"Te presento a mi novio."

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Jason McCann.

Miraba la pared de color negro, con algunas decoraciones de colores neón del bar, pensando en una persona en especial. ¿Cómo no hacerlo? por más que no quiera, todo me recuerda a ella. Me tiene hechizado.

—Jason, los FBI están sospechando de ti, deja de fingir ser una persona normal y se quien verdaderamente eres, baboso. —dice Max, sacándome de mis pensamientos por completo.

—¿Y tú? Deja de fingir ser el Barman de todos los Bares de esta zona cuando eres el dueño de cada uno de ellos, Acéptalo, al menos yo lo acepto pero no me entrego, Max. —digo levantándome, apoyando mis puños en la mesa.

Jay, Esto...

—No vengas con eso, Maximiliano. ¡No puedo estar tras las rejas! Soy muy sexy como para soportar a esos imbeciles inservibles de la cárcel. —digo, cruzándome de brazos haciendo reír a carcajadas a Max.

—¿Cómo carajos Vanessa te soporta? —pregunta Max, sentado en la silla al frente mío sonriendo divertido.

Justo en ese momento, Vanessa y Juliette entran.

No tengo porque soportarlo, lo amo, me encanta todo de él, Maximiliano Fosseti. —dice Vanessa, sentándose en la silla en la que antes estaba sentado, sonriendo.

Me encantas mucho más, Vanessa Steele. —susurré en su oído, observé cómo se mordía el labio, haciéndome sonreír con coquetería.

Mejor me lo compruebas más tarde... —susurra Vanessa observándome a los ojos- En la cama.

Sus ojos se tornaron en un color rojizo, he notado que siempre se tornan de ese color cuando ella realmente desea algo.

—¿Y por qué no ahora? —pregunté, girando su silla hacia mí, observándola de pies a cabeza, carcomiéndola con la mirada.

—Porque hoy iré a comprar nueva lencería, y sé que te va a encantar. —murmura sobre mis labios, joder, mi pene no va a poder resistirse más a los juegos de esta mujer Oh, Amor.

Maldita sea, Vanessa... —Justo cuando iba a besarla, Maximiliano habló.

Es bueno ver porno gratis, pero, no me agradaría para nada ver el pene de mi mejor amigo, ni que fuera gay. —dice Max, sacando la lengua.

Nos amas, vamos. —dice Vanessa, haciendo una mueca.

Amo la pareja que hacen ustedes, Vane y Jay. —dice Juliette, rápidamente la observe con una sonrisa, esta chica ya me cayó bien.

Cuida de July, Max, es una gran chica. —digo, sonriéndole a esta para luego mirar divertido a Maximiliano.

Un chico rubio entra, al levantar su mirada me di cuenta de quién era.

Nathaniel Fosseti, amore mío. —dice Vanessa, con un acento italiano, levantándose rápidamente para abrazarlo.

Vanessa Steele, la mia bella —dice Nathaniel, abrazando a Vanessa de la cintura, mirándome con una sonrisa retadora.

Te extrañé, bebé. —dice Vanessa, mirándolo a los ojos con una sonrisa coqueta.

Esperen... ¿Bebé?

Yo mucho más, cariño. —dice Nathaniel, sentí como el aire se me iba, y a penas pensaba con claridad.

Me acerqué a él, colocándome en medio de ellos dos, dándole un puñetazo en la cara al rubio. La nariz, claramente estoy consciente de que le rompí alguna fosa nasal, o tal vez las dos, ya que estaba derramando mucha sangre.  Y que bueno, nadie debe tocar a Vanessa, nadie más que yo puede decirle tales apodos.

Te presento a mi novio, Nate. —dice Vanessa, la miré, ¿por que demonios esta mujer es así? Juro qué hay veces en las que no la entiendo.

—Lo noté, vaya, tiene una muy buena mano derecha. —dice Nathaniel, levantándose otra vez, sonriendo.

Sus dos manos son perfectas, él lo es. —susurra Vanessa, apegándose a mí, mientras se relamía los labios como si viese algún dulceEsas manos traviesas que saben como provocarme, acariciarme y tocarme a la perfección.

Vane... —iba a hablar, pero sus labios se encontraban contra los míos y no podía resistirme.

—Iugh, cuánto amor. —escuché decir a Nate, al separarme de los labios de Vanessa sonreí embobado.

Aquí hace falta alguien.

Alguien llamado...

Chuck Bass. —un pelinegro entra al bar, con unas maletas y una sonrisa amplia en su cara.

—¡Chuck! —gritan las chicas, emocionadas, y se lanzan sobre él.

El equipo ya está completo. —dicen unas rubias, una de ellas se me hacía familiar; entrando a el lugar.

—¡Al fin! —grita Juliette dando brincos con Vanessa, a estas mujeres en serio les encanta la parranda.

Lucifer Where stories live. Discover now