"Llamaste muchísimo mi atención, Vanessa Steele"

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Vanessa Steele.

Estaba sentada en mi sofá, con una jodida resaca que no quería quitárseme. Estaba tomando un vaso de agua para tomarme la pastilla que supuestamente me relajaría. Aunque no siempre funcionan para mí.

Estaba algo relajada, viendo mi celular algunas cosas, hasta qué me di cuenta de que Luh bajo con una revista. Seguramente algún chisme más de que éramos novios, eso pensé. Hasta que vi su cara de enfado y me lanzo el periódico con las piernas.

—¿Qué sucede? —digo dejando el vaso de agua en la mesa que tenía al frente. No oí repuesta alguna así que lo mire y levanté una ceja curiosa.

—El Chico ese, el rubio. Lee. —dice Derek asintiendo, con enfado notable en su mirada y en su expresión facial.

Revise la revista. Y leí en voz alta, mientras que Derek escuchaba con atención y asentía con su cabeza pasándose la mano en su cabello mojado.

"Ayer fueron vistos en un bar famoso de Los Ángeles, California, Jason McCann y Vanessa Steele. ¿Será que el famoso modelo, compositor y cantante y la modelo con millones de followers en Instagram y en su cuenta bancaria gracias a sus buenas ventas en sus empresas, tendrán alguna relación amorosa? Pero, minutos después de una charla, Derek Sacó a Vanessa del bar. ¿Será un ataque de Celos por su novia, o algo más, Luh?"

Levante la mirada, observando a Derek con la boca abierta. No sabía que decir hasta que el habló.

—Esto, es algo muy ridículo. —dice Derek y yo lo mire detalladamente.

—Creo que deberías irte a cambiar y ir al estudio. Juro que voy luego, si no... —lo miré, el me miraba sin expresión alguna. Suspiré y me levante acercándome a él— Te aviso cualquier cosa, ¿bien? Sólo son unos chismes.

Derek asintió y me agarro de la cintura acercándome un poco a él. Lo miré a los ojos, y sonreí.

—Está bien, Vane. Nos vemos luego, Cariño. —dice Derek, dándome un beso para luego verlo subir a la habitación.

Suspiré, y me senté nuevamente en el sofá. Pero volví a pararme para buscar una copa de vino, es lo único que puede relajarme entre tantos chismes u problemas que siempre tengo. Es lo que uno se lleva acabo cuando decide... o más bien, vive, bajo las cámaras y bajo el ojo del público.

Justo cuando estaba intentando alcanzar mi copa, Derek me asustó y se me había caído el vaso de cristal al piso.

—¡Vanessa! —solté un grito ahogado y deje caer el vaso al suelo, me voltee enojada hacia Derek y este se encogió de hombros riendo— Ya me voy, ¿Ni un beso de despedida?

—Bésame el culo. —digo en tono de broma y enfado buscando el recogedor de basura para poder recoger los vidrios rotos— Te amo, ¡Cuídate!

Grite desde la cocina y este me mostró el dedo del medio volteándose dándome una sonrisa. Le lancé un beso y este se fue.

Sentía la extraña sensación de que aún me miraban, incluso cuando Derek se fue. No entiendo, porque, los paparazzis nunca están aquí a estas horas, más bien no pueden tomarme fotos o vigilarme es algo ilegal.

Cuando deseché los vidrios en la basura, volví a entrar. Error, había dejado la puerta, cuando cerré la puerta con seguro... Me volteé, pensé que me encontraría con algún asesino pero no fue así. Sólo fue un mal presentimiento o alguna mala vibra.

Camine hacia la cocina, está vez tome la cola abrí mi botella de vino favorita. Me serví en la copa, y cuando iba a dar un trago sentí unas manos al rededor de mi cintura.

—¿Qué demonios? —me volteé, y era Jason McCann. Fruncí el ceño, al verlo con un pasamontañas. No sé cómo logre reconocerlo... Tal vez por sus ojos color miel.— ¡Harás que te apuñale! ¡¿estás loco?!

—No, pero al parecer alguien se asustó con mi aparición sorpresa... —Dice McCann, quitándose los guantes y el pasamontañas. Su cabello se había despeinado un poco— La próxima vez, no dejes la puerta abierta mientras caminas un poco muuuy lejos de ella, ¿Sí? Espero que lo recuerdes.

Dicho esto tomó mi vaso y tomó un trago de este, mirándome a los ojos, y yo me cruce de brazos.

Estás haciendo que tus senos estén más a la vista mía, sé levantan un poco, ¿lo sabías? —lo interrumpí.

—Te diré algo, no es... normal, que alguien venga a mí casa, cómo un idiota acosador para robarme de MI copa de vino. —digo resaltando la palabra mí, acercándome peligrosamente y desafiante hacia Jason— Y deja de mirarme las tetas, ¡Concentrate!

—Wow, Wow, Fiera. Contrólate.—dice Jason riendo, sentándose en una silla de la sala que podía ver desde acá— No vine a eso, vine a verte. Llamaste muchísimo mi atención, Vanessa Steele.

—¿Qué carajos quieres, Jason McCann? Yo sólo quiero estar... tranquila en mi jodida casa y de la nada apareces. —digo acercándome a él, me senté a su lado, no tan cerca. Mirándolo.

—Ya te dije lo que quiero. Quiero conocerte. —dice Jason, mirándome con una sonrisa divertida y coqueta.

—Pues... —asiento, mirando a otro lado de la sala para luego volverlo a mirar con una sonrisa sin gracia— Yo no, McCann. Ahora sí me disculpas, me iré a bañar.

Me levanté, y subí las escaleras aún sintiendo la mirada de los ojos color miel de Jason sobre mí. Cómo si intentara buscar algo de mí que aún no sabe pero quiere saber, lastimosamente, tal vez nunca lo sepa.

Me despojé de toda ropa que tenía, excepto la ropa interior. Aún tenía que buscar una toalla, así que no podía. Caminé hasta el closet que había lleno de toallas, justo cuando iba a tomar una, oí la voz de Jason.

—Vaya Vaya... —dice Jason, sentí otra vez su mirada sobre mí. O está vez sobre mi ropa interior y en mi trasero. Me volteé cruzándome de brazos mirando a Jason quién estaba recostando en la puerta de mi habitación, observándome— Tienes...

—Cállate, y sal de mi habitación. —digo, y este levanta una ceja sonriendo divertido.

¿En serio eso quieres? —sonríe Jason acercándose a mí, y yo asentí observándolo, tragué saliva dificultosamente— ¿En serio quieres que me vaya?

Susurró Jason casi sobre mis labios. Si este hombre podría dejar de ser tan caliente y de mojarme las bragas, todo sería perfecto. Justo cuándo pensé que la tentación y atracción me ganaría, Oí mí celular sonar. Era Derek.

¿Tienes un tono de celular con...? —dice Jason, sin completar la oración ya que explotó de la risa.

—Sí, con una de tus canciones. ¿Problema? —digo levantando una ceja, para luego suspirar y atender el teléfono— Dime, Cariño.

Creo que es hora de que vengas, sí no vienes voy a ir y.. —lo interrumpí

—¿Y qué te pierdas de esta oportunidad?—digo completando la oración cruzándome de brazos nuevamente— Jamás, Ya voy.

—¿Cuánto te amo nena, que haría sin ti tesoro? —lo oigo decir y asentí sonriendo.

Te amo, nos vemos luego Luh. —digo sonriendo aún, colgando la llamada.

Me volteé mirando a Jason, este tenía sus labios en una perfecta línea recta.

—Te veo otro día, al parecer la princesa tiene que ir a ver a su príncipe azul. —dice Jason, parecía estar celoso. Lo vi irse, pero está vez por la puerta frontal de la casa, no por el patio trasero.

Este chico está lleno de misterios.

Lucifer Where stories live. Discover now