Empezando de nuevo

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Descendientes no es mi historia. Solo me baso en ella. Todos sus derechos son de Disney. Yo sólo le doy una continuación diferente.



La luz del sol choca con mi cara. Me muevo para darle la espalda. No estoy lista para afrontar lo que esta por venir, pero a la vez sé que no puedo quedarme quieta. Con un gran esfuerzo me levanto de la y veo mi cuarto. Ahora está todo vació puesto que casi todas mis cosas tenían algo que ver con los traidores. Las cosas que me traje están en una esquina de mi cuarto mientras que mi madre esta aún dormida.

Me dirijo al baño para meterme en el agua helada. Había olvidado que a pesar de que la Isla estaba al "cuidado" de Auradon, nunca se preocuparon para traer un poco de bienestar a este lugar, como por ejemplo tener agua caliente.

Me visto con la antigua ropa que usaba antes de salir de aquí y me veo en el espejo. No puedo creer que había dejado de lado mi forma de ser. Recorro mi vista de arriba a abajo, pero hay algo que no concuerda. Mi pelo. Aunque ha vuelto a tener su color original (si, no miento, nací con este color) no combina como debería de ser.

Suelto un suspiro y agarro mi bolsa. Salgo de mi hogar y me dirijo a "Lady Tremaine's ". Tal vez Dizzy me pueda ayudar.

En el camino muchas personas me miran sin disimular. Puedo ver que algunos me miran con odio, otros con con lastima (Tal parece que las noticias viajan volando) pero lo más raro es que unos me miran con una chispa de anhelo y nostalgia. No, seguramente estoy imaginando cosas.

Por donde voy, casi todos se alejan de mi paso, como si mi mera presencia los ahuyentara, justo como en los viejos tiempos. Salvo que ahora estoy sola.

Llego a la tienda de la Madre de Cenicienta, y sin prestarle atención al letrero entro. La peluquería esta cómo siempre, salvo que Dizzy no está por ningún lado. La buscó pero no la encuentro. Eso me empieza a asustar, más al escuchar el sonido de algo cayendo en el segundo piso. Sin pensarlo dos veces, me dirijo a las escaleras para salvar a Dizzy de lo que siempre lo hacíamos de pequeñas

Flashback

Eve y yo nos dirigíamos a la peluquería de la horrenda madrastra de Cenicienta solo para ver a nuestra querida hermanita Dizzy. Desde que la conocimos nos agrado y siempre tratábamos de pasar tiempo con ella, claro sin que los demás lo supieran pues sería un blanco para atacarnos. Al llegar no la encontramos por ningún lado. La buscamos en el piso pero sin encontrarla decidimos dirigirnos al segundo piso. Tal vez esa madrastra sirva de algo por una vez en su vida y nos ayude.

Al llegar vimos el lugar bastante limpio en comparación con la peluquería, pero nos dimos cuenta que había cosas de cristal por todos lados. Claro, aún no supera el traumas de los zapatos de Cristal.Caminamos en busca de Dizzy o la abuela amargada, hasta que escuchamos un ruido en un cuarto.

Gracias a Eve abrimos la puerta y nos encontramos con algo que no queríamos. La abuela estaba costando el cabello largo y hermoso de Dizzy mientras que ella intentaba escapar. Se le podían ver algunos cortes en su cara hechas por las mismas tijeras.

-Esto es para que aprendas tu lugar. Solo sirves para recoger la casa. Las clientas del local son mías. Vieras que intentar cortarles el pelo tu. Por tu culpa seguramente perderé clientas.

-P-pero abuela, a ellas les gusto-

-Cállate. Ya suficiente tuve con Cenicienta al hacer lo que le plazca sin seguir mis reglas. No dejaré que tu lo hagas.

Ahí fue cuando decidimos intervenir y alejamos a Dizzy de la madrastra. Yo me encargue personalmente de ella, utilizando una de las primeras cosas que mi madre me enseño: tortura mental. Mientras lo hacía, Eve se encargó de calmar a nuestra hermanita, diciéndole que su cabello aún lucía bien y que con unas colitas se vería tan linda y tierna.

Descendientes 3Where stories live. Discover now