Apariencias

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Descendientes no es mi historia. Solo me baso en ella. Todos sus derechos son de Disney. Yo sólo le doy una continuación diferente.

Bueno, las cosas no podrian ser más incómodas. Digo, caminar por las calles tratando de que no te noten mucho, y que Sinbad me tenga agarrada de la mano llevandome a quién sabe donde sin voltear a verme o dirigirme la palabra no es una buena señal.

Después de presentarme, los hermanos se quedaron en silencio. No sabía que hacer. El tiempo pasaba y yo me ponía cada vez más nerviosa pensando en la posibilidad de que me entregen a Aladdin y, por ende a Auradon.

La preocupación había aumentado al ver como Sinbad se paraba y le deba una bolsa de dinero a Aaron, diciéndole que se llevara a sus hermanos.

Sin objetarle nada, tomó a sus hermanos y se fueron sin mirarme. Me había quedado sola con el Príncipe de Agrabah.

Vi como se colocó de nuevo su capulla y se acercó a mí. Me paré y me puse en guardia, pero lo único que él hizo fue ponerme mi capucha y tomarme de la mano. Sin mencionar nada, me jaló para empezar a llevarme a no se donde.

-Oye, ¿A dónde planeas llevarme?- trate de sacarle información. Mas aún al ver como el castillo lentamente se hacía presente. Un escalofrío recorrió mi cuerpo temiendo lo peor. Trata de safarme pero parece que eso solo lo hizo enojar.

Se paró de repente haciendo que chocara con su espalda. Antes de poder alejarme se dio la vuelta para poner su mano en mi cintura y atraerme a él.

-Mira, si antes trataste de escapar de mi y no pudiste, ¿qué te hace pensar que podrás ahora?- acercó su boca a mi cuello para susurrarme eso haciendo que un leve tono rojo llegará a mi cara.

Al instante me doy cuenta del por qué se acercó. Había muchas personas a nuestro alrededor como para ponernos en problemas si hacemos una escena. Y también para tener más control sobre mi, puesto que después de decirme eso volvió a caminar, pero sin soltarme de la cintura.

Seguimos caminando un rato hasta llegar a una gran casa.

Las calles estaban desiertas en esta zona. Ni una sola persona se veía.

Sinbad se acercó a la puerta principal y toco tres veces. Una pausa. Una vez. Otra pausa. Y tres veces de nuevo para alejarse unos pasos conmigo a su lado.

No pasaron muchos segundos para que una mujer nos abriera la puerta. Sinbad me hizo entrar y en ese momento me di cuenta de donde estábamos. En un burdel.

Todas las chicas saludaban a Sinbad como su fueran viejos amigos. Él les saludaba con un gesto con la cabeza mientras me hacía caminar por las escaleras a la habitación más grande.

Abrió la puerta de golpe y me soltó para poder cerrarla con seguro. El me daba la espalda viendo hacía la puerta. Ahora si tenía miedo. No por que no pudiera defenderme, al contrario, Harry se aseguró que pusiera hacerlo antes de que me fuera; tengo miedo por el lugar en el que estoy

Observó como Sinbad se da la vuelta para verme y me pongo en guardia.  Al verme, alza una ceja confuso pero parece darse cuenta de el por qué. Camina hacia una mesa y toma asiento sobre la silla de a lado.

-No te preocupes hermosa, este lugar lo uso como mmm, un cuartel. La dueña es una vieja amiga y me presta este lugar para los asuntos de importancia- trata de calmarme y puedo ver en su cara sinceridad, por lo que decido bajar la guardia.- Y creó que ambos tenemos cosas de las que hablar. Te doy el privilegio de empezar, después de todo, las damas son primero.

Me quedo callada un momento pensando en qué decir. Aunque tengo una duda que me da más curiosidad que las demás

-Los niños. ¿Quiénes son? Según tengo entendido, solo tienes a una hermana.

Descendientes 3Where stories live. Discover now