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— ¿Dónde vamos? —pregunté con el ansia en la boca mientras conducía su audi Q5 por los alrededores del Chelsea Park.

—Es sorpresa —puntualizó con el jugueteo en la voz.

—No me gustan las sorpresas —mentí.

—Si, por supuesto. A la chica que baila mientras entrega correspondencia no le gustan las sorpresas ―ironizó― Me estás viendo la cara, ¿no?

— ¿Tanto te molestó que lo hiciera? —No pude evitar reírme al recordar ese momento que parecía haber ocurrido hace tanto.

—Me molesta mucho más cuando le hablas a tu madre de esa manera—La seriedad pareció aplacarlo instantáneamente— ¿Quieres contarme por qué hiciste eso?

—No creo que sea necesario —respondí cortante, sintiendo que todo lo que mi ánimo había mejorado se iba a la basura.

—De acuerdo. Si no quieres decírmelo, está bien. Solo creo que ahora que tu padre se ha ido, deberías ser mucho más consciente de lo afortunada que eres por tenerla a tu lado.

Lo miré intrigada mientras él no quitaba su atención del camino. De pronto me di cuenta de que no sabía mucho de él y la duda se había asentado solo por su responsabilidad, así que lo mejor era liberarla en ese preciso momento.

— ¿Cómo es tu mamá? —Bastó que dijera eso, para que se tensara visiblemente.

—No creo que sea necesario hablar de ella.

—Ya veo. Tú dices que yo soy afortunada, pero tu ni siquiera quieres hablar de tu ma...

—Está muerta —interrumpió y quise azotarme la cabeza en el parabrisas por ser tan imprudente y hablar de más.

—Lo siento mucho —murmuré.

—No es nada. Fue hace mucho.

Sé que con esa respuesta trató de restarle importancia, pero honestamente dudo que haya sido lo más honesto que haya dicho o hecho. Era evidente que el tema era delicado para él y aunque me hubiese gustado seguir preguntando, preferí ahorrarnos el mal rato.

—¿Y tu padre? —Busqué cambiar el tema.

— ¿Podemos hablar de otra cosa? —Soltó un suspiro exasperado y supe que era mejor guardar silencio. Asentí con la cabeza. Al parecer esta vez si la había cagado en toda ley— Ambos están muertos, hace años ya. No hay más que contar. Solo digo que deberías ser cuidadosa con tu madre. Por muy malo que sea lo que haya pasado, ella no merece que la trates así.

—Robert no era mi padre —Al menos yo si quería ser sincera y al parecer mi tema familiar era mucho menos complejo que el de él— Me lo confesó antes de morir.

—Ya veo —No había sorpresa en su rostro como lo esperé— Y eso, ¿cómo te hace sentir?

—No lo sé —Lo sabía, pero verbalizarlo era difícil— Confundida. Es como si la mitad de mi vida no tuviese sentido ahora. Cuando creces, lo haces creyendo que eres una mezcla entre tu padre y tu madre. Ahora resulta que soy la mezcla de mi madre con alguien que no conozco. Ni siquiera sé si existe aún y me hago preguntas que para cualquier persona sonarían absurdas, pero es imposible no cuestionarse sobre el hecho de por qué me abandonó o qué tengo de malo como para que hubiese decidido largarse.

—No tienes nada de malo, Amy. Él ni siquiera sabía que existías.

— ¿Cómo lo sabes? —Todo tuvo sentido en ese momento para mi— Ya veo. Ya sabías lo que había pasado. Por eso no te sorprendió cuando te lo dije. ¿Quién te lo dijo?

Sobre mi Cadáver  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora