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- Midoriya, va suéltalo -gruñó Kirishima mientras que tenía a Izuku abrazado de la cintura y lo jalaba, tratando de separarlo de Bakugou, quien era jalado de la misma manera por Todoroki en la puerta de la casa del bicolor.

- suéltame, maldito bastardo -gruñía con suma molestia el rubio, pegándole patadas a las piernas de Todoroki con el fin de lo soltara en lo que se aferraba con sus manos y uñas a los antebrazos de Midoriya, quien estaba aferrado de la misma manera.

- no! -le gritó el pecoso, sorbiendo su nariz y tratando de no llorar, desde que había terminado la fiesta de Navidad y todos tuvieron que tomar sus propios caminos, sintió por alguna razón que no quería separarse del rubio nuevamente, sentía una necesidad imperiosa de quedarse aferrado al ojirubí y dormir abrazado a su pecho- suéltame Kirishima! -exclamó tratando de removerse, sintiendo como Katsuki le enterraba sus uñas al sentir como finalmente el heterocromático lograba jalar al rubio. Clavó con fuerza sus manos en la pálida piel del explosivo joven antes de que a Eijirou se le prendiera el foco y moviera sus manos efusivamente en la piel del pecoso, provocándole cosquillas. Este chilló y soltó al rubio por instinto, dejando así unos segundos para que Todoroki jalara fuerte y lograra sacar a Bakugou de ahí aunque haya dejado los arañazos marcados, metiéndolo en la casa y cerrando la puerta.

- detente -le dijo el peliteñido llevando rápidamente al menor al auto al sentir como se removía y gimoteaba, cuando llegaron sin dudarlo mucho y con rapidez Deku fue metido en el auto y en menos de medio minuto, Kirishima estaba en el asiento del conductor con el seguro de las puertas ya activado y manejando en dirección al departamento.

Mientras manejaba, Eijirou escuchaba como el menor gimoteaba en su asiento, tratando de abrir la puerta y apegando su frente al vidrio, temblando un poco, ¿cómo es que se comportaba así después de verlo en clases todos los días? Llegaron al departamento y con algo de susto el hombre de ojos carmín observaba como Midoriya se abrazaba a si mismo mientras temblaba, caminaba de forma perdida por el departamento hasta que finalmente lo vio entrar en pijama a su cuarto.

Deku miraba al techo mientras jadeaba y tapaba sus oídos con sus manos, no queriendo escuchar nada. Midoriya tenía la certeza de que si dormía, volvería a soñar con aquel evento que le había perturbado el sueño por casi un año, con el mismo evento que lo hacía despertarse a gritos y lo hacía aferrarse al pecho de Kacchan mientras trataba de no llorar, pero sin darse cuenta, cayó dormido mientras se arruyaba con sus pensamientos.

Deku podía sentir el bombear de su corazón en sus oídos mientras trataba de no ser alcanzado por Shigaraki, todos los niños más pequeños gritaban desesperados mientras veían al igual que el ojiverde como su jefe peleaba con el segundo al mando.

- d-detente! -gritó el pecoso en un hilo de voz, aferrándose a la ropa que tenía entre sus manos y que ahora se encontraba mojada. Él se encontraba bañándose en lo que bañaba a los más pequeños mientras que Mirio se encontraba vigilando y bromeando con el pecoso, cuando de la nada había llegado Tomura con un cuchillo en mano y en dirección al rizado. Cuando menos se dió cuenta, el rubio y el peli celeste se encontraban peleando en el piso, mientras que Mirio trataba de arrebatarle el cuchilo de hueso a su amigo, este trataba de enterrárselo- déjalo! Lo vas a matar -gritó con desesperación el peliverde antes de ver como el arma era firmemente clavada en la yugular del entusiasta ojinegro.

Deku observó como la sangre comenzaba a brotar con fuerza del cuello de Mirio, comenzando a dejar un enorme charco de sangre en cuestión de minutos, pero lo peor fue cuando vió como el joven del lunar llevó su boca al cuello del moribundo rubio y enterró sus dientes, Deku nunca supo cuanta fuerza uso como para poder romper la piel y tirar esa, sacando directamente jirones de la piel del chico.

Al sentir como los ojos de Tomura se clavaron en los esmeraldas llorosos de Deku este gritó tan fuerte como pudo, sintiendo como dañaba su garganta, no gritó por ayuda o por algo similar, gritó porque necesitaba hacerlo, gritó al ver como Mirio convulsionaba hasta detenerse mientras que Shigaraki tenía colgando de su boca un trozo de la piel del cuello, la cual goteaba sangre.

- no! No! Detente! Kacchan! Kacchan! Kacchan! -gritó el pecoso al ver como el peli celeste se levantaba en su dirección, caminando con lentitud hacia él aún sin soltar la piel del fallecido que se encontraba entre sus dientes. Antes de que pudiese volver a gritar, vió como Dabi había saltado sobre el chico del lunar y comenzaba nuevamente una pelea, aunque a diferencia de la pelea anterior, tras una serie de forcejeos, Shigaraki se había dejado someter.

Sin embargo, al sentir como alguien le sacudía fuertemente los hombros desde atrás, se giró y vio que estaba Kirishima, pálido y aferrándose a los hombros de Deku, vistiendo una camiseta blanca que ahora era teñida por sangre y su cuello estaba igual de destrozado que el de Mirio.

- Izuku -escuchó el cortado susurro del ojirubí.

- Midoriya, despierta! -escuchó el grito de Kirishima a su lado, en cuanto abrió sus ojos se sentó con rapidez, mareándose en el proceso, miró a todos lados de manera frenética en lo que sentía su respiración agitada y sus ropas empapadas, miró a su lado y vió como el cuello de Kirishima estaba sano, completo y con ese tono de piel que volvía loco a Midoriya- Izuku, ¿estás bien? -susurró el peliteñido en lo que miraba con preocupación al pecoso. Este le miró directamente a los ojos y antes de que pudiese darse cuenta, Eijirou tenía contra su pecho al tembloroso y sudado Deku, quien lloraba de manera suave, casi silenciosa.

- t-te-tenía 14 años -lloriqueó el pecoso, aferrándose al pecho de Kirishima como solía hacerlo con el de Kacchan- lo mató, le desgarro s-su cuello, lo vi todo y no hice nada - lloriqueó con fuerza, apretando el pijama entre sus manos.

- ya, tranquilo, lo se -le susurró con dulzura el pelirrojo, subiendo su mano al cabello algo húmedo por el sudor del rizado y acarició ese- tranquilo, Midoriya -murmuró, estirando su mano a una de las cómodas de Izuku, sacando una camiseta rápidamente antes de despojar al oji esmeralda de la que ya tenía puesta, la cual se le pegaba le cuerpo por el sudor.

- N-no hice nada para impedirlo -lloriqueó el peliverde en lo que se dejaba vestir, sintiendo su cuerpo temblar fuertemente todavía.

- tranquilo, Izuku -susurró el mayor, sacando con delicadeza los pantalones y los dejó a un lado, cruzando sus brazos por debajo de las piernas del menor y luego por debajo de su brazos, permitiéndose así cargarlo.

Deku apoyó con calma su cabeza en el pecho de Kirishima mientras este caminaba, trató de controlar el temblor de su cuerpo, cerrando sus ojos al sentir que no lograba hacerlo. Se tensó un poco cuando Kirishima lo dejó sobre su colchón y luego se recostó a su lado, llevando unas manos rápidamente hacia él para poder abrazarlo y estrecharlo contra sí.

Hijos de la calle (2.0)Where stories live. Discover now