"¿Que quieres, McCann?", "Te amo, Lucifer" + "Eres Mi Satan"

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Narrador Omnisciente.

Vanessa había pasado días yendo al bar. Más bien semanas. Muchos desaparecidos, muertos, y la gran mayoría, eran víctimas de Lucifer.

Jason no había hablado con Vanessa, Ni Vanessa con él, como siempre, después de lo sucedido.

Jason se sienta esta vez, para luego sentarla en sus piernas y abrazarla. Vanessa se acurrucó en sus brazos. Un acto de ternura que ninguno de los dos olvidarían. Ahí fue cuando se dieron cuenta, que siempre, se tendrán uno al otro... y que mientras más lejos, más cerca.

—Te extrañé. —murmura Jason, acariciando el cabello de Vanessa suavemente— No sabes cuanto, dios. Tus labios... son adictivos, mujer.

—Podría decirse lo mismo de ti, McCann. —susurra Vanessa, y esta vez lo mira a los ojos, sacando a Jason de los carriles— Bésame.

Realmente, aunque Vanessa lo negara, ella siempre lo tenía en mente. El día de hoy, Vanessa estaciona su Lamborghini Roadster SV al frente de su gran mansión.

Sale del auto con su cartera a mano izquierda y a la derecha el celular

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Sale del auto con su cartera a mano izquierda y a la derecha el celular. Se acomoda el cabello y justo cuando va a abrir la puerta, escucha una bocina.

Se voltea poniendo los ojos en blanco, y al ver un Jason vestido de traje no pude evitar morderse el labio para no soltar un gemido.

—Hola, hermosa. —dice con voz ronca Jason, acercándose a ella. Pero algo le llamo la atención, y era la camisa que llevaba puesta— ¿Es una camisa de Derek?

—¿Oups? —rodea los ojos divertida Vanessa, haciendo una mueca— ¿Que quieres, McCann?

—Estaba en una reunión, y salí porque quería ver a una malcriada y sin modales Vanessa Steele. —dice Jason asintiendo mientras sonríe divertido

—¿Cómo me dijiste? —dice Vanessa frunciendo el ceño— ¡Primero me dejas de hablar después de lo del otro día, y ahora me llamas malcriada!

Justin levanta una ceja, y Vanessa se da cuenta de lo que quería decir.

Tal vez sí lo era, pero aún se sentía algo... mal, por haberla dejado después de aquel acto tan tierno y romántico.

Eso la hace pensar, ¿Por qué uno de los dos siempre tiene que escapar? ¿Por qué simplemente sólo quedarse y no tener que irse?

—Lo siento Vanessa, pero... —dice Jason, y Vanessa lo mira atenta, quería ver cuál sería su excusa. Su mirada lo ponía tenso, nada más ella provocaba eso en él, aquella intimidación, preocupación— Joder, no puedo seguir permitiendo que otro hombre toque tú hermosa piel, que recorra esa figura...

Vanessa no podía hablar, no lograba articular alguna palabra.

Sólo se relamió los labios al sentir las manos de Jason agarrarle la cintura, apegándola a él.

Sus manos subían a su espalda acariciandola suave y seductoramente.

Eres mía aunque no seas un maldito objeto. —susurra Jason mordiéndose el labio al ver a Vanessa cerrar los ojos y sentirla estremecerse— Te amo, Lucifer.

Te amo más, mucho más, McCann. —susurra Vanessa abriendo los ojos, mirándolo a los ojos sonriendo divertida, provocando a Jason— Eres Mi Satán.

Vanessa se separa, entrando a la mansión. Sabía que Jason la seguía, así que, aprovechó y entró a su habitación.

Jason cierra la puerta con llave, mirando a Vanessa con diversión.

—¡Caíste!—dice riendo Vanessa y Jason la mira confundido— Por más que quiera tener sexo contigo, no lo haré aún...

—¿Por qué siempre me haces lo mismo, Vanessa? —pregunta Jason, frunciendo el ceño enojado.

No te enojes, amor. —susurra Vanessa acercándose a él, mirándolo a los ojos sonriendo— Quiero que sea algo perfecto, inolvidable, como cada vez en la que me besas o yo te beso... que siempre lo recordamos por varios días. Esta vez, quiero que este recuerdo sea para siempre.

Vanessa Steele, ¿Sabes que cada día me voy enamorando más de ti?

Jason McCann, mejor no te enamores aún sin saber cómo soy realmente.

Oh, Créeme que ya lo he visto. Y aún así, estoy loco, pero por ti, ¡No eres la única que está loca de remate!

Iremos al infierno, pero juntos, Amorcito. —susurra Vanessa sobre sus labios sonriendo.

Contigo, con gusto, Preciosa. —susurra Jason, para luego besarla como sí su vida dependiera de ello.

Lucifer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora