mia...—dijo Nat, creo que no podía engañarla, o ella era bastante persuasiva o tal vez yo era bastante predecible.

— ¿Y si me importa qué? No cambiaría nada. El romance no funciona y no sirve más que en las películas.

—Creo que Steve no piensa igual.

— ¿Qué importa lo que crea si no le interesa?

Natasha torció los ojos.

—Ustedes dos sí que están mal... Amelia, Steve no hizo nada con Sharon, no tiene nada con ella, no le interesa nadie más que tú y ayer lo demostró.

¿Ayer?

— ¿Qué?

—Mia ¿Acaso no ves cómo te mira? Jamás lo vi mirar a alguien así, sí, tiene un pasado con Sharon pero nunca la miró como a ti. A Steve le encantas y si no se acerca es porque es un maldito miedoso. Lo conozco Mia, está loco por ti.

—No entiendo porque lo estaría...

—Amelia Elizabeth Moon... eres inteligente, graciosa, ingeniosa, bonita, cualquiera sería afortunado de tener a alguien como tú.

—Nat... yo no... no merezco a alguien como Steve, él es tan bueno y yo... he hecho que sufran tantas personas y seguro no soy más que una niña para él...

Natasha soltó un gran suspiro y tocó mis dos hombros.

—Te lo diré una sola vez Amelia: debes aprender a dejar ir el pasado. A ninguno de nosotros nos importa lo que hayas sido antes sino lo que eres ahora. Te queremos por ser como eres—Nat me abrazó y después me dejó sola para analizar todo lo que me dijo.

Si esa tal Sharon era parte del pasado de Steve... ¿qué hacía con ella?

¿Por qué Steve me querría?

Y yo... ¿por qué me atormentaba tanto últimamente por todo mi pasado?

Era horrible sentirme tan mal y tan culpable por todo lo que Alistair me hizo hacer.

Ahora mismo estaba rodeada de emociones negativas que no me dejaron pensar e hicieron que mi día fuera peor.