"Me he enamorado."

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Narrador Omnisciente.

La luz del sol se atravesaba a través del gran ventanal de la habitación de Jason y Vanessa. Sí, ya se habían mudado al fin. Ya hace un largo tiempo, pero no tan lejano. Se mueve algo incomoda, susurrando unas cuantas palabras en Esperanto, Ruso, y Alemán. Eran más bien, maldiciones. Estaba enfadada. Hay veces que quisiera estar en un lugar completamente iluminado, o uno completamente oscuro. Si no es en ese orden, se siente incomoda. Es difícil de explicar, en realidad.

Se levantó de la cama, colocándose un vestido de una tela suave, de porcelana, bajando de las escaleras descalza, restregando sus ojos. Buscó a McCann con la mirada, hasta que, escuchó voces provenientes de la oficina de este. Una sonrisa se esbozó en sus labios con algo de travesura y diversión notable. Entró de golpe, abriendo ambas puertas ganándose toda la atención de Jason, y...

Vanessa Steele.

Dios, ¡esto tiene que ser una maldita broma! A veces siento que mi vida es toda una novela. Sin duda alguna, si escriben un libro de mi vida esa persona se haría multimillonaria.

—Joder, Sinceramente no te cansas de joderme la maldita paciencia. —escupí, con veneno y ira notable en mi voz.

Nena... —levanté mi mirada hacia Jason, observándolo detalladamente, quedándome varada por un momento en sus labios para así terminar vagamente en sus ojos— Buenos días, Lucy. —su mirada me desarmaba por completo, sus ojos color miel, me hacían perderme en ellos, aunque se oscurecieron automáticamente me mordí el labio.

Buenos días, McCann. —murmuré, saliendo de mi pequeño trance, para así luego sentarme en sus piernas. Él me lo había pedido con su mirada, ¿Cómo lo sé? Uf, ¿que no sé?

Mientras que Jason hablaba de algún tema del cual no me interesaba en lo absoluto, ni debía de hacerlo, las manos frías de él rodearon mis caderas, colocándome lentamente justo encima de su erección, ¡Maldita sea!

Adiós, Señor Fosseti. Espero que lo considere. —escuché a Jason despedirse, mientras que yo tecleaba algo en mi celular. Una respiración en mi cuello me hizo estremecerme, sentía una corriente eléctrica pasar por todo mi cuerpoSeñorita Steele, ¿acaso usted sabe lo provocativa que se ve en ese vestido? Sería un placer tener el honor de quitárselo.

Juro por los mil infiernos de que Jason McCann nunca se cansa. Jamás lo hará, seguramente. Es un pervertido hasta la médula. Su voz, su voz claramente ronca me hace darme cuenta de que está excitado.

De un momento a otro, nos encontrábamos desnudos, yo encima de él, mientras que él estaba sentado como podía en la silla.

Me he enamorado. —susurró Jason, sorprendiéndome completamente, levanté mi mirada para observarlo así fijamente a los ojos. Sentía que el aire se me iba, me hacía falta aire, se me hacía pesado respirar.

Lucifer Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang