Epilogo

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Zass y Khaleev Roggon viajaban en la parte de atrás de un coche policial, ambos esposados de brazos y tobillos

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Zass y Khaleev Roggon viajaban en la parte de atrás de un coche policial, ambos esposados de brazos y tobillos. En la parte delantera, conducía el oficial Johann Stram y Lucía Torres se encontraba en el asiento de copiloto.

- ¿Estas bien?- preguntó Stram apoyando su mano derecha en el hombre de Lucía, mientras con la izquierda mantenía el volante firme.

- ¿Cómo va a estar, amigo?- dijo Zass con sorna.- Le metí una buena paliza.

Lucía se giró y miró de forma violenta a Zass, pero Stram le miró indicándole que le ignorara.

- Mira tu mejilla. Eso te lo hice yo... ¿Acaso no lo recuerdas?

- Oh por supuesto que lo recuerdo... de hecho, cada vez que vuelve a mi mente no puedo evitar ponerme cachondo. Pegas realmente bien, pero no tanto como yo.

- Eres un jodido imbécil.- dijo Lucía sin despegar la mirada del paisaje.

- Vaya, suelen decírmelo.

- Te vas a pudrir en un manicomio, Zass.- dijo Stram mirándole por el espejo del piloto.- No volverás a hacerle daño a nadie.

- ¿Tú crees?- preguntó Zass acercándose a la verja metálica que separaba a los agentes de los detenidos.

Stram masticó su chicle varias veces y decidió que era mejor no seguir aquella estúpida conversación.

- Vaya pedazo de mierda eres, Khaleev Roggon.- dijo Zass mirando a su silencioso acompañante.

- Callate ya, Zass.- dijo Lucía.

- Hazme callar, guapa.

Lucía puso los ojos en blanco.

- Me dejaste tirado, yo confiaba en ti.

- No iba a enfrentarme a ella. Era un suicidio.

- Te deje vivir con la condición de que me ayudarás llegado el momento. Joder, si no hubiera sido por el viejo verde de Bill le habría atacado yo y me habrías dejado tirado.

- Hiciste mal en confiar en mi.

- Punto para ti.

Khaalev Roggon giró su cabeza hacia Zass, dejando a la vista su terriblemente calcinada y sangrienta mejilla. Se podía ver parte de su hueso y musculo. La quemadura había sido brutal. Por su parte, Zass tenía un muñón donde anteriormente había una mano.

- Te pareces a Dos Caras.

Khaleev miró furioso a Zass.

- Ya sabes, el villano de Batman.

- Sé quien es.

- Puedes hacer cosplay de él cuando quieras.

- ¡¿No te puedes callar?!

- Solo hago tiempo mientras llega el número final. Ah por cierto, deberíais todos cerrar la boca, por el golpe podéis morderos la lengua.

Todos miraron a Zass extrañados y de repente, el coche policial recibió una dura sacudida. Decenas de cristales volaron por el interior del coche, mientras un enorme camión negro empujaba al coche fuera de la calzada. Lo único que pudo detener el terrible impacto fue un árbol que se encontraba cerca, por lo que el coche de policía quedó aplastado entre el capó del camión y el árbol. El humo espeso y negro no tardó en aparecer por el capó del coche.

Está entre nosotros : SCAVENGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora