-Sonríe V-

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Las cosas suceden por una razón, podemos no entender en el momento, pero después, todo tiene sentido...

JungKook había pensado en arrojarle con un florero al ama de llaves que le había dicho esa ridícula frase en la mañana durante el desayuno.

¿Acaso había una razón por la cual él había quedado en esa estúpida silla de ruedas? ¿Había un motivo lógico? ¿Acaso con eso el hambre desaparecería del mundo? ¿Las guerras se acabarían? ¿La maldad diría adiós?

Por supuesto que no, nada iba a cambiar, nada bueno ocurriría, no había razón por la cual tuvo que quedarse lisiado. Eso era pura estupidez, nada más, nada menos. Frases de personas sin tiempo que solamente se concentraban en meditar como idiotas durante largo rato, pensando en palabras motivadoras para la gente. Frases sin sentido que odiaba.

No dijo nada cuando se encaminó de nuevo a su cuarto, sus planos podrían ser grandes distractores para ese momento en donde su mente era un caos terrible. Caos que odiaba con el alma.

Intentó seguir con uno de sus planos, uno que había imaginado para una casa, pero en ese momento su mente estaba tan infestada de pensamientos inútiles que simplemente arrojó el lápiz a un lado y se tomó la cabeza. Si seguía así no podría continuar con su trabajo y aun le quedaba el plano de un edificio por terminar. No podría hacer nada en ese estado y eso era lo que no quería.

-¡Maldición!-gritó frustrado golpeando la superficie en la que trabajaba con odio.

Escuchó tres toques en la puerta y decidió ignorarlos, seguro sería alguna de las sirvientas o sus padres preguntando por él, por su grito que seguro escucharon. Así que se quedó en silencio, hasta que los toques nuevamente se oyeron junto a la voz de una de las sirvientas más jóvenes.

-Joven Jeon, un amigo suyo está aquí, vino a traerle algo.-comunicó con algo de miedo y timidez.

-Dile a TaeHyung o JiMin que estoy ocupado, que te deje lo que trajo y se vaya.-dijo con voz dura.

-Pero no es ni el joven TaeHyung ni el joven JiMin.-alzó la mirada hacia la puerta de su despacho-es primo del joven TaeHyung, su nombre es Seok Jin.

Suspiró, pensando en cómo haría para echar al muchacho de su casa sin sonar demasiado rudo con él. Pero ninguna de sus palabras sonarían amables y de eso estaba seguro.

-Sólo es un momento, Jeon, prometo que no estaré más de cinco minutos. Simplemente vengo a traerte algo en nombre de Tae.

Bufó derrotado, ya no tenía otra opción.

-Pasa-dijo desganado, viendo como al instante la puerta se abría y por la misma ingresaba el pelirosa con un paquete en mano-¿Esas son las fotos de los edificios que me prometió?

-Sí-contestó con una sonrisa cerrando la puerta y Kook se preguntó si no le dolía la cara de tanto sonreír-me pidió que le hiciera el favor de traerte esto.

-Sigue enojado por lo de hace una semana ¿cierto?-en su mente la conversación que tuvo con su amigo seguía rondando su mente.

-Sí, le dije que estaba bien, que no me había molestado pero es un terco.-dejó el paquete sobre el escritorio cercano.-las fotos están hermosas, de verdad haces edificios muy hermosos.

-No eres el único que lo dice.-cortó abriendo el paquete y viendo las fotos.

-Lo imaginé, tu trabajo es digno de halagos.-Jin desvió la vista a la puerta-bien, fue un placer venir pero ya debo irme, gracias por dejarme pasar.-hizo una reverencia y se dispuso a salir.

-¿Por qué?-vio al pelirosa girar con una clara mueca de confusión-¿Por qué eres amable conmigo a pesar de la forma en que te trato? He sido brusco y cortante contigo, pero aun así has sido el único que no se ha quejado ni me ha tratado mal.-lo vio negar con la cabeza, una suave sonrisa que parecía imborrable en su rostro.

Sonríe [KookJin]Where stories live. Discover now