25

544 78 4
                                    

En cuanto Kirishima abrió los ojos, suspiró agradecido de saber de que ese día era sábado y que afortunadamente no debía ir a trabajar ese día, exhaló gustoso pensando que sería un día relajado y que podría dormir hasta que se despertara Midoriya, aunque su suspiro acabó cuando escuchó ruido en la cocina.

- ¿Midoriya? -dijo levantándose de la cama y colocándose unos pantalones de chandal que tenía a su lado, escuchó un pequeño chillido desde la cocina, sonrió dulcemente y caminó a paso flojo, llevando una mano a su rostro y comenzó a frotar ese, sintiendo como su pelo en estado natural le caía sobre el rostro. En cuanto llegó a la sala, vió como Midoriya colocaba un plato de panqueques en medio de la mesa donde comían, al lado de ellos descansaban platos vacíos junto con la única mermelada que le gustaba a Midoriya para las masas y dos tazas humeantes; Izuku alzó su mirada y se sonrojó al ver a Kirishima ahí parado, observándolo.

- te despertaste antes -murmuró suave el menor, viendo como el pelirrojo iba aumentando su sonrisa hasta que comenzó a reír a carcajadas, el rizado le ladeó la cabeza y lo observó reír por varios minutos, apartando su cabello de su rostro o agarrando su vientre de vez en cuando, contagiando su buen humor al ojiverde.

- ¡tienes harina en el rostro! -le exclamó con gusto el peliteñido, riendo aún mientras que Deku de manera confundida llevaba una mano a su nariz y tocaba esta con la punta de sus dedos, sintiendo de manera inmediata el polvillo.

El tiempo había pasado rápido para todos ellos dos, sin darse cuenta habían completado 5 meses con un par de semanas viviendo juntos, pasando así por su primer invierno fuera del experimento. Mientras comían, Kirishima les explicaba el plan que tendrían para esa noche y porqué era importante, sin ponerle mucha atención, Midoriya miraba por la ventana como la nieve caía con fuerza sobre Japón.

- y bueno, en eso consiste la fiesta de navidad que se les organiza -dijo con simpleza el pelirrojo artificial antes de darle un sorbo su café, al notar que el peliverde no le respondía, alzó su mirada y lo observó mirar por la ventana con la vista perdida, apretó sus labios al ver la mirada triste que tenía.- ¿en qué piensas? -dijo suavemente, viendo como en ese momento el más bajo movió su mirada a su taza.

- pensaba en Kota -murmuró de manera suave, mirando como su taza humeaba de manera débil ante el hecho de que la leche estaba enfriándose- siempre se enfermaba cuando comenzaba a nevar, me preocupa que no esté bien -dijo suavemente, subiendo su mirada luego y sonriéndole al pelirrojo, no queriendo preocuparle a pesar de reflejar tristeza y nostalgia por sus ojos. A Kirishima se le apretó el pecho ante esa expresión y solo le asintió con su cabeza, volviendo a comer en silencio.

El día lo pasaron de manera calmada, escucharon música y limpiaron todo lo que pudieron y lo que se les ocurrió limpiar, dejando la casa casi brillante y digna de pertenecer a una revista de amueblados.

- ¿te irás a bañar? -le preguntó Eijirou a Izuku, quien jugueteaba con un cojín mientras descansaba en el sillón y disfrutaba de la música de la radio. El peliverde alzó su mirada y luego su ceja, dándole a entender al mayor que no le comprendía- la fiesta de navidad, te hablé de eso en la mañana, es ahora en la noche -dijo con una leve sonrisa, Kirishima sonrió al notar que realmente no le había puesto atención y asintió un poco con su cabeza, tomando asiento a los pies de Izuku.

- ¿de qué trata? -dijo el pequeño abrazando el cojín a su pecho y ladeó su cabeza, viendo como el hombre de ojos carmín se relajaba.

- hoy es 22 de diciembre, ¿no? -dijo él mirando el rizado y este asintió con su cabeza, a lo que Kirishima le respondió también asintiendo con su cabeza como efecto mecánico- cada año, se les hace a ustedes una pequeña fiesta de navidad, para que puedan reencontrarse y compartir entre ustedes otra vez -dijo tomando suavemente el pie del peliverde, haciendo saltar a este un poco.

- ¿entre nosotros? -dijo un poco confundido, arrugando suavemente su entrecejo y el adulto asintió con su cabeza, comenzando a hacer un masaje al pequeño pie del ojiverde.

- los egresados del experimento, mayormente los menores de edad van obligados, muy pocos van cuando ya son adultos -dijo con simpleza, viendo como Izuku volvía a recostarse en el sillón.

- ¿ellos mueren o algo así? -dijo ladeando su cabeza y vió al peliteñido negar suavemente- ¿entonces solo se van? ¿por qué? -dijo el pequeño, mirando con atención al más alto. Kirishima pareció pensarlo unos momentos antes de abrir su boca, enseñando sus afilados dientes.

- muchos cuando crecen siguen con su vida, la mayoría prefiere dejar todo lo que tenga que ver con el experimento atrás y hacer como que nada pasó, la verdad es que son muy pocos los que se ligan con nosotros pasados los 18 -dijo arrugando con poco su nariz, sacando su mano del pie y dejándola en la canilla del chico, dejando caricias suaves en la piel del menor con su pulgar.

- ¿tú crees que me pase eso? -le dijo Midoriya de la nada, haciendo que el ojicarmín le mirase y sonriese un poco, alzando sus hombros.

- no lo se, Izuku, eso no depende de mi en ningún sentido, si tú quieres desligarte puedes hacerlo, si quieres permanecer adentro como Aizawa puedes hacerlo, tú decides que hacer -le dijo con dulzura, sintiendo como la piel un poco áspera de Midoriya permanecía tibia bajo el toque de su mano.

- no me gustaría -murmuró suave, apretando sus labios de repente y escondió sus rostro en el cojín, suspirando suavemente- no me gustaría dejar el experimento atrás, siento que no tendría un origen -dijo antes de percibir la mano del pelirrojo en una manta, jugando suavemente con una de sus esquinas.

- aunque no lo creas, tu origen ahora soy yo -murmuró con una simple sonrisa el adulto, haciendo que el menor sacara su rostro y lo mirara con incertidumbre.

- ¿sí? -dijo ladeando su cabeza y Kirishima me asintió, estirando dejando un dulce apretón en la pierna del pecoso.

- sí, Midoriya -dijo con una dulce sonrisa- somos tú y yo contra el mundo ahora -le dijo de forma dulce, viendo como el pecoso se sonrojaba suavemente.

Hijos de la calle (2.0)Where stories live. Discover now