-Sonríe LII-

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Seok Jin amaba los días nevados. Amaba la sensación de la nieve en sus manos desnudas y comer helado también aunque su madre no se lo permitiera porque enfermaría. Pero siempre tendría a su tía dispuesta a darle un poco para complacerlo sin importar los reclamos de su hermana después. También amaba visitarlos junto a su hermanita porque estaban los amigos de TaeHyung y a él le agradaban los amigos de TaeHyung.

Ese día, ChaeYoung había dejado a su hermanito en casa de los Kim, había hablado muy poco con la chica al saludarla antes de que ella se fuera para tener una video llamada con su mejor amigo quien se había mudado hacía muy poco a Seúl. Ella le agradaba, a pesar de que apenas hablaron. Poco tiempo después llegó JungKook abrigado hasta las orejas, sonriendo feliz y mostrando sus dientes delanteros más grandes que el resto. Al verlo el mayor corrió para abrazarlo. Desde la última vez que se habían visto había pasado un tiempo, pero habían logrado hacerse amigos.

-¿Cómo estás?-preguntó Kook sacándose sus abrigos.

Jin sonrió antes de que apareciera su primo y lo cargara hasta la cocina, con JiMin cargando a JiSoo, para tomar el pote de helado e ir al cuarto a comer más. Su tía, al parecer, estaba distraída hablando por teléfono y cuando se diera cuenta, el pote estaría vacío.

Todo había salido bien, habían logrado escapar y se habían comido todo el helado antes de que su tía los regañara. Pero ya era tarde, así que ahora se disponían a jugar a ocultarse en toda la casa mientras JungKook, con los ojos vendados, hacía el difícil intento de encontrarlos. La idea de TaeHyung era arriesgada, pero estaban en la planta baja y siempre y cuando su amigo no subiera la escalera, estaría todo bien.

Seok Jin se escondió detrás de un sillón, su hermanita se había pegado a JiMin quien era muy simpático así que él se escondía con la pequeña en la cocina, a Tae le pareció verlo desaparecer en el baño. Algo arriesgado si entraba alguno de sus padres a hacer sus necesidades, pero teniendo en cuenta cómo era TaeHyung, de seguro le importaría poco.

Se mantuvo en silencio, oyendo a JungKook caminar cerca, diciendo que los atraparía y chocando con los muebles, quejándose en susurros. Se tapaba la boca para no reír y delatarse, pero fue inevitable con el quinto golpe de Kook. En ese momento fue cuestión de minutos para ser hallado por el mayor quien sonreía cuando logró tocar su brazo.

-Mmm...no sé quién eres-decía intentando tocar su rostro ya que no podía quitarse la venda hasta que encontrara a todos-¿cómo haré para verte y adivinar?

-Podrías mirarme de otra manera-habló guiando las manos a su rostro-siénteme, hyung.

JungKook pareció quedarse estático por alrededor de tres segundos antes de tocar con las manos su rostro. Sonreía divertido ante las cosquillitas que le causaba el tacto, cerrando los ojos cuando los dedos pasaban por ese sector y riendo cuando por error el pulgar de Kook tocó sus dientitos, en especial cuando tocó el diente que le estaba creciendo. Al final lo vio sonreír alegremente.

-Eres Jinnie, sin duda eres él. Puedo reconocerte donde sea sin verte.

-Eso es porque hablé.-le recordó con falsa molestia.

-Bueno sí, pero ¡Ya! Ayúdame a encontrar al resto, guíame-JungKook estiró los dos brazos para que los tomara.

Y lo hizo, guiándolo por toda la casa y fingiendo no ver a sus amigos para que Kook se demorara más en encontrarlos.

Seok Jin sonrió ante el recuerdo de aquel día, cuando él y JungKook eran pequeños. Guardó la grulla número 753, tenía que cortar unos papeles más para llegar a las mil y tenerlas preparadas. Antes de partir a su casa a fines de julio quería tenerlas listas y dejarlas ahí guardadas.

Sonríe [KookJin]Where stories live. Discover now