21. Incitación

687 74 12
                                    

Connor comenzó a andar por en medio de una enorme multitud de presos, que hacían hueco entre ellos cuando este pasaba por su lado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Connor comenzó a andar por en medio de una enorme multitud de presos, que hacían hueco entre ellos cuando este pasaba por su lado. En poco tiempo una enorme multitud de presos boquiabiertos e impactados le rodeaban. La forma en la que Connor había matado a aquellos hombres no había pasado para nada desapercibida.

Connor despegó sus pies del suelo y aterrizó sobre el capó de un coche policial. Ante esto, varios hombres susurraron entre ellos asombrados y otros se limitaban a tratar de darle una explicado lógica a todo aquello que estaban viendo. Diez, veinte, cintuenta... más de cien hombres miraban expectantes a Connor, pendientes a lo que este podía decir o hacer. Había dado pruebas más que suficientes de que era alguien que debía ser respetado y nadie quería hacer algo que le enfadara.

Cuando Connor tenía alrededor una masa considerable de presos, comenzó a hablar en voz alta. Al mismo tiempo que él hablaba, sus palabras se reproducían en la inmensa cantidad de altavoces que se encontraban esparcidos por toda la carcel:

- Hoy es un gran día para todos nosotros...

Todos le miraban atentamente, como si tuvieran ante ellos al mismísimo Dios.

-... hoy habéis sido liberados de vuestras celdas... y os he liberado yo.

Un enorme grito de alegría y aplausos se reproducieron a lo largo de la enorme multitud, pero Connor levantó una mano y el silencio fue inmediato.

- Muchos de vosotros sois culpables, seguramente todos lo seáis. Habréis cometido crímenes horribles incluso, pero lo cierto es que me da igual... ¿Queréis libertad absoluta?

Los gritos eufóricos ensordecieron a Connor.

- Esta bien... yo os daré la libertad. Puedo abriros la puerta principal de la carcel y dejar que huyais... que volváis con vuestras familias o que comenceis una nueva vida. Podréis hacer lo que queráis... yo os devolvere vuestra libertad, pero antes debéis hacer una cosa por mí.

Los murmullos de felicidad y sonrisas de oreja a oreja fueron desvaneciéndose a medida que escuchaban aquello. No solo la voz de Connor era escuchada en el patio principal, en el interior de la cárcel, cocina y demás zonas su voz se escuchaba alta y clara por medio de los altavoces.

- Lo único que debéis hacer para mí es simple. Traerme a Seth Roth... supongo que la mayoría de vosotros le conoceréis. Traerlo ante mi vivo y os dejaré libres a todos. Tan solo tenéis que hacer eso por mí.

Los gritos de ímpetu y emoción volvieron a escucharse y Connor notó el suelo temblar bajo sus pies. Casi todos los presos conocían a Seth y sabían lo que era capaz de hacer, pero un solo hombre no tenía nada que hacer contra aquella masa ansiosa de libertad, por muy peligroso y letal que fuera.

- Pero esto no tiene por qué ser así... no es necesario que vosotros me lo traigáis... Puedes venir tú ante mí, hijo mío.

Al decir hijo mío, la enorme multitud puso una mueca de desconcierto, pero nadie se atrevió a cuestionar la palabra de su nuevo salvador.

Está entre nosotros : SCAVENGERWhere stories live. Discover now