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La tensión permaneció entre ambos haciendo que la atmósfera se volviera lo suficientemente densa como para poder cortarse con un cuchillo. Y aunque verlos en esas posturas tan radicales y tercos me preocupaba de sobre manera, lo que más me preocupaba ahora, es que ellos parecían saber algo que yo debía saber, pero ninguno se atrevía a decir y no, no estaba dispuesta a ser la pobre chica que se enteraba de todo al final de la película.

― ¡Ya basta los dos! ―exclamé soltando a Ian aun contra su voluntad― ¿De qué están hablando?

―Amy, es mejor que vayas a tu despacho y me dejes arreglar esto ―sugirió Ian con una calma exasperante.

―No, no vas a arreglar nada solo ―Crucé los brazos sobre mi pecho― Estamos juntos en esto o no estamos ―dije como ultimátum y él solo se permitió suspirar― ¿Y bien? ¿Cuál de los dos va a decirme qué está pasando aquí?

Mire a uno primero y al otro después, luego al primero y luego al otro, pero nada. Parecían haber entrado en un periodo de mutismo absoluto en el que yo tendría que adivinar qué demonios estaba ocurriendo. 

"Paciencia Amy, Paciencia" Pensé y me dispuse a lidiar con el asunto, pero la voz de Alex me detuvo.

― ¡Aquí estás, cariño! ―dijo dedicándome una encantadora sonrisa que se le esfumó apenas notó lo desagradable del ambiente― ¿Pasa algo?

―Dile ―azuzó James mientras que Ian entornó los ojos exasperado.

―Nada, no pasa nada. ¿Qué necesitas?

―Ah, sí, eso ―continuó sin mucho convencimiento― Tu mamá está aquí, Amy.

― ¿Mi mamá? ―La interrogante se me notó en la cara― ¿Qué diablos hace mi mamá aquí?

―Hazla pasar ―dijo Ian de pronto, cruzando los brazos sobre su pecho y mirando a James como si lo hubiese derrotado.

―Claro ―dudó Alex, quien me hizo un gesto de no saber qué pasaba y yo no pude hacer más que responder de la misma manera.

Mi madre no tardó mucho en entrar al despacho de Ian. Estaba nerviosa, era evidente y al vernos a los tres en aquel lugar, titubeó y dudó por un segundo si continuar con su camino. ¿Qué diablos estaba pasando?

―Señora Hatthaway, bienvenida ―saludó Ian amablemente como siempre.

―Gracias, querido ―Le besó la mejilla y luego me miró, pero por alguna extraña razón ni siquiera se acercó para saludarme.

― ¿Alguien quiere decirme qué carajos está pasando? ―solté empezando a sentir una leve sensación de angustia.

―Amy, ¿por qué no te sientas? ―Mi chico estaba esforzándose demasiado por hacerme sentir cómoda y hubiese sido normal de no ser porque no estábamos solos en su despacho.

―Porque no quiero ―dije siendo demasiado fría― ¿Qué pasa? ―Miré a Ian y pude verlo... ¿Qué? ¿Compasión? ― ¿Mamá? ―La miré a ella esta vez y sus ojos estaban llenos de lágrimas. ¡Dios! ¿¡Podían ser más exasperantes!?― ¿James?

Que James bajara la mirada fue el golpe de gracia. Algo estaba pasando, todos los sabían y nadie era capaz de decir nada. Estaba exasperada, furibunda y agotada.

― ¿¡Quiere alguien decirme que mierda pasa!? ―grité dejando salir cada ápice de angustia.

―Amy, hija, por favor cálmate ―suplicó mamá.

― ¡Entonces habla ya! ―gruñí.

―Tú me pediste conocer a tu padre biológico... ―comenzó y se me dio vuelta el estómago. De nervios, de miedo o qué se yo de qué― Pues creo que ya es momento.

Sobre mi Cadáver  [TERMINADA]Where stories live. Discover now