-Sonríe XXI-

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JungKook veía al médico tratar las heridas de las manos de Jin. Sólo tuvo que coser tres de ellas y no fueron muchos puntos, el resto sólo fueron algo superficiales que sanarían con el paso de los días. Habían sido buenas noticias que ningún trozo de vidrio hubiera dañado ninguna zona importante. Lo único malo era que Jin no podía hacer muchos movimientos con sus manos, así que su trabajo de cocinero quedaba descartado por unos cuantos días, semanas según el médico, hasta sacarle los puntos de las manos. Kook se sintió muy mal ante eso, culpable al haber causado esas feas heridas.

Después de acompañar al doctor a la salida, JungKook volvió a su habitación, donde Jin veía sus manos vendadas y suspiraba. Seguro aun le dolían un poco, el efecto de las pastillas tardaba.

-Yo...lo siento.-repitió bajando la mirada, escuchando otro suspiro.

-No, es comprensible, estabas enojado. Yo me arriesgué a acercarme a ti aun sabiendo cómo podrían terminar las cosas. No tienes que disculparte.-la mano del mayor acarició su antebrazo.

-Deja de comprenderme, por favor, acabo de herir tus manos y tú simplemente dices que me comprendes y no estás molesto. Cualquier persona en tu lugar ya me hubiera dedicado un diccionario de insultos.-su mano apretó la zona cercana a la muñeca de forma ligera-Así que adelante, insúltame, deja de quedarte así como si nada.

-¿Qué ganaría con eso?

-Descargar el dolor.-sintetizó.

-El dolor lo descargo llorando, no desquitándome con la gente.-negó secando las últimas lágrimas que habían quedado en su mejilla con el antebrazo-no me sirve de nada decir cosas de las cuales me voy a arrepentir después, hay otras formas de sentirnos mejor sin la necesidad de hacer sentir mal a otros.

Kook bajó la mirada, entendía de cierta manera al menor, pero en su lugar él ya hubiera hecho sentir una basura a la otra persona sin importar si el error fue suyo o no. Era del tipo de personas que poco pensaba las cosas y cuando se arrepentía pedía perdón como si esa palabra fuera mágica y arreglara los corazones heridos.

Volvió a observar a Seok Jin quien se levantaba de la cama, quizás para ir a su habitación.

-¡Jin!-exclamó cuando pasó por su lado, el menor se giró y lo miró curioso-yo...no quiero ser inoportuno pero...quería preguntarte algo.

-Sobre la cicatriz en mi pecho ¿verdad?-contrario a la reacción que esperaba, él simplemente sonrió tranquilo y regresó a sentarse.

-Sí... ¿Por qué?-fue lo primero que se le vino a la mente.

-Nací con un corazón defectuoso, desde pequeño siempre estuve limitado, no podía correr, ni saltar, ni jugar como los otros niños. Si lo hacía terminábamos en el hospital con mamá. Así que sólo me limitaba a jugar de forma tranquila con mis primos y mi hermana, me cuidaba para no darle problemas a mamá. Pero mi corazón no duraría así toda la vida. Cuando tenía catorce las cosas empeoraron y a los quince confirmaron algo que ya me imaginaba: necesitaba un trasplante o de lo contrario no viviría muchos años más.-suspiró, cerrando los ojos recordando esos lejanos días-mi madre y JiSoo estaban devastadas, en especial cuando estuve en lista de espera. Estaba cerca del número 100 por lo que debía esperar mucho tiempo para un trasplante, incluso le dijeron a mi mamá que no se ilusionara porque había posibilidades que muriera antes de llegar a la operación, pero que podía hacer un tratamiento, algo para tener mayores posibilidades de llegar al trasplante.-abrió los ojos mirando hacia un costado-fueron días duros y tristes. Mi madre trabajaba desde que salía el sol hasta que se ocultaba, intentando reunir algo de dinero para la futura operación si acaso se daba. Mi hermana apenas podía concentrarse en sus estudios y casi no sonreía. Era todo tan complicado en aquellos días, sobre todo cuando el dinero comenzó a escasear por mi tratamiento y el ahorro de mi madre. Por suerte...tuvimos mucha ayuda.-sonrió con cariño-la familia de Nam se encargaban de ayudar a JiSoo con el colegio, con lo que sea que necesitara, materiales, dinero, cualquier cosa. La familia de Tae eran los encargados de llevarme al hospital a hacer el tratamiento y pagar parte del mismo para ayudar a mamá. Y la familia de Alex...también fue de gran ayuda, ellos se encargaban de darnos comida o ropa para mi hermana y para mí ya que a mamá se le complicaba por la situación.

Sonríe [KookJin]Where stories live. Discover now