© Querido diario; jjk

25 de Marzo

Especial 2da parte

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—Min EunYeong—

JungKook me había hecho entrar en razón justo antes de cometer una estupidez de la cuál podría arrepentirme más tarde, y en lugar de ir a buscar problemas fuimos a su casa para que pudiera calmarme un poco y pensar con la mente fría soluciones. No había podido dormir pensando en que podría hacer para ayudar, pero no había conseguido nada más que subir a redes fotos de mi madre pidiendo su ayuda para localizarla.

— Te traje un poco de fruta, EunYeong. La señora Min no quisiera verte así, debes comer un poco —negué mientras el me acercaba un poco de fruta a la boca.

— Siento que no merezco comer absolutamente nada mientras mi mamá no aparezca JungKook. Es que, ¿Cómo pude dejarla sola? Debí ser yo.

— Estás siendo muy fuerte, EunYeong. Encontraremos a tu madre, te lo prometo —dijo antes de besar mi frente.

Alguien tocó la puerta de su casa, así que tuvo que bajar a revisar quién era. Escuché un par de ruidos fuertes, así que tomé una lámpara que reposaba en el tocador y bajé rápidamente para ver qué sucedía. Mi sangre hirvió al verlo.

— ¿Qué crees qué haces aquí? ¿Por qué lo dejaste pasar, JungKook?

— Vine a verte y a ofrecerte mi ayuda, EunYeong.

— Woah, de verdad eres muy necesario en estos momentos, ChanYeol —dije mientras bajaba las escaleras sin despegar mi mirada de él—. Mi madre se pondrá tan feliz al ver que el responsable de su secuestro se ha arrepentido de sus crímenes después de restarle importancia a su vida.

— EunYeong por favor, no quise que nada de esto pasara, de verdad.

— Cierra la boca, ChanYeol. Mientras estés bajo este techo, aceptarás todo lo que tenga que decirte porque no te mereces menos, idiota

— EunYeong, espera —dijo JungKook, quitándome la lámpara de la mano, se acercó a mí y me susurró algo al oído—, es a él a quien están buscando, tienes que cuidar tus palabras si quieres encontrar lo más pronto posible a la señora Min. 

— ¡Chicos! —gritó MinHyuk mientras entraba a la casa, JaeBum venía detrás suyo— Hemos descubierto algo.

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Corrí con todas mis fuerzas hasta llegar a la ubicación que JaeBum nos había dado, pude ver a varias patrullas estacionadas a tan sólo metros, los policías intentaban alcanzarme pues no podía entrar a esa zona porque estaban investigando, pero no podía dejar de correr. Cuando llegué, vi al rededor una cinta amarilla con letras negras, indicando que el paso estaba prohibido, pero ninguna cinta estúpida me iba a impedir confirmar lo que había escuchado.

El equipo de criminalística estaba tomando fotos en dirección a un pequeño barranco que había, sólo hasta que estuve suficientemente cerca alcancé a ver aquello que tanto observaban. Eran los zapatos de mi madre envueltos en una sábana con sangre. 

— ¡Oye! ¡Tú no deberías estar aquí! —me gritó un policía justo antes de empujarme, en ese momento JungKook llegó.

— No se atreva a tocarla de nuevo, imbécil.

No escuché nada después de eso, no pude ni mantenerme de pie. JungKook tuvo que cargarme para salir de ahí, estaba hecha un desastre, llena de lágrimas y los pies llenos de heridas por las espinas que había intentado esquivar mientras me adentraba a la zona.