Sonríe [KookJin]

-Sonríe III-

Seok Jin caminaba junto a YoonGi, riendo con su mejor amigo sobre una anécdota que le había contado, una desagradable para el peliceleste pero que para él era sumamente divertida.

Su mejor amigo fruncía el ceño molesto al escuchar su risa, pero simplemente se limitó a dejarlo hasta que se calmara. Hacía tres años que no lo veía y tenía que reconocer que había extrañado su presencia. Jin era el único en el cual confiaba plenamente, el único que sabía todo de él. Desde sus gustos y miedos, hasta el problema que tenía con sus padres y por el cual hacía años no se molestaba en volver a saber de ellos.

-¿Ya terminaste?-preguntó mientras seguía caminando a su lado en ese bello parque.

-Ya.-dijo al calmarse, una sonrisa enorme en su cara-¿De qué hablábamos antes?

-Antes de que te contara eso, te estaba preguntando si JiSoo va a venir.

-Ah, sí, pero en sus vacaciones, te extraña tanto a ti como a Tae.

-Yo también la extraño.-confesaba el mayor-es como mi hermanita, espero verla pronto.

-Descuida, pronto vamos a...-en ese momento el celular de YoonGi sonó interrumpiéndolos.

El mayor miró el mensaje, bufando molesto ante su contenido. Sólo bastaron unas palabras para que el pelirosa supiera que se trataba de trabajo y se fuera con un saludo de mano, dejándolo solo en ese parque.

Jin sonrió y siguió su paseo solo, disfrutando de la vista y la brisa suave. Era muy hermoso todo, en especial ese bonito edificio en construcción que casi estaba terminado y que, según TaeHyung, sería próximamente un museo.

Vio desde afuera la enorme estructura decorada con mármol brillante y metal que simulaba el oro. Era sumamente precioso y aunque no estuviera terminado ya se podía contemplar su belleza. Seok Jin se quedó, observando a los hombres ir de un lado a otro, haciendo una cosa u otra, recordando parte de lo que su primo le había contado de esa edificación. Si su memoria no le fallaba, JungKook estaba a cargo de esa obra. Era genial, definitivamente el chico tenía un gran talento.

Iba a irse, cuando vio a un chico en silla de ruedas salir, tenía el cabello negro, un traje oscuro y labios finos. Si su memoria seguía intacta, comparando con sus recuerdos pasados, ese chico tenía que ser JungKook. Sonrió, acercándose decidido, aun sabiendo que él no podría reconocerlo pero bueno, no perdía nada con intentarlo.

Cruzó la calle, viendo al chico que terminaba de hablar con uno de los empleados antes de quedarse solo. Bien, era el momento indicado.

-¡JungKook hyung!-agradecía no haberse equivocado ya que ante el llamado el chico volteó en su dirección con una clara mueca de desconcierto.

-¿Te conozco?-preguntó secamente, casi deseando que se fuera.

-Soy Seok Jin, el primo de TaeHyung, nos conocimos hace años, en Daegu, quizás no me recuerdes pero...

-Sí, te recuerdo, hermano de JiSoo si no estoy mal.-interrumpió casi con molestia al escucharlo hablar tanto.

-Sí, ese mismo.-sonrió amablemente-¿Cómo has estado en estos años?

-Bien.-el pelirosa sintió la molestia del chico y no supo si era por su presencia o si algo malo había ocurrido.

-Pensé que acompañarías a TaeHyung a ir por nosotros, pero no te vimos, sólo a JiMin-su sonrisa no se borró en ningún momento-por cierto, te ves bien, te has vuelto un chico muy lindo.

-Sí, claro-Kook rodó los ojos.

-Hablo en serio, te ves muy bien.-insistió volteando a ver el futuro museo.-Tae me contó que estás a cargo de esta obra. Te felicito, se ve muy hermosa, me gustaría venir cuando se inaugure el museo.