-Sonríe XXIII-

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Estaban a mediados de octubre. Había pasado más de un mes desde el accidente en el cumple de JungKook, y hacía unas dos semanas aproximadamente que Jin volvió a su trabajo. Eun Yeong había insistido porque siguiera descansando un poco más, pero en cuanto el chico tuvo el permiso del médico, no dudó ni un segundo en volver a cocinar. Aunque el matrimonio evitaba pedirle postres para que no trabajara tanto. Seok Jin los hacía igual, ganándose pequeños regaños por parte de Eun Yeong, Elizabeth y Aoi.

La relación con Kook había mejorado, de algún modo. Solían, en tardes desocupadas del mayor, compartir charlas, algunas sin sentido. Era divertido ver a Kook bromear y fingir molestia cuando reía. Poco a poco comenzaba a ver al chico que alguna vez fue y le agradaba porque significaba que él estaba haciendo un gran esfuerzo por lograrlo, demostraba que de verdad quería volver a ser él mismo.

En ese tiempo, incluso, JiMin y TaeHyung visitaron a su amigo unas tres veces, invitándolo a pasar el rato con ellos. A JungKook se lo podía apreciar más relajado, bromeando y disfrutando del momento. Algo que también apreció su primo y se lo hizo saber, feliz de ver una parte de su amigo.

En una de esas visitas se enteró que JiMin y YoonGi solían verse para desayunar juntos o simplemente compartir una pequeña charla. Las veces que se encontró con su mejor amigo este jamás le confesó que estaba viendo al amigo de Kook. Cuando se volvieran a ver se aseguraría de interrogarlo hasta que hablara.

-¿Algún motivo por el cual estés tan perdido mirando el pastel?-la voz de Kook lo trajo de nuevo a la realidad.

Levantó la mirada, viéndolo acercarse con una taza en su mano.

-Pensaba-sintetizó tomando el pastel para guardarlo-¿y esa taza?-preguntó al terminar.

Al girar vio al chico dejar la taza vacía en el fregadero para luego girarse a él, levantando su mano para mover su dedo, indicándole que lo siguiera. No lo pensó mucho y lo hizo, caminando tras él para ir al despacho donde, al ingresar, cerró la puerta con cuidado.

-¿Pasa algo?-preguntó viendo como el mayor buscaba algo en unos cajones de su escritorio.

Se sorprendió cuando le extendió unos libros para colorear junto a unos lápices de colores. Su rostro habló por él, porque en cuanto él lo vio decidió explicarse.

-Hay días en que no tienes nada para hacer, así que recordé cuando me dijiste que colorear te divertía.-se acercó, volviendo a extender los libros de colores y los lápices.-pensé que sería bueno, así no tendrás que hacer ningún postre y mi madre no te regañará.

Seok Jin sonrió, enternecido ante el acto del mayor, en especial por la forma en la que desviaba la mirada, avergonzado por su propio gesto. Sin duda alguna JungKook era un hombre tierno que, aunque lo ocultara, pensaba mucho en los demás.

Tomó con ambas manos lo que le ofrecía sin dejar de sonreír. Vio los libros, algunos con diseños infantiles que derretían un poco más su corazoncito por la ternura.

-Muchas gracias, joven Jeon.-hizo una reverencia pero Kook lo agarró del hombro.

-No es necesario eso y...ya no me digas joven Jeon.-lo observó unos segundos desconcertado-llámame por mi nombre.

Sin poder evitarlo volvió a sonreír, inclinándose un poco para darle un beso en la frente.

~Sonríe~

Sonrió divertida al ver el rostro de JiSoo molesta ante la partida de ajedrez que llevaban a cabo. Iba perdiendo desde hacía dos partidas y eso la estaba frustrando. Lo sabía pero disfrutaba de verla en ese estado. Era sumamente tierna.

Sonríe [KookJin]Where stories live. Discover now