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Kirishima con Todoroki observaban a oscuras la pantalla que se proyectaba en la sala de cámaras, era pasada la media noche y habían 38 niños dormían con calma en la calle 2 a excepción de los dos más grandes, los que eran Bakugou Katsuki y Midoriya Izuku, los cuales faltaban solo unos días y un par de meses para que cumplieran sus 16 años, respectivamente.

- pareciera que realmente ellos realmente nunca se cansan -dijo el bicolor con un poco de molestia, mirando como entre el rubio y el peliverde se desposaban. Mentalmente el pelirrojo artificial le dio la razón, pensando en que esa era la cuarta vez que veían a los jóvenes tener relaciones en el día y no era algo normal, era algo siempre desenfrenado y que de tan desaforado que era, le llegaba a dar envidia a varios de los adultos que nunca habían logrado esa vida sexual y menos a esa edad.

- ¿pero qué le vamos a hacer? No se lo podemos interrumpir, ellos no deben enterarse de que existimos -dijo Kirishima un poco complicado, frunciendo su entrecejo, Todoroki negó un poco su cabeza y Shinsou, el pelimorado que los había llevado a ver las cámaras para ver el comportamiento y comenzaran a ver desde ya como se desharían de ellos habló, haciendo carraspear su garganta antes.

- ese niño cumple años el 20, para la madrugada no debe estar con él y siempre duerme con Midoriya, por eso necesito que vayan pensando como harán para separarlos -dijo con la voz un poco ronca, negando con su cabeza.

- ¿y por qué debemos meternos en todo eso? Solo debemos recibirlos -dijo el bicolor con un tono pesado, cruzándose de brazos mientras aún veía la cámara, Kirishima la observó y vio como Bakugou terminaba aparentemente, mientras le mordía el comienzo del cuello hasta sacarle sangre, mancha que se distinguía de forma precaria en las cámaras en blanco y negro.

- ¿eso dejará cicatriz? -dijo el chico de dientes afilados con un poco de preocupación, observando como por la pantalla blanco y negro su pequeño asignado caía con firmeza en ese extraño nido de cueros que tenía junto con Bakugou y se acurrucaba.

- sí, es obvio. Midoriya está lleno de cicatrices, mírale los brazos y las piernas, y lo peor es que le suceden por estupideces como salir a cazar y esas cosas -dijo el pelimorado con noto cómico, los tres miraron como Bakugou se puso atrás del niño, lo abrazó y se cubrieron con esa capa carmesí que tenía de cuero.

- tal vez lo hizo para marcarlo o algo así -dijo Shouto con indiferencia, alzando un poco su ceja y ver en la pantalla que ambos hablaban algo.

- no son lobos -dijo Kirishima molesto, pensando en que ser humano mordería a otro para poder marcarlo, ¿por qué Bakugou hacía eso con Midoriya?

- ¿puedes encender el micrófono de ellos? -dijo el heterocromático interrumpiendo sin querer al ojicarmín, observando aún la pantalla, el chico de cabello morado asintió con su cabeza y tras mover un par de cosas en el tablero, por unos pequeños parlantes comenzaron a emitirse las voces juveniles.

- pero Kacchan -se escuchó la voz suave del peliverde entre sollozos,  trataron de escuchar mejor y aparentemente este lloraba, lo que se corroboraba en la imagen con su pequeño temblor.

- necesito que seas fuerte, Deku -se escuchó la voz ronca del rubio ceniza, vieron como su mano fue al pecho del más bajo y lo apegó a él, inspirando en su lado bueno del cuello.

- ¿y si te llevan esos monstruos? ¿qué voy a hacer? ¿qué vamos a hacer? Kacchan, debes esconderte, debemos hacer algo, n-no p-podemos dejar que te lleven! -le gritó el chico de grandes ojos esmeralda, este se sentó y miró a su compañero, quien aún permanecía sentado.

Desde el lugar del experimento, ambos niños se quedaron en silencio debajo de la capa de Kacchan, hacía un frío impresionante y se podía notar el vapor que salía de sus bocas, toda su gente se encontraba ya dormida en sus respectivos lugares y bien refugiados gracias a la fuerte cacería que había hecho Deku junto con otros niños para tener comida y cuero cuando comenzara a caer la nieve de las bestias que habían obtenido dentro de sus lugares delimitados.

- acuéstate, Deku -le susurró Kacchan, palpando a su lado y Midoriya negó con su cabeza, sorbiendo su nariz y miró a otro lado, haciendo un leve puchero con sus labios.

- yo no quiero que te vayas, Kacchan, aún podemos esconderte, se que podemos! -dijo volviendo su vista a él, el ojirubí miró al más bajo y se sentó, llevando su mano a su cuello y sacando el collar de dientes azul que llevaba colgando, los mismos dientes de distintas bestias que tuvo que matar para sobrevivir durante esos años ahí los cuales fueron pintados tiempo posterior con tintes que ellos mismos fabricaban, una vez en sus manos la llevó al cuello del peliverde y abrochó el collar, sonriendo al ver que era muy rudo para él pero que de todas formas se le veía genial.

- se que falta muy poco para que me vaya, por eso te hice estos -dijo con una sonrisa, llevando sus manos a los cueros y buscó entre esos unas piedras talladas de manera similar a las que llevaba en las orejas a modos de expansiones, aunque a diferencia de las piedras azules que portaba el rubio, las piedras que tenía en las manos eran de piedras pintadas de color rojo.

- mierda, ¿le va a poner eso en las orejas? -dijo Kirishima desde el cuarto de cámaras, inclinándose a la pantalla- apaga el micrófono, apaga eso, va a gritar, apágalo! -digo con desesperación sacudiendo un poco a Shinsou, quien se apresuró a apagar el micrófono.

- que terrible que hagan eso -dijo Shinsou negando con su cabeza, mientras miraban con preocupación como a través de la pantalla de manera casi sanguinaria Bakugou le colocaba sus nuevas expansiones a Midoriya, mientras Kirishima con Shinsou tenían el ceño fruncido, Todoroki miraba con una sonrisa.

- ese Bakugou va a ser un niño problema -dijo y llevó una mano a su celular, suspirando un poco.

- solo espero que no pase nada malo con Izuku -susurró el hombre con la pequeña marca sobre su ojo, mordiendo su labio con sus filosos dientes.

- no creo, la verdad es que esas expansiones se le ven genial -dijo el pelimorado con convencimiento, recordando que en su época se llevaban a cabo las mismas prácticas. Con un poco de nostalgia llevó una de sus manos a los lóbulos de sus orejas, acariciando con la yema de su dedo pulgar su grotesca cicatriz- ah, y mira, lo están haciendo de nuevo -dijo con una risa al ver como la pareja volvía a abrazarse sobre el lugar que permanecían recostados y se encaramaban sobre sí.

- ugh -dijo el bicolor con desagrado, rodando sus ojos- iré por un café, cuando terminen volveré -dijo y salió con resignación del cuarto de cámaras en dirección a la pequeña cocina que tenía el recinto. Ambos jóvenes adultos se quedaron en silencio, ambos viendo de manera distraída las pantallas, mientras que Shinsou seguía sumido en sus recuerdos, Kirishima observaba con total desinterés la pantalla, pensando de forma rápida en algo que pudiese calmar sus inquietudes.

- ¿cómo voy a poder cuidar de ese niño? -dijo mientras negaba con la cabeza y veía como el peliverde montaba con ánimo al ojirubí, apartó la mirada de la pantalla y la enfocó en la ranura de luz que entraba por la fuera antes de que se girara Shinsou para mirarle, ladeando su cabeza.

- ¿te soy sincero? -dijo en un murmuro, ganando así que el hombre de peculiar dentadura clavara su mirada en el contrario- No lo se, pero eras tú con Midoriya o con Bakugou, y le han dado a Todoroki la tutela de Bakugou para que lo mantenga a raya, ya sabes, ambos son salvajes y explosivos, todos sabemos que Midoriya va a estar mejor contigo -dijo el pelimorado mirando al pelirrojo artificial.

Eijirou suspiró de manera pesada mientras veía como el chico que en dos meses pasaría a ser su hijo legal se dejaba morder por Bakugou en todo su cuerpo a pesar de la sangre que le caían de las orejas y del cuello, el joven de dientes afilados frunció sus labios y negó con la cabeza, tomando asiento mientras se jalaba el cabello con las manos, gruñendo frustrado.

Hijos de la calle (2.0)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora